PANORAMA: ANASTASHA DE ANTONIO FORTUNIC

PANORAMA: ANASTASHA DE ANTONIO FORTUNIC

Por Mónica Delgado

Anastasha (1994), un falso documental peruano, y por ende, una clara intención de arrancar lo mejor de este subgénero desde la mofa, o el pastiche. Una actriz, que recuerda a la Gloria Swanson de Sunset Boulevard, es una supuesta actriz peruana que debido a su talento y versatilidad actuó en películas de los renombrados cineastas Luchino Visconti o Federico Babiloni, y que alcanzó el culto de diva. El director nos dibuja este retrato a partir de testimonios de sus amigos actores, de su profesora de danza, de su dentista, de su familia, y se insertan así escenas de su filmografía internacional y de números musicales de vodevil propios de una Dietrich o de heroínas fassbinderianas. Javier Temple, famoso actor travesti, encarna a esta mítica mujer.

Con el ojo en la cámara de Juan Carlos Ferrando, esta cinta de Fortunic tiene todos los detalles e ingredientes para entusiasmar o enervar a las reivindicaciones de género (feminismos, masculinidades, transformismo, imaginarios del cuerpo), pero Anastasha no es Hedwig and the angry inch, la descripción definida de un personaje atrapado en un cuerpo en tránsitoA través del lenguaje del documental convencional (testimonios, recreaciones, tomas de archivo, afán investigador, etc.) asistimos a relatos que buscan la verosimilitud, imitar las formas del documental, incluso televisivo,  apropiándose de recursos periodísticos o de la ventaja de lo digital, pero para cuestionar este efecto de verdad, para ahondar en la máquina del artificio.

Si hablamos del mockumentary como género pensamos en nombres emblemáticos como David Holzman’s Diary de Jim McBride, This is Spinal Tap de Rob Reiner o en Forgotten silver de Peter Jackson, lo cual nos remite a un espíritu provocador y cómico, que tiene que ver con la reinvención del modo de narrar. This is Spinal Tap es formidable porque desnuda el detrás de cámara del mundillo del glam y el heavy a través de personajes tan singulares e iguales a los que vemos en conciertos y en portadas de famosas revistas. Muestra el disloque, la “esperpetización”, el homenaje. Mientras que en Forgotten Silver, Peter Jackson inventa el hallazgo de un personaje capital para la historia del cine, un pionero neozelandés, quien descubrió el cine a color y el cine sonoro. Idea provocadora si se piensa en la hegemonía de EEUU o Europa en la historia de los inventos de las primeras décadas del siglo XX. La periferia cobra visibilidad.

Anastasha, en esa búsqueda del pastiche, explora un imaginario universal del divo y la tragedia posfama, extrayendo o apropiándose de momentos reconocibles del cine, pero también rebajando significados de seres casi totémicos (al crear una supuesta escena viscontiana) a una idolatría de mentira, lo que causa hilaridad, en el marco de una Lima de fetiches e ídolos de barro.