SAN SEBASTIÁN 2018: THE INNOCENT, ANOTHER DAY OF LIFE, 3 FACES, A FAITHFUL MAN

SAN SEBASTIÁN 2018: THE INNOCENT, ANOTHER DAY OF LIFE, 3 FACES, A FAITHFUL MAN

Der Unschuldige
Por David S. Blanco
Ya está todo listo. Un año más arranca el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, con una edición plagada de grandes nombres, jóvenes promesas, y un puñado de estrellas, que se pasearán por la costa cantábrica durante los próximos días. Tras la primera jornada, podemos confirmar que esta edición promete. Y mucho.

Der Unschuldige (The Innocent) de Simon Jaquemet 

Simon Jaquemet, que ya debutó con su ópera prima Chrieg (2014) en la sección Nuevos directores de este festival, regresa de nuevo a San Sebastián, pero esta vez, para adentrarse de lleno en la competición. Con The Innocent ha conseguido algo realmente notable, que es aunar dramas antológicos como el eterno conflicto entre la fe y la razón, pero llevados a un presente inestable, donde la ciencia parece poder romper incluso los límites que separan la vida y la muerte. Esto lo hace a través del personaje de Ruth, que trabaja en una laboratorio de investigación, y es la supervisora de un proyecto en el que se transplanta la cabeza de un mono al cuerpo de otro, con el fin de que ambos conecten y dar un paso más allá en el campo médico, algo que choca con su vida diaria, en la que forma parte de una familia cristiana muy conservadora. Su mundo empezará a desmoronarse cuando su antigua pareja reaparece, y a partir de aquí, solo nos queda teorizar, porque la película rápidamente toma unos rumbos de fantasía abstracta, de simbolismos ocultos y de juegos mentales peligrosos. Ya no solo tenemos la fe y la razón como elementos a analizar. El sexo, la vida, o la muerte, se suman a una historia en la que Ruth se desorienta, ya no sabe dónde esta, que es real y que no, pero el espectador tampoco. Y por sentimientos como ese, vengo a festivales como este. Por perderme en una historia lunática, irregular y amorfa, de inclasificable tempo y sin miedo a romperse por donde menos te lo esperas. Y si el delirio va tapizado en una estética oscura, de trazo grueso, casi opaco, a mí ya me tienen conquistado. Tengo la impresión que no gustó mucho entre la prensa, pero yo ya tengo mi favorita de momento.

Another Day Of Life de Raul de la Fuente y Damian Nenow

Posiblemente, esta sea la mejor película que pude visionar en toda la primera jornada de festival. Another Day Of Life es una pieza de animación única, que recoge el horror de la guerra y el conflicto de la liberación de Angola, que se dio a partir de 1975 y que llegó a extenderse hasta inicios del 2000. Un conflicto que sirvió como campo de guerra para los dos ejes dominantes durante la guerra fría. Con este contexto, y basándose en un libro escrito por el protagonista de la propia película, el español De la Fuente y el polaco Nenow consiguen plasmar el terror desde un punto de vista fascinante, atrevido, e incluso en algunos momentos, rompedor. Porque no son pocos los momentos en los que la crónica de animación pasa al documental al uso, contando con los testimonios de algunos de los personajes que vemos en la propia ficción. Esta maniobra, tan sorprendente como efectiva, es un puñal para el grado emocional del espectador, cuyo nivel de empatía se dispara por esos personajes, llegando a reforzar aun más, un grandísimo punto de vista narrado por el corresponsal de guerra y protagonista de la obra, Ryszard Kapuscinski. Ricardo, como se hace llamar en toda la historia, es uno de esos héroes olvidados, que luchó por dar voz a aquellos que no la tenían, y que encuentra en esta Another Day Of Life, el reconocimiento que tanto se merece.

En un plano más técnico, la película es un auténtico portento visual. El trazo, que podría recordar a ciertos cómics de los años 70, se mueve con una fluidez escandalosa, permitiendo realizar planificaciones absolutamente demenciales, como travellings que se convierten en grúas para frenar en seco y avanzar de nuevo al frente en menos de cinco segundos. Esto, consigue crear el en espectador un efecto de abrumación, de no ser capaz de percibir todo lo que está ocurriendo, o de no poder incluso reaccionar, algo bastante positivo cuando la historia trata precisamente de eso, de sobrevivir cuando estas en el ojo del huracán. También merece la pena destacar los momentos de pesadilla o terror en los que todo lo que vemos en la imagen se distorsiona, y hay lugar para un diseño mucho más tétrico, oscuro, y por que no decirlo, apasionante. Porque las alegorías del terror, en este caso, son realmente bellas estéticamente.

A nivel sonoro, pocas veces he visto una película tan impactante y redonda. El diseño de sonido es sencillamente apabullante, y el sonido de cada bala – y su mezcla en 5.1- en muchos momentos llega incluso a aterrar, por la atmósfera que construye a su alrededor. La música, permanece en gran parte del metraje camuflada entre la propia historia, y como era de esperar, emerge a un primer plano en los momentos mas dramáticos.

Sin duda, estamos ante una joya dentro del mundo de la animación. Una película dura, pero necesaria. Que sirve para dar a conocer la historias de las caras que nunca saldrán en la historia. La de los camaradas de Kapuscinski y la de los muertos que padecieron el horror de la guerra.

