Por Mónica Delgado
Esta edición online del festival Visions du Reel tiene una competencia de cortos y mediometrajes que permite acceder a algunos trabajos, que si bien son realizados bajo un influjo muy distinto entre sí, deja entrever el toque político de esta edición, entendido esto como una aproximación crítica a diversos hechos contemporáneos de la realidad. No solo se trata de un festival de “cine de lo real”, sino de uno que alberga el espíritu conflictivo y decisivo de estos tiempos, de los efectos y climas de la pandemia, de periodos de disputas discursivas y estéticas. Desde esta perspectiva, me detengo en tres cortos vistos en diversas secciones.
Land That Rises and Descends, la cineasta finlandesa Moona Pennanen propone una fábula a partir de una idea primordial: el archipiélago como figura de totalidad, pero también como alegoría de un mundo que parece detenido en el tiempo, aunque confrontando con la posibilidad de lo efímero. La poética de confrontación entre pasado y futuro no se realiza necesariamente a partir de memorias o sucesos historizados sino desde la densidad misma del paisaje. El mar como espacio iniciático, pero también como el contorno o frontera capital que va definiendo la naturaleza finita del territorio (y de la tierra como elmento). El mar como estadio fundacional, al que podemos volver en cualquier momento, ya como amenaza o como promesa de un nuevo inicio.
En alguna parte de Land That Rises and Descends (Finlandia, 2021) aparece la frase “el mar será tierra y la tierra alguna vez fue mar”, y que de alguna manera define lo expresado por la cineasta a través de las imágenes del archipiélago de Kvarken, al norte de Finlandia. Hay escenas de búsqueda de personas en un bosque o de alguna festividad de cuaresma, en el típico carnaval, con máscaras y disfraces, y también hay una voz en off, que atraviesa diversas partes del film, que va contando recuerdos de infancia sobre un mundo espiritual y fantástico que no está a la vista. Sin embargo, las descripciones del paisaje, de orillas, de espacios en constante “litigio” entre tierra y mar, entre pantanos y pequeñas islas que emergen o se ocultan bajo las aguas, desde texturas mejor valoradas por el registro en celuloide, es que vamos identificando el concepto en esta propuesta de Pennanen. Lo inasible, inestable y momentáneo como marca de un territorio, que nunca luce permanente y cuya característica parece haber marcado a sus habitantes.
La voz en off del único ente de Land That Rises and Descends, quien aparece en fuera de campo, compartiendo su percepción del mundo a través de estas imágenes, va permitiendo generar estos nexos con un imaginario mítico, de constante lucha entre bien y mal, donde es necesario el ritual como acto comunitario, pero también en clave de acompañamiento a un entorno de breves certezas. La música que aparece precisamente en algunas imágenes del mar, los campos y los pantanos va logrando atmósferas de ensoñación, y afirmando que este mundo en limbo, entre un aquí y allá, podría ser una metáfora recurrente para expandir la idea de un entorno dubitante, en su materia y pensamiento.
La idea de la intranet como constructo limitado y codificado de comunicación parece ser el núcleo de How to Order Online (Francia, 2020), corto en la sección Opening Scenes, de la artista visual francesa Julie Ramage. En sus nueve minutos, la realizadora va expadiendo un universo que viene explorando desde algunos años, a traves de videos e instalaciones, y que gira en torno a su indagación dentro de la prisión de Poissy.
En este nuevo trabajo, vuelve a este terreno para extender un programa experimental en la cual participó años atrás como parte de una investigación artística, donde participaron reclusos y estudiantes de la Universidad Paris-Diderot. Si bien esta propuesta nació como parte de una experimentación sonora (con el apoyo de Bétonsalon Centre d’art et de recherche y el Musée d’art moderne de la Ville de Paris), lo que vemos en este corto es la extensión hacia lo performativo y la misma puesta en escena cinematográfica.
