Por Ivonne Sheen
Como parte de la Competencia Internacional del reciente festival Visions du Reel, se pudo ver Purple Sea (2020), de los cineastas sirios Amel Alzakout y Khaled Abdulwahed, un ensayo documental profundo y poético sobre la supervivencia de uno de los directores (Amel) durante el hundimiento del barco en el que huía de Siria. Esta es la segunda colaboración de ambos artistas.
La película tiene un enfoque de cinema verité, que trasciende la forma y se convierte en una evidencia política de la lucha del exilio. Toda nuestra experiencia visual y sonora es una cámara inestable y parcialmente sumergida, y que Amel está tratando de sostener, como un intento de testimonio, mientras se esfuerza junto con otros por mantenerse flotando. Profundo y claro celeste, piernas luchando en el agua, chalecos salvavidas naranjas, silbatos de emergencia constantes. Esperamos. De repente, la aparición de un helicóptero crea una sensación de ubicuidad sobre estas personas situadas en un contexto histórico, político y de guerra. La película está guiada por un diario y un testimonio ensayístico de la cineasta Amel, que reflexiona sobre el impacto afectivo que esta experiencia implica en la vida y el espíritu de los exiliados. Aunque la película enuncia sola la voz de una persona, todas las voces de los demás pasajeros resuenan y se manifiestan con su testimonio. Amel Alzakout y Khaled Abdulwahed crean una especie de sensación de ensueño y de flotación, que retrata una asombrosa pérdida de horizonte, aprovechando las imágenes en bruto, que implican una visión limitada de la experiencia y que transmiten la sensación de aferrarse a la vida y a lo que la voz en el presente recuerda profundamente: sus sueños y recuerdos sobre lo vivido.
Autorretrato de Siria (2014), de Wiam Simav Bedirxan y Ossama Mohammed, es otro documental de ensayo sirio, que también comprende imágenes que atestiguan una experiencia cara a cara de las atrocidades de la guerra. Ambas películas destacan por su valor del testimonio experimental de la gente común, como documentos poderosos que la historia oficial no tomará en cuenta y tratará de eclipsar. En ese sentido, Purple Sea se despliega como una espera poética flotante, que también involucra preguntas existenciales fuertemente ligadas a la experiencia de ser un refugiado, de estar en un momento constantemente transitorio de supervivencia. La película también es una catarsis sobre la relación entre países de Europa y los refugiados, en la que los primeros brillan como una oportunidad para sueños y tranquilidad, pero al mismo tiempo son un helicóptero que los sobre vuela, los graba, los mira y deciden qué es lo mejor que podrían hacer que no significaría una situación perjudicial para su estatus de poder.
Purple Sea (2020) es un recordatorio de las luchas que se multiplican y se viven en silencio en este mundo, una sobre otra y enredadas como nuevos capítulos de nuestra misma Historia desigual y amante de la guerra.
Competición International
Directores: Amel Alzakout, Khaled Abdulwahed
Alemania, 2020, 67’