SAN SEBASTIÁN 2018: ROMA, NEON HART, HIGH LIFE, BLACKKKLASMAN

SAN SEBASTIÁN 2018: ROMA, NEON HART, HIGH LIFE, BLACKKKLASMAN

Por David S. Blanco

En este sexto reporte desde San Sebastián exploramos films diversos, algunos tibios o desconcertantes.

Roma, de Alfonso Cuarón 

No han sido pocos los elogios recibidos por el León de Oro de 2018, así que nos acercábamos como fieros feligreses a la misa mexicana que Netflix y Cuarón nos tenían preparada. Roma, la obra mas personal del director mexicano, es un delicado diario de recuerdos, la infancia, y el contexto convulso y cambiante que los envuelve sin remedio. Nos narra la vida de Cleo, la señora que se ocupa de llevar la casa de una acomodada familia mexicana, una inocente y joven chica que tendrá que lidiar con las diferencias sociales de pertenecer a una etnia indígena, que incluso tiene su propio dialecto. Pero, ¿qué tiene de especialRoma? Pues la sencilla sutileza con la que enmarca a los personajes en unos espacios vivos, recreados con fuerza y brío, con mimo y dulzura, como un poema a la infancia narrado con una precisión formal apabullante. La belleza de las imágenes no está hipotecada con la coherencia, y cada decisión deplanificación parece formar parte de un todo homogéneo y perfectamente definido. El uso del sonido 5.1 es sensacional, para conseguir aún más un estado de inmersión fabuloso. Las referencias al cine, remarcando incluso a algunas de sus principales influencias, son otra muestra de la melancolía por un tiempo duro, seco y con más escalas de grises que de colores, pero que conforman el espacio de un tiempo, que jamas volverá. Un espacio al que Cuarón intenta volver con ecos tarkovskianos, que en varias concepciones espaciales recuerda a La dolce vita (1960), pero que tiene en su singular propuesta argumental, la suficiente fuerza como para consagrarse en una obra con su propia fuerza y estilo. Gran perla.

Neon Heart, de Laurits Flensted – Jensen 

Salíamos corriendo de Roma para llegar a una de las cintas que más prometía de la sección Nuevos Directores, y el resultado final, nos ha dejado un poco tibios. En esta ópera prima, el danés Laurits Flensted – Jensen propone tres historias en una, de personajes con universos conectados pero que rara vez llegan a interrelacionarse. Jensen plantea un triangulo de violencia, sexo, poder, y pornografia, para realizar una crítica a la interrelación de las mismas, con un interesante juego de formatos – 1:1 o 16:10- en una de sus historias, pero con una planificación poco medida ni comprometida, mas allá de un par de planos explícitos, que provocaron que más de uno abandonase la sala. A mí, por lo contrario, no me provocó nada en general esta cinta, que es solvente, pero está lejos de lo brillante.

High Life, de Claire Denis

Ya nos habían avisado de que está sería la gran película polémica de la competición. La que dividiría a las masas, y la que provocaría abandonos de sala en gran medida. Y así ha sido. El viaje espacial de Denis, Pattinson, Binoche y cía, es una pieza abstracta, donde los hilos invisibles de la trama tejen una atmósfera sucia y rancia, dejando espacio para que, en plena conquista de lo imposible, sea lo más humano, grotesco y animal, lo que emerja en una superficie de una pieza cínica, atemporal y viciada. La película tiene secuencias valientes, tanto por concepción como por desarrollo, al igual que se atreve a romper la linealidad en el montaje, todo sublevado a la propia naturaleza de la película, que nos plantea un viaje en el que el espacio y el tiempo colisionan hasta fusionarse en uno, lleno de fluidos, mierda y supervivencia, y en el que podemos ver una nueva muestra de la versatilidad y el cuidado por los detalles de la directora.

La resonancia de esa pieza de culto que es Solaris aparece con fuerza, radiografiada a través de la miseria y desesperación de aquellos que se sienten encerrados en una jaula que ni siquiera existe. La fuerza en la planificación reside en la administración de los recursos y el distanciamiento moral con sus personajes principales, esos que alejados de la sociedad que impone sus tabúes y convicciones sociales, actúa en base a sus impulsos más naturales y orgánicos. Y entonces, cuando los humanos, son humanos, se desata el caos.

Blackkklansman, de Spike Lee

El regreso de Spike Lee tras la desastrosa Chiraq, nos llegaba en forma de Grand Prix del festival de cine de Cannes, y empaquetado en una critica histórica a una de las organizaciones mas deleznables de los últimos siglos, el KKK. Para esto, Lee toma una historia real adaptada de un libro escrito por el protagonista de estos mismos hechos, y nos mete de lleno en un thriller sobre cómo un afroamericano se infiltró, -indirectamente – en el KKK durante la década de los años 60. La historia, tan divertida como ligera, tiene en un brillante guion y unas estrambóticas actuaciones sus mayores baluartes como película, pero en el apartado de la dirección, tengo mas dudas. Lee abusa de ciertos recursos o planos que son insustanciales en la propia historia, y acaban por romper cualquier tipo de coherencia en el discurso formal. Este hecho, fundamental para el que escribe, convierte a Blackkklansman, en una película disfrutable, divertida y que puede enganchar al gran público, pero errática para el que busque en ella ideas o concepciones fílmicas bien desarrolladas. Al menos, en esta, Spike Lee pone en entredicho a ambos bandos, y defiende que en la guerra entre la “raza blanca y la raza negra”, nadie tiene razón.