Por Mónica Delgado

Lo invisible es el retrato de una mujer con depresión postparto. La perspectiva del cineasta ecuatoriano Javier Andrade opta por adentrarse en la ambivalencia de un personaje en crisis, una antiheroína, para confrontar algunas nociones sobre la maternidad y la familia. El punto de partida es el retorno al hogar de la protagonista Luisa (encarnada por Anahí Hoeneisen, también guionista del film), una mujer de clase alta, quien estuvo internada en un centro psiquiátrico tras haber atentado contra la vida del recién nacido. Esta situación es descrita de manera puntual por Andrade, ya que más que trazar una problemática del entorno o una cuestión moral sobre este hecho, lo que intenta abordar es el perfil de este personaje, desde sus insatisfacciones, desconfianzas y debilidades.

Andrade se propone describir las incertidumbres de Luisa ajenas a su rol materno. Hay una búsqueda que no queda clara en ella, ya como necesidad de libertad o como delimitar un territorio ante otras mujeres, como una joven profesora de piano, que lucen como peligrosas ante su idea de hogar. La relación con su esposo e hijo adolescente es casi filial, puesto que se vuelven sus cuidadores ante su fragilidad, a tal punto que las escenas donde luce más suelta se realizan en complicidad con alguna amiga o con la ama de la casa, una mujer anciana indígena que trabaja en el hogar materno desde su infancia. La depresión, la tendencia al alcoholismo y su soledad van socabando su estabilidad, y que el cineasta materializa a través del espacio: tanto desde la casa de lujo ubicada en un campo alejado de todo, como del estilo funcional de ventanales y habitaciones que permiten transmitir tranquilidad y distensión que la protagonista no halla. Esta arcadia que libra a Luisa de una conexión con el mundo, se vuelve en el entorno de cobijo pero también en todo un rol social de mujer, esposa y madre del cual quiere despojarse.

A diferencia de su primer largometraje de 2013, un drama de corte juvenil sobre unos personajes de clase media de Manabí, Mejor no hablar (de ciertas cosas), disponible en Retina Latina, Andrade expone aquí desde recursos dramáticos más depurados, las divagaciones interiores de su protagonista. Sin embargo, pese a que la intención inicial es profundizar en cómo trazar este retrato psicológico de Luisa, poco a poco Andrade va agregando algunos componentes de disparidad social, a modo de crítica de corte sociológico, que además de complejizar la trama, la dispersa y le dan un nuevo tono. La presencia y relacionamiento con los otros miembros de la familia, tal como Luisa asume y describe en alguna escena a los trabajadores de su finca (la ama de llavez, la niñera, la cocinera, el chofer, el jardinero y demás), le agregan un cariz cuestionador al film sobre una élite que aliena y difumina las identidades. Cuando Luisa define a sus empleados como parte de su familia los convierte en parte del menaje, los abstrae de la posibilidad de existir fuera de su hogar. Ella se ufana de que su nana vive con ella desde que era muy niña, y que incluso tuvo que cambiarse el nombre ya que era el mismo que el de su madre. Así, por momentos, el quechua de la nana anciana se convierte en el lenguaje de lo materno, de lo que no es ahora posible, de lo lejano y soterrado. De esta manera, el título del film adquiere sentido. La relación de Luisa con todo aquello que al final le es indiferente, como su sentido de la maternidad.

Estrenada en la sección Discovery, para primeros largos, en el reciente festival de Toronto, Lo invisible es un paso formal adelante en la joven carrera de Javier Andrade, aunque se patente con este reciente film una premisa que ya es un clásico en el cine latinoamericano festivalero: los dramas íntimos no existen sin su cuota de lo social. El lugar común donde el plano social de una Latinoamerica colonial, de inequidades y exclusiones, que afecta el curso de cualquier existencia.

Sección Discovery
Director: Javier Andrade
Fotografía: Daniel Andrade
Editora: Magdalena Schinca, Javier Andrade, Fernando Epstein
Diseño de producción: Belén Draghi, Carmen Dávila
Guion: Anahi Hoeneisen, Javier Andrade
Música: Paola Navarrete, Mauro Samaniego
Productora: Punk S.A, La Maquinita, Promenades Films
Ecuador, Francia, 2021, 85 min.