Por Mónica Delgado
Yomeddine del egipcio Abu Bakr Shawky es un film que parte de una premisa sencilla, o incluso podría decirse que parte de una pastilla o chocolate para el alma: el amor filial y la amistad como valores supremos a rescatar. Es que la primera película de Shawky parece haber sacado ideas de Freaks de Tod Browning, pero aquí sublimadas o ablandadas para mostrarlas bajo el influjo maravilloso del mundo Disney y sus mensajes aleccionadores.
Es probable que la presencia de Yomeddine se deba a que es un film que representa la cuota africana en la selección oficial, pero también pueda deberse a que da una visión distinta de un elemento usual en Cannes: el miserabilismo o su interés por el cine de la crueldad. Si bien el protagonista Beshay, encarnado por Rady Gamal, sufre de lepra, trabaja de reciclador en un basural y vive solitario en una colonia al norte de Egipto, no hay en la historia situaciones que exageren su condición, sino más bien a partir de su salida del asilo es confrontado con el mundo real, que sigue viendo a los leprosos como monstruos, pero que el cineasta se encarga de medir o difuminar.
Abu Bakr Shawky elige la road movie precisamente para hacer que su personaje descubra un Egipto hostil, donde este tiene que gritar que también es un ser humano ante diversas situaciones que lo enajenan debido a las consecuencias de su enfermedad. En compañía de un niño huérfano y que asume como si se tratara de un hijo, Beshay emprende un viaje de búsqueda familiar, y que el cineasta compone de modo pueril o sin malicia. Viajan por un Egipto rural sin dinero, donde se cruzan con delincuentes y fanáticos religiosos, o con una pandilla de freaks como él, que se vuelve la hermandad que lo cobija. Un mundo menos indolente entre iguales. Esta mirada amable, en medio de la miseria, permite que el protagonista sea objeto de misericordia y lástima. Pero la clave no está solo en graficar esta amistad a prueba de balas (Beshay, católico, y el niño Obama, musulman) sino en hacer una mapeo social del país, de norte a sur, de cristianos a musulmanes, de abandono hasta el hallazgo del lazo familiar, que incluye siestas en medio de las pirámides egipcias o baños de sol en el río Nilo.
Yomeddine es una ópera prima de buenas intenciones, y que solo se queda en esa impresión.
Competencia oficial
Dirección: Abu Bakr Shawky
Guion: Abu Bakr Shawky
Edición: Erin Greenwell
Fotografía: Federico Cesca
Reparto:Rady Gamal, Ahmed Abdelhafiz
Productora: Desert Highway Pictures
Egipto, 2018, 97 min