(S8) MOSTRA DE CINEMA PERIFÉRICO 2023: SIGMUND FREUD’S DORA. A CASE OF MISTAKEN IDENTITY

(S8) MOSTRA DE CINEMA PERIFÉRICO 2023: SIGMUND FREUD’S DORA. A CASE OF MISTAKEN IDENTITY

Por Mónica Delgado

La edición 14° del [S8] Mostra de Cinema Periférico ha dedicado dos programas a la obra del cineasta y artista inglés, Anthony McCall (1946), figura clave de la vanguardia londinense de los años setenta. Desde la escultura, el dibujo, la film perfomance y el film ensayo,  ha planteado interrogantes sobre la experimentación lumínica, en torno a la proyección como un “acto”, desde lo que ha denominado como “películas de luz sólida”, en obras como Line Describing a Cone (1973). Este obra performativa de McCall ha sido presentada en la Tate Gallery de Londres, en el Eye Film Museum de Amsterdam, en el MoMA de Nueva York, el Centro Pompidou de París y el Whitney Museum of American Art de Nueva York. También esta obra del artista inglés es considerada la más relevante. Sin embargo, McCall tiene otros films hechos dentro del ámbito del film ensayo y de manera colectiva, ya instalado en EE.UU., junto a otros artistas, como Argument (1978) y Sigmund Freud’s Dora. A case of mistaken identity (1979),  el cual comentaremos, y que formó parte del Programa 1 Early years del festival español.

Sigmund Freud’s Dora. A case of mistaken identity (1979) pertenece a la etapa colectiva de McCall durante sus primeros años en EEUU, país donde actualmente vive. Se trata de una revisitación a uno de los trabajos más “mediáticos” de Freud, Análisis fragmentario de un caso de histeria. Caso Dora. El caso de Ida Bauer (1882-1945) fue publicado por Freud en 1905 como evidencia o ‘puesta narrativa’ de uno de sus tratamientos realizados años antes y que quedó inconcluso, debido a que la paciente dejó voluntariamente de asistir a las terapias. Como dice el título de la obra de Freud, se trató de uno de los primeros casos estudiados de histeria, y que tenía como conclusión que esta se producía debido a la represión de fantasías sexuales. Según el texto de Freud, Ida Bauer fue llevada por su padre a las sesiones desde los 18 años, debido a un intento de suicidio, síntomas amnésicos y desmayos. El texto del famoso psicoanalista va describiendo algunos sucesos considerados traumáticos por la paciente desde el recuerdo, apuntes y frases literales de las sesiones: la infidelidad abierta del padre de Dora con una mujer llamada K., y la violación por parte del esposo de la señora K. cuando ella tenía catorce años. Sin embargo estos hechos, de la relación de Dora con su familia, un padre afectado por la sífilis, una madre obsesiva con la limpieza a causa de la enfermedad del padre y la relación familiar tóxica con los K., fueron obviados por Freud para centrarse solo en aspectos de índole sexual, producto de la represión de un complejo de Edipo.

El film de 35 minutos realizado por Anthony McCall, Andrew Tyndall, Jane Weinstock y Claire Pajaczkowska plantea una relectura del texto de Freud en el siglo XX, a la luz de las nuevas corrientes feministas y cuestionamientos al psicoanálisis de los años setenta. Material de archivo de spot publicitarios y escenas de películas pornográficas se intercalan con la recreación de las sesiones entre Freud y Dora. McCall y compañía deciden un modo especial para esta recreación de las sesiones: disolver la noción clásica del plano-contraplano (que requiere homologar el estatus físico y mental de los representados) para proponer un modo anti dialéctico. Tanto Freud (el actor Joel Kovel) y Dora (la actriz Silvia Kolbowski) son mostrados en total desconexión. Los cineastas rompen constantemente el eje de la acción, haciendo imposible mantener alguna idea de compenetración en el diálogo. La sesión terapéutica se vuelve una serie de preguntas y repreguntas que no se conectan con las impresiones ni con los detalles de los testimonios de Dora. Es más, el personaje de Kolbowski luce con los ojos llorosos ante la recordación de algunos hechos y esto no es percibido por el interlocutor. De esta manera, los realizadores muestran que Freud solo buscaba obtener respuestas de su objeto de estudio para satisfacer o comprobar premisas a priori sobre la histeria. Y en este sentido, Sigmund Freud’s Dora. A case of mistaken identity se convierte en una manera de desnudar los procedimientos de las sesiones freudianas, desde una puesta en montaje, que implica formalmente uso de textos, material de archivo y recreaciones que forman tres capas de análisis interpretativo.

