Por José Sarmiento Hinojosa
Si hoy tuviera que haber un protagonista, este sería John Zorn. El compositor avant-garde fue el más grande instigador de dos preciosos, inolvidables e irrepetibles momentos: primero, la restauración de El Cabinete del Dr. Caligari de Robert Wiene, completamente musicalizada (en un estilo improvisacional) por Zorn (quien estuvo acompañado de un magnífico organo antiguo, y en los interiores de la maravillosa Berliner Philharmonie, y segundo, el estreno de los footages nunca antes vistos de Jack Smith, presentados por Ken y Flo Jacobs, y musicalizado por el maestro compositor.
Si el acto de presencia y la memoria son las únicas armas que tenemos contra el olvido , permítanme extenderme durante un momento ante estos dos eventos maravillosos.
Esta copia nueva de El Cabinete del Dr. Caligari, estupendamente restaurada para la Berlinale, no pudo tener un mejor lugar para su lanzamiento. La grandeza y excelente arquitectura del lugar, encajron dentro de las propias innovaciones estructurales de la película. En realidad, uno puede sentirse dentro de la interminable propuesta de diseño de set que Robert Wiene construyó, y perderse en esa lógica en los pasillos del edificio del teatro y de la sala de conciertos.
Pero fue John Zorn que logró que algo suceda. Su estilo de improvisación (que ayudó a redefinir la vanguardia musical en los años setenta) encajó a la perfección con el tono de la película. El poder, la presencia y el sonido clásico del antiguo órgano (ejecutada por un multi- instrumentista talentoso de hecho ) dio a la película un nuevo poder, e incluso a pesar de conocer la historia (un clásico del cine antes de tiempo), no se pudo evitar los escalofríos, drama, suspenso y el alivio cómico de la película. Zorn improvisó completamente, y contribuyó a la sensación general de que la película es muy libre, y hasta se sincronizó con el espíritu clásico del film ( ya que incluso pudo haberse ejecutado con instrumentos electrónicos o similares ), y lo dirigió para dar a esta película una nueva vida como un experimento de vanguardia. Un momento inolvidable.
La retrospectiva sobre Jack Smith, en el HAU 1, estuvo dedicada al artista drag Mario Montez (recientemente fallecido), y comprendió en su primera parte algo de material ya exhibido y conocido hasta la fecha. Debidamente restaurado por Jerry Tartaglia y rescatado de algunos archivos oscuros, este conjunto de cortometrajes inconclusos (o al menos las versiones que se llegaron a ver antes que muriera) son una verdadero placer cinéfilo. Se exhibieron cinco películas: Milk Bath Scene from Normal Love, Boiled Lobster of Landlady Lagoon, In the Grip of The Lobster (probablemente la obra maestra de la serie), Exotic Landlordlism, y Overstilmulated, dos de las cuales fueron musicalizadas por el mismo Zorn.
Para alguien que sólo ha visto Flaming Creatures ( la mayor parte del universo cinéfilo), esta muestra resultó una absoluta delicia, y una revelación única. Las copias, con estupendos colores brillantes, sumergen al espectador en este universo extraño y personal de Jack Smith.
Como dijo una vez Susan Sontag (y a ella le habría encantado esta retrospectiva), la sexualidad en la obra de Smith está correctamente encuadrada en un discurso sobre el gran arte y la censura, como parte de un universo bizarro y único de libertades sexual y artística. Y Mario Montez, a quien fue dedicada esta retrospectiva, brilló con la gracia de haber sido una extraña diva del mundo Smith. Zorn, utilizando la propia colección de discos de época de Smith, acompañó bien las escenas de carga sexual, las tomas delirantes, casi psicodélicas. Y creo que las palabras del curador Jerry Tartaglia lo dijeron todo: ” Mirar una película de Jack Smith es como estar en el final de una de fiesta y ver al último invitado negarse volver a casa”. Un film resaca que nunca olvidaré.