Por Mónica Delgado
Ken Loach postula a su tercera Palma de Oro con Sorry we missed you, un film de temática laboral que tiene tratamiento de melodrama familiar. Todo pintaba al inicio del film para que formara un díptico con la telenovelera I, Daniel Blake, al tener a protagonistas masculinos viviendo las trasgresiones de un sistema sin protección al trabajador. Sin embargo, el sabor amargo que nos dejó su film ganador en 2016 se desmorona a los pocos minutos, para prometer un relato desencantado sobre esa moda del empleo por franquicia (UBER, Glovo y demás), pero esta vez en el escenario de una empresa que hace entrega de encomiendas en alguna ciudad de Reino Unido.
Sorry we missed you es en realidad el nombre de la empresa donde trabaja un padre de familia en condiciones engañosas. Sin derechos laborales, se vuelve en una máquina de entregas a domicilio en su propia furgoneta, mientras su esposa, (una maravillosa Debbie Honeywood) trabaja cuidando ancianos para ayudar a mantener a sus dos hijos. Lo que parecía un film crítico sobre estas condiciones de los trabajos por franquicias, donde el empleador solo autoriza el uso de la marca según un acuerdo específico, va derivando, lamentablemente en un drama excesivo (por el modo en que aparece la fatalidad) sobre el desmoronamiento familiar.
¿Puede un film ser confrontacional contra el sistema capitalista pero a la vez perpetuar un núcleo familiar desde un punto de vista conservador? Al parecer Ken Loach ya hace mucho tiempo que dejó de ser el cineasta político de Tierra y Libertad o Mi nombre es Joe. Y más bien ha afianzando su lado Daniel Blake, al ahondar en los traumas de las relaciones familiares dentro de su usado realismo social, pero desbordado de una causalidad trágica, que luce antojadiza. Es decir, para Loach hay un lugar que debe permanecer cuidado, estable, ordenado, y esa es la familia. Está convencido de que el trabajo y su explotación no solo es una alienación, cómo dudarlo, sino que afecta terriblemente a las personas y sus núcleos familiares, pero de un hogar convencional o “clásico”, normativo, de mamá, papá, hijo e hija. Hay una ensoñación en esta tragedia familiar, donde los padres siempre se están culpando de trabajar más de catorce horas al día sin tiempo para la vida hogareña, o de que los hijos no pueden vivir sin teléfonos móviles porque es simplemente “su vida”. Hay no solo una crítica al sistema económico que explota, sino la afirmación de que la tecnología también distancia y pertutba los vínculos familiares. Un cuento viejo.
Competencia oficial
Dirección:Ken Loach
Guion:Paul Laverty
Reparto:Kris Hitchen, Debbie Honeywood, Rhys Stone, Katie Proctor
Productora:Sixteen Films / BBC Films / BFI Film Fund / Les Films Du Fleuve / Why Not Productions / Wild Bunch. Distribuida por Front Row Filmed Entertainment
Países: Reino Unido-Francia-Bélgica, 100 minutos