88:88 DE ISIAH MEDINA
Por Nicolás Carrasco
No recuerdo la última vez que una película haya generado tanto debate en la comunidad de cine experimental como 88:88, primer largometraje del canadiense Isiah Medina. Si intentáramos clasificarla, podríamos decir que remite, a primera vista, al cine ensayo de la etapa más reciente de Godard. Se le podría clasificar también como diario fílmico, al estar compuesta por imágenes de los amigos y amantes del director, su familia, y de los lugares en Winnipeg que estos llaman hogar. Pero este no es un diario a la manera de un Mekas o de un McElwee, sino con una subjetividad más cercana a nuestra época y sus características: dispersión, fragmentación, inmediatez.