55° FESTIVAL DE GIJÓN: BALANCE
Por David S. Blanco
Esta ha sido una edición en la que destacaría lo estático frente a lo estético. La gran mayoría de estas cintas apostaron por planteamientos bastante sólidos, sin pirotecnia, pero con espacio para la contemplación o las propuestas más densas. De esta competición destacaría por encima de todas la extraordinaria Directions (Posoki) del director búlgaro Stephan Komandarev, una pieza presentada a través de extensísimos planos secuencia, que usa como vehículo para indagar en la podredumbre de la deprimente nación búlgara.