Por Mónica Delgado
La Región Salvaje es la mejor película de Amat Escalante, porque precisamente escapa al efectismo, al golpe de violencia gratuito y a cierta fórmula festivalera sobre el paradigma latinoamericano de sus anteriores films. Se percibe como gran favor su huida del mensaje aleccionador de un estado mexicano criminalizado, virulento y enfermo, para esta vez centrarse en un doble triángulo amoroso, donde el deseo va mutando de protagonistas, donde las fuerzas vitales lucen poderosas y agresivas.
La historia de La Región Salvaje tiene motivos y elementos conocidos, donde la pulsión sexual vampiriza a los personajes, subvierte sus modos de vida y los va enajenando hasta la locura o libertad. En Posesión, Andrzej Zulawski pone en escena a un monstruo de tentáculos que se convierte en la figura de control y simbiosis de Isabelle Adjani, bajo el gobierno de lo sexual y el placer. Pero poco a poco esta dependencia se vuelve una adicción, donde los hombres van quedando fuera. Hay bastante de eso en La Región Salvaje, donde una ama de casa engañada por el esposo encuentra la liberación y el autoconocimiento sexual a partir del encuentro con un monstruo extraterreste tentacular, un ser pansexual que parece sentir mayor aprecio por las mujeres, a quienes satisface y mantiene plenas (quizás los momentos más trillados del film tengan que ver con estas alusiones explícitas, de su repulsa hacia los hombres), sin embargo Escalante logra transmitir, desde los usos del fantástico y la ciencia ficción, atmósferas enrarecidas sobre el triunfo del placer por encima de las convenciones sociales y los roles de género.
Alguna vez el cineasta reveló que se trata de un film feminista en la medida que sus personajes mujeres van logrando liberarse del yugo de los hombres, pero esta agencia no está dada en el film de modo voluntario sino que simplemente se trastocan los roles: de hombres a un ser caído del espacio que todo lo gobierna, por lo que las reglas de sometimiento siguen siendo las mismas. Por ello es que La Región Salvaje funciona menos como film de “género” o retrato sobre estos roles sociales de coerción, y gana más como un relato sobre la sublimación del placer como motor vital por encima de cualquier sentimiento socialmente valorado, como el de la maternidad, el amor filial, o la primacía de la familia nuclear. Mujeres entregadas al placer por encima de todas las cosas.
Competencia de ficción
Director: Amat Escalante
Guion: Amat Escalante, Gibrán Portela
Música: Igor Figueroa, Fernando Heftye
Fotografía: Manuel Alberto Claro
Reparto: Simone Bucio, Ruth Jazmín Ramos, Jesús Meza, Edén Villavicencio, Kenny Johnston
Productora: Mantarraya Producciones / Adomeit Film / Bord Cadre Films / Le Pacte / Match Factory Productions / Mer Film / Pimienta Films / Snowglobe Films
México, Dinamarca, Francia, Alemania, Noruega-Suiza, 2016