BAFICI 2017: COMO ME DA LA GANA II DE IGNACIO AGÜERO

BAFICI 2017: COMO ME DA LA GANA II DE IGNACIO AGÜERO

Por Pablo Gamba

El juego de Como me da la gana II comienza por el título. El documental es presentado como un remake del cortometraje que Ignacio Agüero hizo en 1985, en el que interpeló a algunos colegas sobre el cine que podía hacerse en dictadura, bajo el régimen de Augusto Pinochet, luego de que fuera censurado su film No olvidar (1982). Hoy hay democracia en Chile. Se hace cine en libertad y la interrogante, en consecuencia, es otra: ¿qué es lo cinematográfico?

Interrumpir un rodaje para hacer preguntas es una técnica del cinéma verité que le gusta a Agüero, y es lo que vuelve a ocurrir aquí en el caso de cineastas como Pablo Larraín y José Luis Torres Leiva. También entrevista a Alicia Vega, quien dicta talleres de cine para niños y participó en su documental Cien niños esperando un tren (1988), e incluso a una estudiante iraní de la Eictv de Cuba.

Los resultados de los encuentros que de esa manera se producen son más interesantes que las respuestas. En un fragmento de Como me da la gana que reprodujo en esta película, por ejemplo, Agüero se acerca a un cineasta que filma una protesta y la consecuente represión, y se los ve a ambos rodeados de carabineros. “Estamos en el centro del problema”, dice el entrevistado.

Los encuentros de la actualidad son reveladores de las diversas maneras de trabajar y de ser de cada uno de los entrevistados. Si bien Larraín pareciera haber preparado un discurso como respuesta a una pregunta que conocía de antemano, por ejemplo, otros se dejan sorprender sinceramente por la interrogante del documentalista, como Marialy Rivas. Torres Leiva se atreve a sacarlo del juego, al hacer manifiesto que Agüero en realidad sabe lo que le pregunta sobre su film, porque actúa en él. Se trata de El viento sabe que vuelvo a casa (2016).

Hay también en todo esto una respuesta en relación con lo que es propiamente cinematográfico: la capacidad del cine de hacer descubrimientos a través de la interacción. Pero Como me da la gana II va más allá en la reflexión que plantea. La película pone al descubierto, además, la búsqueda que se hace de todo film en la sala de edición. Ocurre en los diálogos del director con la montajista y en varios comienzos posibles, que exploran alternativas y ponen evidencia los extravíos que se producen en el proceso de encontrar la película. Allí se hace patente la ironía del título: ¿cómo es que el film II puede ser un remake del I?

“¿Dónde está lo cinematográfico aquí?”, le pregunta Sophie França, en relación con unos fragmentos de cintas del pasado, cuya posibilidad de ser incluidos en el documental solo pareciera derivarse de que son como fotos familiares: en ellos se ve al padre y al abuelo de Agüero. “En los sombreros”, bromea el director.

Pero no solo se dirige la pregunta hacia la naturaleza de esos planos, o el de una dama que rema o los de una home movie filmada en la URSS, que cobran interés por sí mismos, al estar aparentemente no sujetos a cualquier fin expositivo o narrativo. La puesta al descubierto de los procedimientos en Como me da la gana II plantea también la interrogante en relación con la manera como cristaliza un documental. Y la respuesta a la pregunta por lo cinematográfico pareciera ser, entonces, lo lúdico, la posibilidad de jugar tanto en el rodaje como en el montaje.

La diferencia entre planteársela en democracia o en dictadura conduce a revisar la idea de que en determinadas circunstancias puede haber un “cine necesario”. Lo necesario, podría concluirse sobre la base de esta película, es que lo que se haga sea también lúdico, en cualquier caso. Si no es así, no será cinematográfico.

Sección: Cinefilias
Dirección y guion: Ignacio Agüero
Producción: Ignacio Agüero, Amalric de Pontcharra
Fotografía: David Bravo, Gabriel Díaz, Arnaldo Rodríguez,Ignacio Agüero
Edición: Sophie França
Sonido: Marcos Salazar
Chile, 2016