
Estos días se realiza en la capital peruana la 3° Semana del Cine, organizada por la Universidad de Lima, donde se incluye en la muestra internacional el film del cineasta estadounidense Bill Morrison, Dawson City: Frozen Time (EE.UU., 2016). Con este pretexto traducimos en Desistfilm el artículo que hiciera la crítica Tara Judah para su cobertura del festival Il Cinema Ritrovato en Bologna.
Por Tara Judah
Al presentar a Decasia (2002) en Il Cinema Ritrovato, Bill Morrison habló sobre sus solicitudes de acceso para el uso de película deteriorada de nitrato. No todos los archivos estuvieron disponibles ante el pedido, y quizás sea la persistencia de la imperfección la que despierte un comportamiento protector en los archivistas. Pero, lo que Morrison encontró, una vez que se otorgó el acceso, fue una gloriosa sinfonía de persistencia de la historia. La huella física, indicial, aunque manchada, borrosa, pudriéndose y ocasionalmente ausente, nunca deja de intentar probarse a sí misma. Lo que se filmó podría parecer alterado, pero incluso un atisbo de un solo fotograma es una prueba ontológica a perpetuidad.
Celebrando fragmentos y abarcando tanto el viaje como el hecho, Morrison defiende el deterioro: tan importante y bello como lo que ataca. La calidad de la película de nitrato, ahora, en sí misma como un artefacto histórico, y que también debe verse e incluso entenderse como arte.
Con mayor urgencia, llama la atención sobre el artificio de la producción de una nueva manera, ya que el material en sí mismo siempre está dolorosamente presente; se niega a adherirse a los límites del frame, dándole una omnipotencia amorfa físicamente manifiesta; y, la fragilidad del soporte nos recuerda la inestabilidad de la creación humana y la naturaleza finita de nuestra especie.
Más allá de la investigación formal se encuentra el entretenimiento lúdico y lírico: un hombre en cajas sobre una burbuja de deterioro, una nave de aire lleva consigo una explosión de carrusel fuera del frame y dentro de un vacío vibrante, y jóvenes que saltan de arriba a abajo en una salpicadura en movimiento. También hay momentos en los que la descomposición imita a algo: una especie de fantasma, que ronda la imagen e insiste en el pasado.
La naturaleza ineludible de la historia y nuestra infinita fascinación por nuestras propias historias sórdidas llevaron a Morrison a realizar el largometraje documental, Dawson City: Frozen Time (2016). Trabajando primero con material de Dawson City Film Find (1978), usando 124 de los 533 carretes recién descubiertos, el uso que hace Morrison de las imágenes es tan expresivo que da nueva vida a las voces perdidas de la era del cine mudo. El documental cuenta con una narrativa mucho más grandiosa y completa sobre el lugar, las personas y su compleja historia con el cine.
Invadiendo Dawson con la esperanza de depredarlo, los exploradores convirtieron este territorio de caza de la Primera Nación en una ciudad donde el oro y el juego eran el rey. Desde sus inicios, el cine desempeñó su papel tanto para capturar el rápido desarrollo de la ciudad como para entretener a sus nuevos habitantes. Pero también se refleja la indiferencia por la historia del cine: los estudios no podían tomarse la molestia de cubrir los costos de la devolución de las películas y, como paso final oficial del ciclo de exhibición, muchas películas simplemente se arrojaban al río: reflejo de lo voraz, del ritmo descuidado de la empresa capitalista y del asentamiento blanco que también tuvo lugar. Morrison revela la historia incómoda con una mano hábil, dejando que la evidencia primaria, estática y conmovedora, hable.
Dawson City: Frozen time es una historia de múltiples niveles que realmente reflexiona sobre cómo el tiempo, la historia y el artefacto afectan los recuerdos de la vida privada y pública. Morrison nos muestra cómo la historia se niega a ser silenciada: la película de nitrato que estaba enterrada constantemente se asomaba fuera del permafrost, rogando por ser (re) descubierta.
El film nos permite identificar, también, a través de las imágenes de la película muda recién descubiertas, cómo los valores y las actitudes del tiempo se muestran en las imágenes en movimiento, tal como lo hacen hoy en día. Fragmentos cuidadosamente seleccionados de tropos visuales bien marcados y dispositivos narrativos que están arraigados en nuestra memoria cultural hacen que el argumento sea aún más convincente. También hace sus propios descubrimientos a través del interés personal (es decir, el béisbol) y por el significado siempre cambiante de la información histórica: una anécdota de Trump ahora juega su papel en el marketing de la película, pero solo se volvió relevante a medida que el clima político de su trabajo crecía en la película.
Mucho más que solo una lección de la propia historia de Dawson City y más allá de los límites de la historia del cine, el enfoque de Morrison para archivar películas nos ofrece una experiencia del pasado que es inquebrantablemente contemporánea. En mi opinión, no hay una manera más grandiosa de considerar cómo la historia del cine tiene relevancia hoy que a través de las increíbles obras de arte de archivo que Morrison ha elaborado.
Texto original: http://desistfilm.com/il-cinema-ritrovato-2017-the-art-of-decay-the-persistence-of-film/