Por Humberto José González Bustillo
En el festival de Locarno no solo se vive la experiencia cinéfila más emocionante de todos los años, sino que se percibe, en todas sus ediciones, nuevas sensaciones cinematográficas. Y es Pardi di Domani quizás la sección en la que más se puede sentir esa sensación de libertad creadora e interés por la programación de nuevas voces del cine mundial. Otro en adherirse a esa lista de voces interesantes venezolanas es Óscar Vincentelli. Desde su primer documental, O Tremor (2015), su trabajo se ha caracterizado por encontrarse en una inquieta búsqueda y experimentación, tanto visual como sonora.
En Violeta + Guillermo, que forma parte de la sección que opta por el pardino de oro, Vincentelli nos presenta un vídeo, filmado desde un teléfono, en donde Violeta y Guillermo bailan desenfrenadamente al ritmo de la música. De manera ininterrumpida, la música continúa por largos minutos, en donde él y ella se acercan sensualmente, se miran a los ojos, se mueven sin parar, se lamen el rostro, se besan. Es interesante ver cómo éste recuerdo sigue tan presente y vívido en la memoria de los dos. A pesar de la oscuridad, del ruído en el video que al principio solo es un pequeño cuadro en el medio de la pantalla, para después expandirse, Violeta y Guillermo recuerdan con claridad todo lo que sucedió esa noche.
Son increíbles las posibilidades que brinda una separación amorosa. Nos permite situarnos en cualquier instante del tiempo. Nos permite jugar con los deseos y con las memorias, y existe, a través de esto, una especie de catársis. Nuestros demonios siguen allí, pero la oportunidad de enfrentarnos con algo que nos duele, es completamente deseable.
El recurso más interesante del corto es que Vincentelli decida viajar en el tiempo a través de una conversación escrita. Una vez terminado el baile, el film cambia su postura. Ahora, Violeta y Guillermo se encuentran sentados uno al lado del otro. Las miradas sostenidas de ella, los continuos besos de él. Hasta la música cambia. El tiempo vuelve a imponerse en la impronta del director. Este instante del film, junto a la sobreposición del texto sobre el vídeo, nos coloca en un futuro en donde ya Violeta y Guillermo no están juntos.
El principal interés de los dos es redescubrir los sentimientos del otro. Las preguntas en los textos, siempre en un pasado que está más que presente. El video, el archivo como evidencia, la conjugación de los verbos en cada pregunta, y la posición en el futuro de la Violeta y el Guillermo que intercambian mensajes de texto.
Quizás en todos sus trabajos, pero sobre todo en O Tremor, Vincentelli se ha caracterizado por explotar todas las posibilidades que el sonido le provee. Inclusive, ya desde su tráiler, se puede evidenciar cómo el director venezolano busca involucrarnos a través de las sensaciones que nos imprime la oscuridad de una mina. Es así como la principal premisa del film no es observar los movimientos de los mineros españoles, sino la de sumergirnos de una forma más envolvente. Pero, por el contrario, en Violeta + Guillermo sucede lo contrario. Acá, el interés es el de buscar las posibilidades de la imagen digital. La utilización del teléfono, los gestos digitales y la forma de escribir provenientes de la era del chat, llevan a Vincentelli a otros lugares que por ahora se sienten nuevos para él. Esto es lo que hace brillar al film.
La conversación es corta y sincera, y quizás es por esto que es tan evocadora de esa sensación que es la pérdida. Ese instante, es una premonición del futuro. La droga del amor, como bien escribe en otro texto al principio del film, es, al final del mismo, la droga de la nostalgia.
Dirección: Óscar Vincentelli
Guionista: Óscar Vincentelli
Empresa productora: , Dvein Films
Producción: Óscar Vincentelli, Carlos Pardo Ros
Fotografía: Óscar Vincentelli
Edición: Óscar Vincentelli
Música: Joe Crepúsculo
Cast: Violeta Orgaz, Guillermo Benet
05:55
España , Venezuela
2018