Por Mónica Delgado
La concepción y percepción del tiempo que el joven cineasta Bi Gan propuso en su ópera prima Kaili Blues, se prolonga en clave de duermevela en su nuevo trabajo presentado en Un certain regard en Cannes. Una búsqueda dispersa de una mujer se vuelve un repaso de la memoria y de cómo se la concibe, si a modo de ilusión, pesadilla o como dice uno de los personajes en alguna parte del film, como sueños que no se pudieron concretar. En Long day’s journey into night, Bi Gan vuelve, de modo notable, a algunos motivos de su anterior largometraje: el tiempo y la figura inevitable del reloj, interiores que cobijan fantasmas o entes estilizados, y un personaje que retorna a buscar a un ser del pasado desde la incomodidad de aquello que no se puede asir o captar.
Long day’s journey into night es ante todo una experiencia sensorial, en la medida que todo está conducido por atmósferas, impresiones, estados de ánimo, que se van encadenando en la búsqueda de un hombre que vuelve a su pueblo natal tras la muerte de su padre. Este luto también detona el deseo de buscar a una mujer que lo abandonó hace algunos años, de quien solo conserva apenas ensoñaciones que se van materializando con personajes femeninos que se le van cruzando en el camino.
No hay manera que ante los ojos de Bi Gan este viaje sea narrado de un modo realista. Para el cineasta, el imaginario del sueño es la única vía para recuperar el pasado o ir en busca de él, construyendo un imaginario de la circularidad del tiempo, a partir de sus fragmentos o desde las mágicas irrupciones de entes y situaciones que logran este efecto circular, y que recoje a través de elaborados planos secuencias ya usuales en su cine. Sí, estábamos dispuestos a que en cualquier momento apareciera el plano secuencia como recurso de la marca Bi Gan, pero lo hizo esta vez desde la profundidad de campo que permite el 3D, dando así materia al título del film. El largo viaje dentro de la noche solo podía concebirse desde un plano secuencia de 45 minutos, que incluye paseo en vespa, el cruce de un río en un improvisado “teleférico” y caminatas por pasajes que imitan la textura de las pesadillas. Pero donde también Bi Gan agrega la cuota metatextual (o de metacinema), de cine dentro del cine, del sentido del tiempo dentro del tiempo, ya que el 3D irrumpe cuando el personaje se coloca unos lentes dentro de una proyección de un film, que también como espectadores veremos. “Estaba en el cine y de pronto me veo aquí metido en este lugar”, dice el protagonista, mientras nosotros nos dejamos llevar por este descenso a un pueblo de fantasmas, o a la mente que sueña y que gobierna la pantalla.
Kaili Blues marcó un estilo y puso el nombre de Bi Gan entre las promesas del cine reciente. Con este nuevo film, confirmamos la maestría con que elabora sus universos de ensoñación y al crear una estética de la circularidad del tiempo. No cabe duda que es una de las joyas de este festival, y la primera obra maestra de la temporada.
Un Certain Regard
Productores: Shan Zuolong, Charles Gillibert
Director: Bi Gan
Guion: Bi Gan, Dong Jinsong
Diseño de producción: Yao Hung-I
Edición: Qin Yanan
Reparto: Tang Wei, Sylvia Chang, Huang Jue
China, 2018, 110 minutos