CANNES 2018: HAPPY AS LAZZARO DE ALICE ROHRWARCHER

CANNES 2018: HAPPY AS LAZZARO DE ALICE ROHRWARCHER

Por Mónica Delgado

Como en Le Meraviglie, la joven cineasta italiana Alice Rohrwacher elige el tono fantástico para una parábola social, pero aquí ya como crítica a estamentos del capitalismo, representados de la mano de una vieja monarquía que convierte a los campesinos en sirvientes atrapados en el tiempo. La mirada a este mundo de simulaciones y viejas comarcas en pleno siglo de cambios laborales, parte de la mirada de un joven diáfano y libre de toda maldad, el Lazzaro del título, que se convierte en el chivo expiatorio o en el ente que va concatenando de modo imaginativo dos tiempos y espacios en una arcadia de alienación sin utopías.

La apuesta de Rohrwacher no solo se condensa en cómo articula los elementos para lograr una fábula de movimientos, del paso del tiempo y la inmutabilidad de algunos personajes en ese tránsito, sino en el registro y textura en 16 milimetros, que van propiciando climas de antaño, de campos y mansiones atorados en el tiempo, de un mundo bucólico que en su primera parte luce perfecto para lo comunitario y la vida campesina, con espacio para la irrupción de elementos mágicos. Luego a partir de una vuelta de tuerca, propone viajar en el tiempo y encontrar a los mismos personajes en una Italia actual. Lo interesante de este juego temporal es que permite la posibilidad de “vengar” la primera parte del film, es decir, hacer que los campesinos engañados y forzados a vivir ciegamente en una arcadia premoderna, puedan tomar alguna decisión para cobrar las deudas económicas y morales con aquellos que los explotaron, sin embargo, la alienación se impone y Lazzaro encarnaría esa posibilidad de seguir fabulando y negar la libertad, pese a la opresión. Y allí el toque desencantado y amargo de este film que se luce como la favorita a la palma de Oro.

La historia de Rohrwacher tiene su mayor logro en cómo ella recoge hechos verídicos y los sublima o transforma a partir de estos juegos temporales. También en el diseño de la performarce y marca que decide para el joven Lazzaro (el impasible personaje encarnado por Adriano Tardiolo): la impasibilidad y en algunos momentos, la santidad o demasiada bondad, ya que es un personaje que va ir por el mundo mostrando su marcada inexpresividad como si fuera una versión humana del Baltazar bressoniano, del cual todos se aprovechan y terminan expiando sus culpas.

Para los personajes de Inviolata, el fundo que los mantuvo viviendo por años en la mentira pre revolución industrial, el regreso a la vida campesina explotada parece ser la única vía de salvación. Una parábola dura.

Competencia oficial
Dirección y guion: Aliuce Rohrwacher
Fotografía: Hélène Louvart
Edición: Nelly Quettier
Diseño de producción: Emita Frigato
Vestuario:Loredana Buscemi
Reparto: Adriano Tardiolo, Agnese Graziani, Luca Chikovani
Italia, 2018, 125 minutos