Julie Ramage, doctora en Historia y Semiología del Texto y la Imagen, reúne a un grupo de reclusos y los observa en una sala de comedor desde planos detalles de sus manos y trabajos manuales. Ellos van reflexionando sobre los modos que han ideado para poder comunicarse con el exterior o con otros reos en celdas contiguas. “Pasar mucho tiempo en celdas estimula la comunicación de los reclusos”, dice uno de los personajes al inicio del film. Luego viene el título del corto, que funciona como una sutil ironía, y plantea el modo en que estos personajes pondrán en marcha la posibilidad de salir de esta manera al exterior. Estos códigos que se van ensamblando desde retazos de telas, bolsas de plástico y papel van produciendo un ritmo y sentido que se va traduciendo también en una banda sonora compuesta como parte del experimento, a partir de estos datos o claves. De esta manera, esta intranet, de ruidos, golpes, retazos y movimientos, se va materializando a través de esta composición sonora, que permite salir del espacio subrepticio y trasladarlo a un nuevo código más tangible, pero donde las lógicas de la información aún no son reveladas.
Uno de los personajes indica que esta labor de artesanía, de establecer una tela de araña a partir de estos retazos, es casi contar con una tecnología “4G” dentro de la prisión. El corto va mostrando este proceso y estos testimonios, y que se vuelven materia para las composiciones electrónicas que ayudan a perpetuar estos códigos y transferirlos a otro lenguaje, igual de codificado. Sin embargo, más allá de esta sofisticación de esta experiencia carcelaria, lo que registra Ramages es la necesidad de libertad, que emerge a través de estas prácticas, más aún en contextos donde la criminalización excesiva es pan de cada día, y la políticas penales cada vez más rígidas.
En Superficies, de la cineasta colombo argentina Cristina Motta, el significado de la palabra clandestino es el detonante para una reflexión sobre la relación de “complicidad” inconsciente que podría establecerse entre los espacios (o elementos) que han servido para ocultar los cuerpos de los desaparecidos a lo largo de décadas en América Latina. A través del monólogo de una voz en off, la cineasta establece una cartografía entre el agua y las piedras que han servido como ambientación de una política sistemática de desapariciones y crímenes de lesa humanidad.
En algún momento, la voz indica que es “Más difícil es encontrar lo perdido en el agua” como referencia a los mecanismos de desaparición aplicados por la dictadura argentina en los años setenta, y que es análoga a la búsqueda de cuerpos debajo de escombros en Medellín, producto de la guerra interna y la violencia política vivida en los años ochenta. La Villa Epecuén, este poblado que fue tragado por una laguna y del cual solo quedan escombros, es parte de los espacios que Cristina Motta registra como territorios que funcionan como metáforas vívidas de este intento de ocultar la memoria y sus cuerpos. La memoria soterrada, ocultada, a la espera de algún indicio que la traiga a flote. Mientras que esta villa, que luce devastada, puede reflejar la posibilidad de que la misma naturaleza es la que se encarga de hacer justicia ante la podredumbre de los hombres.
Desde un tono intimista, en Superficies Motta va componiendo esta elegía sobre la permanencia en el tiempo y en el espacio de la figura de los desaparecidos, sobre la lentitud de los procesos de justicia, la necesidad de las despedidas y los ritos funerarios y, sobre todo, la búsqueda de familiares como injusto modo de vida. Las búsquedas también como banderas de resistencia, como la Villa Epecuén que, derruída por el agua y el clima, aparece de todas formas contra todo.
Land That Rises and Descends
Dirección: Moona Pennanen
Producción: Ida Karoskoski
Finlandia, 21 min, 2021
How to Order Online
Dirección y producción: Julie Ramage
Director de fotografía: Christophe Ramage
Música: Didier Sallustro
Edición: Christophe Ramage
Francia, 2020, 9 min
Superficies
Dirección/guion/edición: Cristina Motta
Cinematografía: Nadina Marquisio
Música: Alejandra Tokatlian
Diseño de sonido: Lucho Corti
Producción: Gallito Films
Argentina, Colombia, 10 min, 2020