En la primera parte del film aparecen unos labios de perfil repitiendo algunas frases, que a la vez son mostradas en un texto en una pantalla bipartida. Los textos en la imagen hacen alusión a algunos hechos históricos (donde asoman nombres como Nietszche, Charcot, Marx, Engels,  Emma Goldman, Alexandra Kollentai, los hermanos Lumiére, entre otros) que coinciden con algunos sucesos de la vida familiar de Dora. La relación de lo público y privado adquiere una presencia indisoluble dentro de un mismo magma cultural y social. Y en una segunda parte aparecen cuatro diálogos entre Freud y Dora, que son recreados en diferentes entornos, en un método dialéctico atípico y que mencionamos líneas arriba.  Y una tercera parte, muestra a la actriz Anne Ilegira encarnando a la madre de Dora, quien lee unas postales de su hija, con algunas confesiones a la distancia de sus sesiones con Freud, descartando algunas premisas que sabemos publicadas en 1908.

El mayor cuestionamiento del film a algunos tópicos del psicoanálisis está en la interrogación al modo en que Freud representa, mediante el proceso de la escritura, la figura misma de Dora. Así, esta joven no es solo una paciente sino la construcción mediante el uso del lenguaje de un investigador. Al hacer el traslado fílmico, el personaje de Dora adquiere la lógica de la némesis de un Freud, como un doble mental que toma otra materialidad, pero que se inscribe dentro de un mismo discurso a dos voces. Cuando asoman algunas ideas y confidencias de Dora, estas no son perceptibles. Los cuatro diálogos se muestran intercalados con imágenes de publicidad y pornografía, que confirman otras maneras de objetivar a las mujeres, ya como amas de casa o como figuras de consumo sexual. Por otro lado, cada uno de los diálogos tiene características espaciales específicas, que ayudan a diferenciar la desconexión. Por ejemplo, en una escena, Dora aparece delante de un librero, mientras Freud aparece en contraplano en una playa o acantilado.

En un artículo, que también contiene el guion del film, publicado por Claire Pajaczkowska en la publicación  Framework: The Journal of Cinema and Media, de 1981, la cineasta indica que que el film surge como un texto intervencionista para ser proyectado y discutido en varios contextos específicos, con el fin de compartir con el movimiento feminista de esos años la necesidad de discutir y teorizar la sexualidad y para proponer a las instituciones psicoanalíticas una interrogación sobre la política de su teoría y práctica. Indica que el film surge como interpelación “al problema de la erotofobia en el feminismo, al conservadurismo tenaz de los psicoanalistas “liberales” y a la indignación de los cinéfilos “cultos” cuando se les pide que aborden una película”. De esta manera, el film no solo es visto y atendido como un objeto de placer (como parte de la discusión también de la existencia de una male gaze) durante los minutos de su duración, sino una experiencia que es extendible al debate producido por los mismos espectadores post proyección, y en este sentido, el film es un punto de partida para la reflexión y un encuentro con las ideas.

Restaurada hace algunos años, Sigmund Freud’s Dora. A case of mistaken identity es una oportunidad de conocer otras variantes del ensayo fílmico como una respuesta a un texto escrito canónico. A través de imágenes, esta obra de Anthony McCall, Andrew Tyndall, Jane Weinstock, Claire Pajaczkowska trata de desmontar las convenciones de la representación. Las imágenes, entendidas también como otro tipo de simulacro de lo real, como salida de libertad ante una opresión representacional.

Anthony McCall Programa 1
Sigmund Freud’s Dora. A case of mistaken identity
Directores: Anthony McCall, Andrew Tyndall, Jane Weinstock, Claire Pajaczkowska
Reparto: Joel Kovel, Silvia Kolbowski, Anne Ilegira, Suzzanne Fletcher
EEUU, 1979 35 min, 16 mm