Por Mónica Delgado
El romance entendido como hecho fortuito y trágico aparece como motivo en varios films de Christian Petzold. En Transit, por ejemplo, los mismos protagonistas de Undine (la magnífica dupla Paula Beer y Franz Rogowski) se ven sometidos a la indiferencia del destino, donde no es posible la sublimación en tiempos de guerra. O como en Jerichow, donde la atracción sexual es la vía hacia el cadalso. En cambio, en Undine, además con un tono un poco más complaciente, sin las apuestas estilísticas de sus anteriores trabajos, el contexto ya no importa mucho, sino que el cineasta alemán se concentra en ofrecer un relato romántico en todo sentido, que incluye seres míticos y sacrificios de amor.
Petzold reactualiza el mito germánico-escandinavo de Ondina, una de las ninfas o náyades de aguas dulces, que cae en embrujo por amor. Undine empieza muy bien, centrándose en el relato de la típica mujer histérica, un estereotipo necesario en las tragedias amorosas, y que en manos del cineasta aparece para afirmar la existencia del amor más allá de la muerte. Undine (Paula Beer) amenaza a un amante indiferente que la quiere dejar, y es en ese contexto que aparece un buzo (Franz Rogowski), del cual se enamora de manera instántanea tras un incidente en una cafetería. La verosimilitud que propone Petzold está cortoneada por los límites de los arquetipos del amor romántico, de su sublimación fruto de las representaciones decimonónicas. Un héroe y galán perfecto, y una mujer entregada a esa intuición, para dejar en el pasado un amor tóxico. Y es en esos primero minutos, que el cineasta alemán logra plantear este universo de correspondencias con habilidad (como la lograda escena de la pecera). Sin embargo, algunos giros del guion, que toma elementos del thriller amoroso, terminan opacando los puntos altos del film.
También, se hacen extrañar algunos elementos que parecían haber sido añadidos sin arbitrareidad al inicio, como el rol de Undine como historiadora que va relatando pasajes de la reconstrucción urbana y arquitectónica de una Alemania que pasó por varios eventos históricos también trágicos. Pero esta contextualización queda, al final de cuentas, en el aire, sin haber justificado su inclusión en la historia en sí de los dos personajes. Por otro lado, esta presencia de Petzold en la competencia internacional de esta edición de la Berlinale, luce irregular en comparación a otros trabajos más redondos. Aunque tiene escenas logradas, de conexión entre los dos personajes, los traspiés parecen ser más pesados, tanto que el mito tiene el sinsabor del lugar común.
Competencia oficial
Dirección y guion: Christian Petzold
Fotografía: Hans Fromm
Reparto: Paula Beer, Franz Rogowski, Maryam Zaree, Jacob Matschenz
Productora: Schramm Film / Les Films du Losange / ZDF / Arte / arte France Cinéma / Canal+ / Ciné+
Alemania, 2020, 92 min