Por Aldo Padilla
La idea de universo cinematográfico compartido no solo ha sido utilizada en los últimos años por el cine de superhéroes, basta ver en Ash is the purest white de Jia Zhang Ke cómo el director retoma a su icónica protagonista de Still Life (y su famosa botella de agua), o ese fallido pastiche que fue Happy End de Michael Haneke, que parece una secuela de Amour y que toma elementos de toda su filmografía de manera poco sutil. El caso de Carlos Reygadas juega un poco con una idea ya utilizada en su anterior película, Post Tenebras Lux, en la cual una pareja se encuentra en una sauna donde se desencadena una especie de orgía con gente de toda edad, lo cual es retomado parcialmente en Nuestro Tiempo, a través de su pareja protagonista (Juan y Ester), que mantiene de forma convenida una relación abierta en el plano sexual y que se va conceptualizando en múltiples ocasiones durante el film.
Esta idea de relación abierta se ve desestabilizada con la aparición de Phil, un amigo de la familia, que parece obsesionar a Ester y que genera que Juan sospeche que hay sentimientos implicados más allá del sexo. La toxicidad generada debido a esos celos parecen llevarlo a una perdida definitiva, tal como el toro que se desbarranca en el plano final de la película, luego de una pelea que desde el inicio se veía perdida, la idea de no recuperar a la mujer enamorada del pasado, lo lleva a buscarla incluso a través de sugestionar a su esposa a estar con otros hombres, mientras los espía de una manera fetichista, aunque este fetichismo no parezca sexual, sino más bien afectivo.
Se puede entender que Reygadas recurre a la provocación con el público y la crítica cuando pone como actores a él mismo y a su esposa, a pesar de la evidente limitación actoral de ambos y de negar constantemente que su film tenga algo de autobiográfico. Reygadas sabe que la provocación y el morbo son inherentes a esa decisión, tal como fue en su momento Climates de Ceylan, quien también actuaba con su esposa y representa allí una relación tormentosa. Reygadas vuelve a los temas de sus últimas tres películas, la infidelidad un tanto retorcida, la fuerza de la naturaleza y el hombre que no puede frente a ella, aunque sin tanta radicalidad o alejándose del tono fantástico de las dos anteriores, y que consolida una filmografía que busca un diálogo entre sus diferentes componentes.
El absurdo absoluto, casi dentro del lenguaje teatral, es aquel que ha manejado Rick Alverson en su última etapa como director, que incluye The Comedy (2012) y Entertainment (2015). Alverson había llevado la idea de la comedia en su faceta más negra, la cual deja de lado en The Mountain para centrarse en un film que va de la mano de su premisa que plantea a un médico que va practicando lobotomías para curar patologías mentales y que se refleja en sus personajes, quienes parecen funcionar totalmente a través de impulsos, mientras una mano invisible les va guiando de forma casi autómata en su día a día.
Tye Sheridan parece contraponerse a su anterior personaje en Entertainment, en el cual era un payaso con una energía incombustible, para representar en este film a un fotógrafo adolescente cuya expresividad apenas está representada a través de su postura que va denotando sus distintos estados, desde el miedo, la resignación o simplemente la subordinación y que va contemplando a las distintas mujeres que van siendo lobotomizadas en busca de una pista de una madre desaparecida.
Es difícil buscar algún rumbo en el discurso de Alverson, ya que si bien el contexto está desarrollado en los años 50, no es posible encontrar algo que defina a The mountain, excepto a esa idea que flota a la eliminación del pensamiento como solución a una supuesta locura. El film funciona a través de la crueldad como forma de transmitir el absurdo de personas que utilizan al mínimo el raciocinio, una ausencia de pensamientos que se refleja en las paredes blancas de los diferentes hospitales y en el vacío como una forma de locura.
SIGNATURES
Nuestro tiempo
Dirección y Guion: Carlos Reygadas
Fotografía: Diego García
Edición: Carlos Reygadas
Mexico, 2018, 173 minutos
VOICES
The Mountain
Dirección: Rick Alverson
Guion: Rick Alverson, Dustin Guy Defa, Colm O’Leary
Fotografía: Lorenzo Hagerman
Edición: Michael Taylor, Rick Alverson
USA, 2018, 108 minutos