Por Mónica Delgado
Sea como fuere, si lo llamamos diario fílmico, cine autobiográfico, cine auto referencial o cine de lo doméstico, el cineasta se vuelve parte del campo de visión, donde lo interviene, extiende, reduce o rompe, permitiendo percibir nuevas relaciones con la realidad y también nuevas conexiones con el filme mismo, transgrediendo el propósito de la representación (ya que el espectador se ve obligado a ver a través de los ojos de los directores). Más bien la pregunta que asoma es cómo ha sido esta relación de la proyección subjetiva del cineasta, explícita o desnuda, dentro del panorama del cine latinoamericano, ya que en sí experiencias radicales como las de la filmografía a lo Mekas o Ross McElwee han sido escasas, y que más bien han estado asociadas a opciones dentro de otras apuestas más grandes, y que iremos describiendo a continuación a partir de algunos tópicos y que reflejan si no bien la presencia del estilo del diario fílmico, por lo menos su intención o aproximación.