THE TENANT DE ROMAN POLANSKI

THE TENANT DE ROMAN POLANSKI

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Por Renato León

The Tenant, basada en el libro de Ronald Topor, “Le locataire chimérique” (1964), es la mezcla de las dos películas antecesoras que pertenecen a este tríptico. De Repulsión toma la paranoia de Carol Ledoux y de El bebé de Rosemary, los diversos acosos que sufre la protagonista por parte de sus vecinos, los Castevet,  que pertenecen a una secta satánica. Porque eso es lo que vemos en este film de horror: los diferentes inquilinos le atribuyen a Trelkovsky una serie de malos comportamientos, tratándolo de hostigarlo hasta sacar a relucir su propia locura.

Desde los primeros minutos la cámara hace un recorrido por todas las ventanas de los diferentes departamentos para luego detenerse en la puerta principal, donde vemos al timorato y torpe Trelkovsky entrando para tratar de arrendar uno de ellos. Pero su primera experiencia de por sí ya es extraña: la portera, de malas maneras, le indica que sólo está disponible el cuarto de Simon y que tiene que hablar con el Sr. Zy (Melvyn Douglas), para que este opte por alquilárselo. En ese instante es que Trelkovsky se entera que la anterior inquilina no ha muerto y decide ir a buscarla. Al llegar al hospital, se encuentra con una imagen trágica: Simon Choule está completamente vendada y lo único que se logra ver es su boca, donde además, le falta un diente. Entonces es aquí donde se encuentra con la mejor amiga de esta, Stella (Isabelle Adjani), donde son sorprendidos por el grito de terror que lanza Simon, haciendo presagiar el final de esta historia. A los pocos días se enteran que ha muerto.“

El tratamiento visual se enfoca en transmitir  imágenes oníricas: como cuando Trelkovsky, en su medio dormir, se acerca al cuarto de aseo que está a las afueras del departamento y logra verse reflejado en la ventana donde Choule se suicidó. O imágenes singulares: cuando saca, de un agujero de la pared, un diente, que al parecer, le pertenecía a la anterior inquilina. O imágenes surreales: cuando es tratado de ser ahorcado por Madame Dioz (Jo Van Fleet). Pero el miedo no solo se encuentra en los personajes; a la vez lo hace en cada tocada de puerta por parte de algún vecino, sino en cada espacio vacío y obscuro del edificio;  largo y quimérico.

Polanski no solo quiere retratarnos esta dispersión del personaje desde los motivos de  una película de terror convencional, sino que la vuelve compleja, siendo el tema central la aparición del doppelgänger, pero desde la locura, la disociación de lo real. Es por eso que en una de las escenas vemos a Trelkovsky, dominado por los efectos del alcohol, preguntándose: “¿En qué preciso momento una persona deja de ser quien cree que es?” Desde esa etapa del film vemos al inquilino tratándose de transformarse en Simon, utilizando su mismo atuendo, el mismo maquillaje y demás. El desdoblamiento del cuerpo es evidente. Ya convertido en Simon, Trelkovsky intenta suicidarse lanzándose de la ventana, pero antes de hacerlo ve a todos los inquilinos aplaudiendo, como si fueran espectadores de teatro, como si ese desenlace fuera el acto final del objetivo que se pactaron.