Por Mónica Delgado

Un año, una noche, estrenada en la competencia por el Oso de Oro de la 72º Berlinale, es un film sobre el trauma y la imposibilidad de superar hechos trágicos en clave psicológica. Es más, parece oportuno que la adaptación de un libro de no ficción de un sobreviviente del atentado del club Bataclán en París en 2015, cayera en manos del cineasta español Isaki Lacuesta, ya que si bien el film describe el horror durante este asalto, se concentra más en las consecuencias de este suceso en la relación de una joven pareja, encarnada por el actor argentino Nahuel Pérez Biscayart y la actriz francesa Noémie Merlant.

El desarrollo del film detalla la intimidad e interioridad de estos dos personajes, que parecen aún no superar del todo este atentado. La relación con unos amigos españoles, ataques de ansiedad, y también estados de negación aparecen como piezas de una situación entre la catarsis (desde el personaje masculino) y su reverso, la contención (desde el personaje femenino). Y desde el seguimiento a este proceso de cura y miedos, se permiten reflexiones entre los personajes sobre la incapacidad de enfrentar el miedo a la muerte como el de la fobia a la cultura árabe, o incluso la idea de nación tras las implicancias del atentado. Lacuesta va yendo de un usual efectismo inevitable al inicio del film, para ir luego, poco a poco, hacia los códigos del film psicológico, para adentrarnos en la psique de uno de los personajes, y quizás esa opción hace que la película mejore, y genere una empatía directa con el espectador hacia el final.

Confieso que el inicio del film, con el uso de algunos flashbacks “electrizantes” me generó una gran desconfianza sobre lo que podría venir en las siguientes dos horas. Este lugar común de cómo diseñar los recuerdos o memorias desde la noción de lo furtivo, lo impreciso, a modo de un sueño caótico, para algunas obras sobre tragedias o asaltos terroristas, o desde el efectismo o morbo (si pensamos en la inevitable Utøya: July 22 de Erik Poppe, o en la versión de Paul Greengrass) poco a poco perdía terreno para dar paso a los condimentos en una relación amorosa, amical y laboral atravesada por el trauma.

Basada en el libro Paz, amor y Death metal, de Ramón González, Un año, una noche, es una obra distinta al usual cine de Lacuesta (Entre dos aguas, Los pasos dobles, El libro de Barro), y quizás debido al tema, con el fin de entrar a mercados más amplios del cine. Sin embargo, pese a la intención comercial que podría tener esta apuesta, se percibe a un cineasta dedicado a construir la desazón de un personaje, desde este plano psicológico, despojado de facilismos y con una vuelta de tuerca que no se percibe impostada.

Competencia internacional Berlinale
Dirección: Isaki Lacuesta
Guion: Isa Campo, Isaki Lacuesta, Fran Araújo. Libro: Ramón González
Música: Raül Refree
Fotografía: Irina Lubtchansky
Reparto: Nahuel Pérez Biscayart, Noémie Merlant, Quim Gutiérrez, Alba Guilera, Natalia de Molina, C. Tangana, Enric Auquer, Blanca Apilánez, Bruno Todeschini, Sophie Broustal
Productoras: Mr. Fields and Friends, Bambú Producciones, La Termita Films, Noodles Production
España, Francia, 2022, 120 min