Por Mónica Delgado
La cineasta y actriz mexicana Ángeles Cruz propone una estructura coral para su primer film, que explora a tres personajes, en torno a la problemáticas de las mujeres en territorio rural mixteco, en Oaxaca. Estos tres personajes, dos mujeres y un hombre, se someten a las reglas de convivencia de una comunidad, San Mateo, que cuenta con un comité municipal que funje de ordenador jurídico salomónico, y cuyas decisiones van definiendo el devenir en la vida de estas personas, marcadas por los prejuicios, la infelicidad, la exclusión y su relación con la gran Ciudad de México.
Presentada en la segunda edición 2021 del Festival de Rotterdam, esta ficción mexicana parte en su argumento con la llegada a su pueblo natal de un joven trabajadora del hogar, ante la muerte de su madre. Este reencuentro con su familia, y sobre todo con su padre, está marcado por el rechazo, debido a que esta mujer es lesbiana y por ello, vive una exclusión familiar. Retoma una relación amorosa con una vecina, situación que se plantea como posibilidad de retorno o de acoplarse a una nueva dinámica de pareja o familiar. La segunda historia la encarna Esteban, un obrero y músico de clarinete, que también regresa a su casa tras una ausencia de tres años. Este personaje encarna la parte más violenta del film, puesto que se trata de un celoso que estalla cuando descubre que su esposa inició una relación con otro hombre del pueblo. Y la tercera historia también plantea un regreso: una vendedora de ropa en un mercado recibe el pedido de ir al pueblo ya que su hija de ocho años no quiere comer ya varios días y necesita apoyo. El suceso que une el destino de estos tres personajes no solo es argumental, es decir desde la violencia o la exclusión que viven las mujeres como ciudadanas de segunda categoría, sino desde un par de eventos que funcionan como identificador de estas vidas cruzadas, como unión de esta estructura coral: un velorio y entierro, y una fiesta patronal, que aparecen desde diferentes ángulos (la mirada de cada protagonista) en los tres episodios.
Estos juegos de tiempos, de estas vidas que se cruzan en diferentes partes del relato, prueban a Ángeles Cruz como una cineasta que busca complejizar una temática que podría ser tratada desde la convención en este tipo de films dramáticos y que tienen como tema la defensa de la libertad de las mujeres. Sin embargo, pese a esta intención de lograr plasmar un guion de encuentros y desencuentros en un territorio delimitado, Cruz quiere agregar a su film un control narrativo que por momentos aparece forzado, con un montaje por momentos atropellado, que pasa del día a la noche demasiado rápido, en elipsis anodinas, para lograr hacer funcionar un microcosmos donde todo luce entecruzado, y ordenado hacia un destino, en algunos casos fatal. Las mujeres en el film están sometidas a esta fórmula de estilo, ya que de alguna manera la fluidez del relato está limitada a mostrar cómo estas vidas están sometidas a una entidad superior (ya el poder del pueblo o ya la imposibilidad de lograr una completa libertad) y de que la institución patriarcal se abre paso pese a todo.
Sin embargo, lo interesante de Nudo mixteco (llamada así en referencia a una zona montañosa entre Puebla y Oaxaca) está en los matices que la cineasta añade a cada uno de los personajes femeninos, los protagónicos y los secundarios, todas con agencia para decidir su futuro, pero sometidas a problemáticas económicas y sociales, que parecen instrínsecas al hecho de ser mujeres y que impiden romper las cadenas. Es importante también el lugar de enuncianción de Ángeles Cruz en este film: como mujer mixteca que retrata estas problemáticas comunes pero poco visibilizadas en el cine mexicano y latinoamericano desde y con las mujeres indígenas, desde el ejercicio de su sexualidad, y de cómo sus personajes resisten, donde la idea de la comunidad de las mujeres es indispensable, sin jerarquías generacionales y de clase.
Sección Harbour
Dirección: Ángeles Cruz
Guion: Ángeles Cruz
Música: Rubén Luengas
Fotografía: Carlos Correa
Reparto: Noé Hernández, Aída López, Sonia Couoh, Eileen Yañez, Myriam Bravo, Jorge Doal
Productora: Madrecine
México, 91 min, 2021