Por Aldo Padilla
El cine ha ido construyendo una visión rígida sobre las relaciones amorosas donde impera la monogamia y la imposición de un modelo tanto de familia como de pareja. Desde el cine industrial se ha idealizado esta concepción como la única alternativa que tiene un futuro estable y ha invisibilizado cualquier otra idea. Y si en algún momento le ha dado lugar, ha planteado ideas diferentes, y que han concluido como una idea desastrosa o alejada de aquel ideal del “final feliz”.
Beyond the one es una búsqueda de la pluralidad en medio del modelo que el occidentalismo trata de imponer. El pluralismo se muestra como una opción, dejando de mostrar a la sociedad con leyes inquebrantables y que de cierta forma se han hecho dogmáticas. Marziano filma a las relaciones no como un ente único, sino más bien como una multiplicidad de cruces, en historias de poliamores, matrimonios comunales, relaciones a larga distancia no forzadas. El film no solo mezcla esas visiones en un ensayo, sino también busca que diferentes expresiones se manifiesten en busca de profundizar su hipótesis; poesía, filosofía y artes plásticas plantean una visión amplia de las relaciones y que dialogan con los recursos audiovisuales que imprime la directora, cuyo manejo del sonido y el fuera de campo permite que las historias y testimonios que se cuentan adquieran una nueva dimensión.
La realidad se plantea como un collage en el film. La construcción de una obra de arte a partir de retazos de diarios que son unidos a partir de una concepción un tanto aleatoria, pegando imágenes de un tono banal mezcladas con una foto aparentemente más abstracta, o con algún titular que pareciera no tener correlación. El collage aplicado al universo de relaciones que son igualmente aleatorias.
Curiosamente durante la premier mundial del film de Marziano en la sección Wavelengths de Toronto, le acompañaba otro film con una temática similar aunque con una percepción diferente, La Libertad de Laura Huertas planteaba a la institución matrimonial como un ente patriarcal, visto desde un punto de vista de las indígenas mexicanas y que las alejaba del ejercicio del libre albedrío. Anna Marziano busca ampliar esa mirada cuestionadora y la diversifica buscando testimonios en diversos estatutos sociales y geografías, desde un ojo íntimo y familiar que implica a su entorno en el norte italiano, pasando por la Europa más occidental en la región valona belga. El complejo y desigual norte francés tan alejado de los clichés que se tiene de dicho país, y haciendo paradas artísticas y académicas en Berlín y Milán, buscando profundizar teóricamente en algunas de sus ideas. Pero sin duda los episodios más llamativos son sus diferentes fragmentos en el subcontinente indio, en especial en su región sur donde puede verse el contraste y diversidad de lenguajes haciendo un pequeño barrido con la cámara, donde hay una compleja ebullición de religiones y creencias, lo cual no impide que distintas concepciones de parejas y familias se abra paso en medio de una sociedad caracterizada por un machismo extremo.
Desde la ventana de un tren se ven árboles que pasan y que apenas se distinguen, los colores sugieren una forma, mientras la velocidad del recorrido impide al espectador implicarse en ese bosque inabarcable. Si bien dicha secuencia puede parecer un lugar común en un film de ensayo como es Beyond the one, hay algo que sugiere a ese bosque como la multiplicidad de relaciones que hay en nuestro entorno. Las incontables cartas de amor leídas, escritas o no enviadas, o en general todos los recursos que pueden definir a una relación de pareja, que pasan cerca de nosotros y que son ignoradas, sin atrapar los matices que traen consigo.
Beyond the one. Competencia Internacional de Largometrajes.
Director: Anna Marziano
Productores: Olivier Marboeuf, Anna Marziano, Ann Carolin, Renninger Cédric Walter
Francia, Italia, Alemania, 2017, 53 min