DESISTFILM DE STAN BRAKHAGE

DESISTFILM DE STAN BRAKHAGE

por Mónica Delgado

Desistfilm: ocio y furor adolescente en planos que cercan rostros y cuerpos en fragmentos dentro de la atmósfera de la estridencia de un piano asincopado, herido, a punto de desarmarse. Los créditos de inicio en fondo negro, que anuncian los nombres de los participantes,  en letras trazadas con mano trémula sobre el mismo fotograma,  presentados bajo un zumbido que va anunciando el clima del film: muchachos en una casa de campo, dejando pasar las horas mientras intentan sacarle algunas notas a una mandolina o sueltan rastros de  un idioma extraño quizás en un diálogo futil.

Unos cinco chicos en torno a una mujer, a quien en juego hilvanan con lana, o a quien toman como objeto del deseo en los contornos de una fiebre voyerista. Así Stan Brakhage elabora uno de los trabajos más fascinantes sobre la adolescencia americana, inspirada en los preceptos de la cultura beatnick, impensable sin los estímulos formales de Jack Kerouac o Williams Burroughs, y mostrando a adolescentes envueltos en la estética de una fantasía de terror, que evoca al cine mudo de Jean Epstein y sus  abrumadoras imágenes de pesadilla en blanco y negro, lo que resulta el lado más genial  y arriesgado de esta experiencia sensorial.

Brakhage  utiliza la cámara como si se tratara de la vista de un insecto atrapado en esta habitación llena de jóvenes eufóricos, y que con el zumbido inicial, que se apodera de todo universo sonoro posterior, afianza este entorno  de la abulia, pero también del desorden y de la crisis, que queda enfatizado en esa visión oblicua de la pareja bailando y tocándose mientras los demás chicos los ven fuera de la casa, como si se tratara de una danza de voyeristas siniestros y festivos a la vez.

Un ambiente de terror (planos de rostros apenas iluminados por una suerte de linterna que enfatiza la deformación y luego la abstracción) para el deslumbramiento adolescente posado en lo pulsional y lo prohibido. Brakhage se adueña de la intención de desequilibrar con los ruidos y música atípica el alma abrupta de este furor adolescente, que ha escapado de la ciudad y cobijado en una casa en el medio del bosque.

Desistfilm, una de las pocas películas de Brakhage con sonido, es un viaje al corazón de los adolescentes desde aquello que nunca pueden llegar a cumplir: una visita a sus deseos frustrados, a su enajenación y al tránsito del mundo infantil donde el sexo y el placer solo pueden ser vistos desde el velo de una botella que irrumpe frente a la cámara, atentando contra el ojo voyeur sobre la pareja danzante.