Por Mónica Delgado
Pareciera que en Altiplano, la cineasta y artista visual chilena Malena Szlam entrara a un territorio nuevo. Es decir, los desiertos y estepas de Atacama, su objeto de observación, lucen allí desnudos, incluso claramente táctiles, asibles, apenas transformados, mientras que en sus anteriores trabajos, el sentido de abstracción de esos sujetos de contemplación (como la luna en Luna Almanac, su corto de 2013 o como sucede con fragmentos de personas y urbes en Chronogram of Inexistent Time de 2008) se producía también como parte de un estudio matérico de la luz y sus ausencias (oscuridades). En cambio, en Altiplano, la luz diurna encuentra otro modo de ser asida, tomada, a partir de las texturas y de un componente que Szlam maneja a la perfección: la superposición y el flickering.
Malena Szlam construye en detalle una ruta hacia las alturas, desde los desiertos y estepas, plenos de horizontalidades, hasta la cumbre de una montaña, que es observada como si se tratara de una divinidad muy presente pero contenida hasta el final del cortometraje. Estas imágenes, que va construyendo estratos de cerros y arenales, y que van de la horizontalidad a un sentido de lo vertical distinto, son colocadas en coreografías de yuxtaposición del film, de capas de 35 mm que permiten esta noción de densidad del terreno. Un desierto sí, casi total, pero poblado por diversas variaciones sobre el mismo frame, jugando con la posibilidad de crear líneas nuevas en esas superficies que poco a poco van tomando una materialidad distinta a las nociones convencionales del paisaje.
Para Szlam, el sonido va adquiriendo un rol fundamental para crear texturas, no solo para profundizar la soledad del viento sino incluso para hacer evidente y palpable algún lado acuoso o subterráneo de estas tierras áridas que esconden otro tipo de vitalidad. Y así Szlam va diseñando una nueva cartografía a punta de sobreimpresiones, donde el cielo puede trastocarse en reflejo de piedras y tierra seca. Y no es un film estático, a pesar de los planos fijos que se van montando, sino que logra la progresión de este viaje desde el desierto a las tierras más altas, en las fronteras con Argentina, donde esta ruta hacia los Andes va mostrando y deconstruyendo la variedad y diversidad del espacio, con la complicidad de una banda sonora absolutamente física y real.
Wavelengths 1: Earth, wind and fire
Altiplano
Director, fotografía, edición: Malena Szlam
Productores: Malena Szlam, Oona Mosna
Chile, Argentina, Canada
2018