Por Mónica Delgado
El título del film hace alusión al entorno donde vivió el último verdugo en Portugal, a mediados del siglo XIX. El patio de una quinta en el barrio antiguo de Alfama en Lisboa, y que lleva el nombre del carrasco Luís Alves dos Santos (1806-1873), como locación para una trama con elementos criminales, y que es narrada desde la mirada ensimismada, prolongada, reflexiva de cada uno de sus personajes. Los ecos fantasmales de tiempos absolutistas, o previos a la abolición de la pena de muerte, aparecen apenas en la rutina opaca o lánguida de un grupo de personajes también sometidos a un encierro, cuyas historias poco a poco se irán entrelazando.
Estrenada en la sección de competencia de cortometrajes por el Ammodo Tiger en el Festival de cine de Rotterdam, Pátio do Carrasco es el reciente trabajo del cineasta portugués André Gil Mata, quien retoma el formato luego de dos largometrajes, Drvo (A Árvore) (2018), Como Me Apaixonei por Eva Ras (How I Fell in Love with Eva Ras, 2016). Sigue con el estilo contemplativo o de largos planos fijos de su obra previa, y adapta de manera fiel un relato breve de Franz Kafka, Un fraticidio, en la medida que mantiene los detalles y actitudes de cuatro personajes y el acto que los une. Si el relato de Kafka se caracteriza por su brevedad, por la descripción fáctica de los impulsos que llevan a un asesinato, por la detallada tensión dramática, en el film de Gil Mata este suceso visceral y capital se omite en sí, a través de la elipsis, para contribuir a la construcción del peso físico, corpóreo, de cada uno de los personajes. Y en este sentido, Gil Mata, retoma de manera inteligente los componentes de tensión dramática del texto de Kafka, en las expectativas, pasividades, observaciones de los personajes, y evade hacer de su film un simple relato criminal.
Cada uno de los personajes, con sus particularidades y tesituras (el vecino Schmar, el artesano Mr. Wese, su esposa Mrs.Wese y el escritor Pallas), tiene un episodio, marcado sobre todo por sus acciones cotidianas: la mujer dedicada al hogar, el escritor que elabora un nuevo escrito, y el artesano, que trabaja en su taller. Todos con una labor manual en curso, mientras el vecino Schmar (encarnado por el mismo cineasta) aparece en modo ataque, sin espacio para la contemplación. Así, Gil Mata no solo alude al estado de espera (la mujer), de curiosidad (el escritor) o de concentración (el artesano) que viven estos personajes, sino que a partir de estas acciones se genera una contraposición con el personaje de Schmar, un outsider, sin casa, sin trabajo, enloquecido por la ira.
Uno de los puntos más altos de Pátio do Carrasco está en la construcción de un clima extraño, perdido en el tiempo, de cadencias de la sorpresa, de planos fijos desde un cuidado 16mm, del uso específico del zoom in que alude a la estructura coreográfica de algunas escenas, elementos que hacen que los personajes compartan un mismo estilo narrativo y performativo ante el hecho principal que los une. Y también, sobre todo, en el uso de la temporalidad como recurso para la estructura narrativa a modo de ‘vidas cruzadas’: cuatro versiones y sensibilidades en torno a un mismo incidente.
Sección Ammodo Tiger Short Competition
Director: André Gil Mata
Productores: Pedro Fernandes Duarte, Marta Lima, Frederico Lobo, André Gil Mata, Luís Palito, João Vladimiro
Fotografía: Frederico Lobo
Editor: Fabiano Teixeira Mota
Diseño de producción: Sandra Neves
Diseño sonoro: Rafael Cardoso
Reparto: André Gil Mata, David Almeida, Catarina Lacerda, António Júlio
Portugal, 2023, 44 min