Por José Sarmiento Hinojosa
Favula, de Raúl Perrone, más que ser un filme, es una evocación. Es una evocación del pasado para construir el cine del presente. Es una evocación de personajes que aparecen y desaparecen del espacio – tiempo, construyendo su propia realidad en el video. La “Favula” de Perrone nos desnuda como naturaleza humana. Sus arquetipos son eternos, sus personajes, fantásticos. Perrone ha viajado kilómetros mentales desde P3ND3J05 (2013), un filme que si bien comparte ciertas coincidencias argumentales (el universo adolescente) y cualidades formales (la recreación de un cine atemporal que presta del expresionismo) con Favula, está lejos de esta última aventura cinematográfica.
Y esta distancia aparece por el poder de evocación mucho más orgánico y nuclear de Favula. Perrone une a Bresson con Dreyer de una forma muy particular: reconciliando las mejores características de dos gigantes de la historia del cine, tomando de ellos las mejores cualidades y construyendo su método propio de representación. Y esa (re)construcción, que también se debate en esta representación artificial de la recreación del celuloide bajo los efectos del after effects en video, es una tarea titánica, una construcción particular de aquel que comprende el cine bajo sus propios ojos y renuncia a las tareas habituales del mismo para recrear su propio universo.
Favula cobra vuelo por sí sola. Una aventura hipnótica, una evocación de la jungla como espacio-hábitat de este hombre-animal que se muestra indefenso, un filme que se alimenta de su posmodernidad sin dejar atrás el pasado, un espacio donde Joy Division, el electro – cumbia y el cine mudo coexisten y se retroalimentan para dar espacio a un cine, que si no queremos llamar nuevo, podemos llamar único. Y único es su lenguaje, tanto desde el espacio narrativo cinematográfico, como el mismo lenguaje sujeto a inversión de sus personajes, esta desaparición del formato para entregar solo detalles de algo que no quiere ser totalmente entendido, cualidad intrínseca de las mejores narraciones.
Bonos extra para Raúl por su excepcional trabajo de casting. Los rostros (los fantasmas) de Favula y P3ND3J05 ya pertenecen a la historia del cine.
Director: Raúl Perrone