Por Mónica Delgado
Gracias al festival de Toronto recuperamos dos films del género fantástico que fueron estrenados en julio, en Cannes. Uno, segundo largo de la cineasta brasileña Anita Rocha da Silveira, estrenado en la Quincena de Realizadores, y el otro, un nuevo trabajo del idolatrado Bertrand Mandico, el cineasta del largometraje Les garçons sauvages, o los cortos Notre dame des hormoneso o Sa Majesté petite barbe.
Tras la realización de Mate-me Por Favor (2015), también estrenada en Cannes, Anita Rocha da Silveira regresa nuevamente con una historia entre y sobre mujeres. Medusa (2021) trata esta vez del ingreso a una cofradía de mujeres cristianas, todas adolescentes, que se vuelven síntoma de un Brasil actual, este de los tiempos conservadores de Bolsonaro. Este grupo de mujeres conforman una pandilla que ataca y busca redimir a otras jóvenes en un nuevo camino de virtud, que implica una conversión controlada a la religión que profesan. Este línea narrativa se va dispersando, pese a la introducción que daba cuenta de un “trabajo en equipo” de violencia y represión al ritmo de Cities in dust de Siouxie and the Banshees, para luego aterrizar la historia hacia los sucesos de uno de los personajes. Así, todo el peso dramático recae en Mariana, una joven parte de este grupo cristiano que debe abandonar su trabajo en un spá debido a una cicatriz e ir a buscar suerte a un centro hospitalario para personas en coma. Allí, el fantasma de una mujer víctima de la pandilla intentará cobrar venganza.
La puesta en escena que elige Anita Rocha da Silveira se luce bajo la estilización de los espacios y situaciones, desde el imperio del neón y una onda pop, pero que por momentos resultan vacíos, solo un escenario, sin relación específica con esta interioridad o crisis de los personajes. Este universo cristiano, de rezos, cantos, bailes y prédicas está matizado por luces y coreografías de estas niñas bien que solo quieren actuar desde el mandato de los evangelios y desde los roles de género asignados por la religión. Sin embargo, como pasa también en Mate-me Por Favor, hay un proceso de vampirización que no queda del todo claro, y más bien permite que aparezcan cabos sueltos narrativos, debido a una ampulosidad o intención pretensiosa innecesarias. Incluso la satanización de algunos tipos de mujer por parte de esta pandilla, las consideradas impías o pecadoras, estas medusas o gorgonas del siglo XXI resulta demasiado atmósferico. Hay una secuencia hacia el final de liberación femenina, urgente y celebrada, pero que resulta como producto de un deus ex machina demasiado forzado. Un film que divaga demasiado.
Si bien hay toda una maquinaria estética puesta en marcha a lo largo de dos horas, se percibe la sensación de repetición, tanto al abordar algunos requisitos necesarios del western (la búsqueda, el enfrentamiento, la pareja dispareja con un rifle como interferencia) como en la afirmación del estilo del Mandico de siempre. Quizás un film para admiradores, donde no importa la novedad.
Sección: Contemporary world cinema TIFF 2021 Medusa
Directora: Anita Rocha da Silveira
Reparto: Mari Oliveira, Lara Tremouroux, Joana Medeiros, Felipe Frazão, Thiago Fragoso, Bruna G, Bruna Linzmeyer
Edición: Marilia Moraes
Guion: Anita Rocha da Silveira
Sonido: Bernardo Uzeda
Productores:Vania Catani, Fernanda Thurann, Mayra Faour Auad
Brasil, 2021, 127
Sección Midnight madness After blue (Dirty paradise)
Director: Bertrand Mandico
Fotografía: Pascale Granel
Edición: Laure Saint-Marc, Georges Cragg
Guion: Bertrand Mandico
Sonido: Geoffrey Perrier
Original Score: Pierre Desprats
Reparto: Paula Luna Breitenfelder, Elina Löwensohn, Vimala Pons, Agata Buzek
Francia, 130 min, 2021