CANNES 2016: MA LOUTE DE BRUNO DUMONT

CANNES 2016: MA LOUTE DE BRUNO DUMONT

Por Mónica Delgado

Es inevitable ver a Ma Loute como una continuación del estilo de P’tit Quinquin. Como en la serie televisiva de Dumont, hay una investigación (e inspectores de la policía anodinos) de por medio y una serie de desapariciones dentro del ámbito de un poblado donde se confrontan dos clases sociales: burgueses y criados en la Calais de inicios del siglo XX.

El viraje de Dumont que comenzó con P’tit Quinquin hacia la comedia absurda y surreal, recurriendo al slapstick, al gag y manteniendo la elección de actores con determinado perfil físico, inspirado en los rostros y deformidades de las pinturas flamencas de Pieter Brueghel, como sucede desde La vida de Jesús o L’Humanité, se mantiene en Ma Loute. Rostros rechonchos, sonrojados, sacados de algún pasaje rabelaisiano -o simplemente emulando los antagonismos de unos Laurel y Hardy- permiten un lado absolutamente físico, y aquí reforzado dentro de un argumento de caníbales y resistencia entre clases sociales con un humor hosco, exagerado, que enfatiza la risa, la mueca y el llanto como únicos modos de exacerbación.

En Ma Loute, que lleva el nombre de uno de los personajes, los personajes levitan. Pero no hay un significado sacro o de estado de gracia, sino más bien que responden a la lógica de un mundo de salidas fantásticas para situaciones chirriantes, donde la burguesía veraneante es un mundo endogámico, que permite el incesto y el encierro social, mientras los pescadores y sirvientes, los verdaderos habitantes de estas costas, son caníbales en permanente revancha de clases. Levita la esposa santa, y el inspector de policía obeso, como si se tratara de un film de los Monty Python. Pero también los gags y demás caídas parecen tomar inspiración de los comics y el cine silente de Fatty Arbuckle, y la estética extraída del mundo de Las aventuras de Tin Tín.

Al humor trazado de su anterior trabajo, se le añade aquí la estilización desde el vodevil, el teatro del absurdo y el hiperrealismo, con una Juliette Binoche de ultragestualidad, o con una Valeria Bruni Tedeschi ingenua y presta a las caídas consecutivas.

Dumont no habla aquí con la solemnidad de sus anteriores films, más bien confirma una nueva etapa dentro de la comedia donde se siente libre y cómodo, mostrando un entorno del absurdo y la extravagancia, donde se invoca a Dios todo el tiempo, y donde ejercicios cotidianos de cruzar ríos, cazar personas, cocinar, comer, y buscar huellas de crímenes se vuelven elementos para ironizar sobre un tipo de corporeidad basada en el gesto, los golpes y la carne desnuda, y porque no, en pedacitos.

Competencia Oficial

Director: Bruno Dumont
Guión: Bruno Dumont
Fotografía: Guillaume Deffontaines
Reparto: Juliette Binoche, Valeria Bruni Tedeschi, Fabrice Luchini, Angélique Vergara, Jean-Luc Vincent
Productora: Coproducción Francia-Alemania; 3B Productions / Arte France Cinéma / Scope Pictures / Twenty Twenty Vision Filmproduktion
Francia, 2016