BAFICI 2019: CENIZA VERDE DE PABLO MAZZOLO Y FORDLANDIA MALAISE DE SUSANA DE SOUSA DIAS

BAFICI 2019: CENIZA VERDE DE PABLO MAZZOLO Y FORDLANDIA MALAISE DE SUSANA DE SOUSA DIAS

Ceniza Verde, de Pablo Mazzolo

Por Pablo Gamba

En el 21° Bafici se estrena Ceniza verde, corto de uno de los más importantes realizadores del cine experimental argentino actual: Pablo Mazzolo. Es parte de un programa de la Competencia Vanguardia y Género en el que figura también Fordlandia malaise (2019), mediometraje de la cineasta portuguesa Susana de Sousa Dias, directora de Luz obscura (2017), y galardonada en Cinéma du Réel y el festival Punto de Vista por 48 (2010).

Mazzolo retoma en Ceniza verde la búsqueda del que hasta ahora es su corto más importante, El Quilpo sueña cataratas (2012): la captación de vestigios de un pasado mítico en el presente, en la naturaleza. En este caso se trata de una cultura originaria de las Sierras de Córdoba, en Argentina, de un pueblo que prefirió el suicidio colectivo a ser colonizado. La alusión en el título al fuego y a lo que mantiene, al apagarse, el color de la vida es ilustrativa.

Los primeros planos, que proponen una analogía con la visión del parpadeante y móvil ojo humano, traen a colación lo que escribió Gene Youngblood acerca del film como “documental de la percepción del artista”. Hay también un texto con la información necesaria y un elemento gráfico que, junto con el uso del foco selectivo y otros recursos cuestionadores de la transparencia que se atribuye a las imágenes del aparato fílmico, pueden ayudar a percibir el sol del comienzo y el intenso verdor de la vegetación del lugar como algo que trasciende los referentes reales del presente y del pasado, al igual que la simple búsqueda formal. Se elevan así hacia lo mítico, y desde allí a la perspectiva utópica de una reconciliación de la humanidad con la naturaleza.

Es la manera de hacer partícipe al espectador de lo que el cineasta percibió cuando vio, como podría expresarse parafraseando lo dicho por la cineasta experimental argentina Marie Louise Alemann, entrevistada en el corto MLA (2017) de Paulo Pécora. Requiere, sin embargo, de complicidad para lograrse, así como de conocimiento de este tipo de cine y de su antagonismo con la imagen hegemónica, considerada también colonizadora del mundo de la vida.

Forlandia Malaise, de Susana de Sousa Diaz

Fordlandia malaise es otro documental sobre un lugar. Se trata de la ciudad que comenzó a ser construida en 1926 por Ford Motor en el Amazonas para los trabajadores de su plantación de caucho de 10.000 kilómetros cuadrados, creada por concesión del Gobierno de Brasil. Con lo producido allí quería librarse del control británico del mercado de ese producto. Pero fue un emprendimiento lleno de problemas técnicos, y un enclave que pretendió trasladar a la selva tropical un modo de vida conservador estadounidense, incluida la prohibición del alcohol y el fútbol, y cambios en la alimentación tradicional, que causaron problemas con los trabajadores locales. Todo eso hizo que en 1934 fracasara el proyecto y fuera abandonada Fordlândia.

La película representa un giro temático y geográfico con respecto a los  documentales citados de Susana de Sousa Dias, que tratan de la dictadura en Portugal. Al comienzo la realizadora vuelve a un recurso característico de su cine: el trabajo con las fotografías y el sonido. Pero pronto llega un momento en el que la secuencia de imágenes fijas es rota por la irrupción de un montaje basado en la música, y da paso a grabaciones en blanco y negro de la localidad como es hoy. Son grandes planos generales que poco a poco se van cerrando, y tomas aéreas que van descendiendo, mientras comienzan a percibirse movimientos de las pocas personas que aún viven en ese lugar.

Hay una parte en la que una voz dice que se trata del presente de una ciudad construida para el futuro y conocida por su pasado. Es el tema de una película en la que al “progreso” de un proyecto que se detuvo y comenzó a dar marcha atrás, corroído por el abandono, se contrapone el ritmo de la vitalidad de los habitantes que se enfrentaron con la compañía y continúan resistiendo la decadencia. Tiene expresión en una música que invita a la danza.

Un plano de Fordlandia malaise, que recuerda los fantasmas, establece un vínculo temático con los indígenas que se quitaron la vida para no ser esclavos en el corto de Mazzolo. También se trata de un cine que intenta ir más allá de lo visible y de lo audible, hacia la percepción del alma viva en un lugar que aquí parece muerto. El problema es que esa búsqueda va de la sutil sensibilidad que requiere percibir lo imperceptible a un lugar común optimista sobre el pueblo brasileño: una secuencia en la que hay un cambio del blanco y negro al color, y aparece el personaje de un niño que canta y baila. Pueden bastar pocos segundos de pérdida de rigor o descuido para echar a perder el cuidadoso trabajo que requiere lograr un bello film, y es lo que ocurre allí.    

Competencia Vanguardia y Género

Ceniza verde 

Realización: Pablo Mazzolo
Argentina, 2019-04-10

Fordlandia malaise 

Dirección, guion, fotografía, dirección de arte y sonido: Susana de Sousa Dias
Producción: Ansgar Schaefer
Música original: António de Sousa Dias
Portugal, 2019