Por Mónica Delgado
Luego de dos años de ausencia, debido sobre todo al poco apoyo estatal y privado para su realización, asoma al panorama cinéfilo de la ciudad la cuarta edición del Festival de Cine de Europa Central y Oriental ‘Al este de Lima’, con más de 30 películas realizadas entre 2010 y 2012, entre ellas ganadoras de varios premios internacionales. Este festival, que se viene realizando desde este jueves 16 al 25 de mayo, muestra el trabajo de cineastas jóvenes pero también obras de maestros del experimental, como el caso de Zbigniew Rybczynski, notable director polaco ganador del Oscar.
El cine de la Europa del Este sufrió la censura y represión en épocas de regímenes totalitarios, pos guerra fría, y poco a poco, sobre todo debido a políticas de fomento al cine nacional, es que han surgido nuevos cineastas independientes de países como Macedonia, Rumania, Hungría, Serbia y Montenegro o Lituania, visibilizando así nuevas miradas, y que en muchos casos, se detienen a interpretar la nueva faz social de Europa.
Las películas en la sección competitiva son:
80 letters / Osmdesát Dopisu. Drama de Václav Kadrnka (República Checa, 2011, 75 min.)
Aurora. Ciencia ficción de Kristina Buozyte (Lituania, 2012, 126 min.)
Klip. Drama de Maja Milos (Serbia y Montenegro, 2012, 100 min.)
F* for forest. Documental de Michal Marczak (Polonia, Alemania, 2012, 90 min.)
Dom s bashenkoy. Drama de Eva Neymann (Ucrania, 2012, 80 min.)
Az ember tragédiája. Animación de Marcell Jankovics (Hungría, 2011, 160 min.)
O luna in Thailandia. Drama de Paul Negoescu (Rumanía, 2012, 85 min.)
Jestes Bogiem. Drama de Leszek Dawid (Polonia, 2012, 110 min.)
Las recomendadas de Desistfilm
1. 80 cartas
Eighty Letters de Václav Kadrnka es una cinta de la República Checa, ambientada a comienzos de los años ochenta, cuando se vivía bajo el régimen socialista alienado a la ex URSS. El cineasta ha señalado que se trata de un filme autobiográfico y que esboza los recuerdos de su adolescencia, cuando su madre organizaba un futuro reencuentro con su padre, quien vivía en Londres como migrante.
La anécdota se traduce en un largo día (se nota el tiempo soso y apesadumbrado de la jornada), en que el hijo, así a secas, sin nombre, falta al colegio para alcanzar a su madre, quien se dirige a la ciudad, quizás Praga, para hacer unos trámites para el padre ausente. Juntos irán a diversas oficinas y sedes burocráticas en lides de alma interminable, donde la madre deberá juntar una serie de requisitos, que serán enviados al padre en una maleta marrón junto a ropa, zapatillas y salchichones checos.
Václav Kadrnka elabora un filme de apariencia minimal, lleno de planos cerrados, donde su cámara se detiene en tiempos muertos que afianzan el paso lento de las horas, con ausencias y casi siempre en contrapicado. Somos testigos de los pasos, de los pies de los personajes en su caminar, de la mano del hijo que impide que una estampita se escape con el viento, del tránsito de la maleta con regalos para el padre que será encargada a una pareja de ingleses.
Lo más interesante de Eighty letters es su aura de nostalgia , no en la ambientación ni en la fotografía de matices verdosos o marrones que roza el sepia, sino aquella que se traduce en la visión áspera y a la vez atrayente de la figura de la madre. Un «complejo de edipo» retraído y sugerente.
2. Clip
Una adolescente que vive a través de la mirada de las redes sociales, el teléfono celular y el exhibicionismo como forma de poder. Un ambiente familiar deteriorado donde no hay espacio para la sublimación: a Jasna le interesa solamente vivir su sexualidad como vía de escape a un hogar aburrido en un Belgrado en crisis social.
Los rezagos de la guerra en los Balcanes ha propiciado una generación joven fría pero atrevida, dislocada, fracturada y eso bajo el ojo de Maja Milos se convierte en estallidos de irreverencia, libertad, y sobre todo, exploración de los cuerpos a través de la mediación del internet y los celulares. El sexo online como provocación y afirmación, una bomba en manos de púberes y adolescentes sin control, donde los padres están ausentes, enfermos o ajenos. Pero a Maja Milos no le interesa sacrificar a sus personajes por una moraleja insípida, sino, al modo de Larry Clark, mostrar cuerpos efervescentes y rebeldes en medio de la droga y el alcohol sin limitaciones.
Clip tiene un final apabullante, desconcertante, que define los verdaderos lazos de poder y sumisión en la era de las relaciones virtuales, donde más importa el juego de la representación ante la filiación real, donde las buenas intenciones han pasado de moda.
3. Un mes en Tailandia
Una canción de Los iracundos en un karaoke de fiesta de fin de año en plena Bucarest. No, nadie va a Tailandia, no hay playas, comida exótica ni paisajes impresionantes. Hay una pareja que termina y otra que comienza, y un hombre en un dilema amoroso en plena última noche del año. Este film de Paul Negoescu, una historia de romance y enredo emocional muestra con un estilo distanciado las dudas amorosas de Radu, un chico de 30 años que vive con su novia en un piso y con quien ha planificado un viaje a Tailandia, como evidencia de su estatus en la clase media y como muestra de su hartazgo del lugar donde vive. Sin embargo, como acto de magia, se le mete en la cabeza la idea de volver con su ex Nadia en plena noche de año nuevo, lo que desencadena visitas a karaokes, discotecas, restaurantes y calles de una Budapest diferente a los retratos sociales ya conocidos del cine rumano.
Un mes en Tailandia es una cinta de humor discreto, y que a partir de diversos detalles y entre líneas va a describir las verdaderas motivaciones de las rupturas y encuentros en la vida de este joven en plena crisis de madurez.
4. Toda la sección experimental. Zybniew Rybczynski
Son siete los cortos y mediometrajes que conforman la retrospectiva de este cineasta polaco, ganador del Oscar por Tango (que también se exhibe), figura capital experimental de su país egresado de la famosa Escuela de Cine de Lodz, y que resulta un evento imperdible.
Zbigniew Rybczy?ski participará en un conversatorio (vía online) con Diego Lama y Jorge Villacorta en la Fundación Telefónica. El cineasta polaco, nacido en Lodz, ha ganado numerosos premios, y obtuvo fama internacional a partir de su dirección en famosos videoclips de Lou Reed, Rush, Simple Minds y John Lennon.