Se Rokh (3 Faces) de Jafar Panahi

Jafar Panahi sigue en lo suyo. Apuntando con el dedo, y en algunos casos, -incluso metiéndolo en ojo ajeno-, de su querida y opresora Irán natal. De nuevo, parte de la tierna mirada de una niña para construir un relato desde la nada más absoluta, y convierte lo que podría ser un corto de un adolescente, en una deliciosa road trip en la que sin pirotecnia, mensajes remarcados o trampas de guion, te guía por su ideología política, te muestra las miserias de su país, y te sitúa moralmente como espectador respecto al mundo. Y esto lo consigue de forma muy sencilla.

La historia comienza como una reconocida actriz recibe en el móvil un video de una niña, que se suicida por no aguantar más el estilo de vida iraní que se le intenta imponer. La actriz, acompañada de Jafar Panahi, emprende un viaje para encontrar el cuerpo de la joven, con la esperanza de que todo fuese un montaje. Toda la película se sitúa en un viaje que les llevará a recorrer lo más profundo de la zona rural iraní, llena de personajes pintorescos e incluso entrañables, pero en muchos casos, con valores morales más que cuestionables. Sin parodiarlos, ni ridiculizarlos, simplemente, mostrándoles como son, Panahi hace un ejercicio meta-documental para denunciar la vida programada que miles de niñas iranies tienen que sufrir. Aunque he de añadir, que pese a ser una buena película, creo que no llega al nivel de brillantez de otras de sus obras, como Taxi o El globo blanco, pero no deja de ser una cinta muy disputable.

L’Homme Fidèle (A Faithful Man) de Louis Garrel

Segunda película de la competición y seguimos aún con las buenas sensaciones. Tomando como referencia, entre otros, a sus propio padre, Louis Garrel consigue armar ese relato que solo a los franceses les sale bien : la dramedia romántica. Y es que Garrel consigue narrar a través de su propio personaje en la película, la idea del enamoramiento perpetuo por esa persona que te trata mal, que sabes que nunca podrá estar bien contigo, pero que tu cabeza es incapaz de olvidar. Esto rápidamente, como buen francés, lo convierte en un triángulo amoroso, por lo que las leyes de la atracción empiezan a fluctuar como un carrusel donde hay espacio para el dolor, pero sobre todo, para el humor.

Porque si algo ha conseguido Louis en esta película, es no caricaturizar a personajes que en ciertos momentos, son patéticos. Consigue mantener un milagroso equilibrio entre la empatía emocional y psicológica del espectador con ellos, pero a la vez podemos reírnos de ellos sin miedo. Y esto, lo consigue en gran parte a un trabajadísimo punto de vista, que va saltando de personaje en personaje, y cuya voz en off es la máxima guía para conocer sus pensamientos y estados de ánimo. Este delicado punto, y el excelente ejercicio a la hora de administrar los elementos cinematográficos que conforman una película, son la clave de su éxito. Aquí todo está muy medido. Los vestuarios se adecúan al estado de animo de cada personaje. Garrel los encierra o libera en espacios en función de su estado emocional, y el tratamiento moral es respetuoso o distante, siendo la gran mayoría de planos medios y rarísima vez vemos algún primer plano. Por último, la música juega un papel simbólico, con variaciones de una misma pieza que sugieren que la historia se acaba repitiendo una y otra vez, pero con algunos cambios, algo que podría sintetizar la esencia de una película, que comienza y acaba con en el mismo plano, y cierra el absurdo círculo del amor dejando más preguntas que respuestas. Película recomendada para todo tipo de públicos.

Bergman  – A Year in a Life

A priori, parecia un gran final a un gran día, pero me equivoqué. Bergman, a Year in a Life, de Jane Magnusson, es un documental que presuntamente pone el foco en 1957, el año en el que Bergman estrenó El Séptimo Sello y Fresas Salvajes, algo que para un fan de Bergman, suena apasionante. ¿Pero, cual es el problema? La falta de coherencia y cohesión. En primer lugar, el documental comienza en 1957, pero luego salta a varios años antes, y luego a otros tantos después, para volver a 1957, y de nuevo, al pasado, en un eterno bucle en el que da la impresión de que la directora no tenía suficiente material para un solo año, y ha tenido que rellenar como sea con otro tipo de información, lo que nos lleva al segundo punto, ¿que tipo de información? Pues toda la que podáis imaginaros que no tenga el más mínimo valor cinematográfico: desde la acidez de estómago de Bergman, su afición por las galletas María, o historias varias de su infancia, a, por supuesto, sus relaciones e infidelidades con decenas de actrices y artistas suecas. Esto, para mí, dota a la cinta de nulo interés cinematográfico. Por un lado, no se cuenta prácticamente nada que no se haya contado antes en otros documentales – y de mejor manera- y por otro, las casi mas de dos horas a base de testimonios aleatorios como eje narrativo es un recurso tan cargante como sobado. Creo que el genero documental permite hacer muchas cosas mejores, y más cuando tienes la figura de Bergman como gran reclamo. Si ibáis buscando en profundizar sobre Fresas salvajes, o El Séptimo Sello, este no es vuestro documental.