FIC VALDIVIA 2018: FAMILIA SUMERGIDA DE MARIA ALCHÉ

FIC VALDIVIA 2018: FAMILIA SUMERGIDA DE MARIA ALCHÉ

Por Aldo Padilla

El principio de Arquímedes define a las fuerzas a las que un cuerpo está sometido cuando se encuentra sumergido en un fluido, las cuales permiten que la masa esté en equilibrio. Incluso, en algún caso, con una pequeña parte del cuerpo que flota por sobre la superficie y en otro, con el cuerpo enteramente hundido. El empuje vertical es esa fuerza que trata de expulsar a la masa sólida del agua de acuerdo a su volumen, pero pensemos en cómo es posible trasponer esta ley física a la situación emocional de una persona, tomando en cuenta la típica idea de “estar hundido” como metáfora de una situación compleja o de dolor. El empuje vertical que ayuda a mantener a esa persona por encima de la superficie es una fuerza que puede venir desde el interior o que puede venir de otra persona que trata de evitar el derrumbe total.

Familia sumergida responde y gráfica esta ley física desde el universo particular de Marcela (Mercedes Morán) y su familia, quienes enfrentan desde lo individual y lo colectivo un estado de hundimiento en el cual la fuerza que trata de mantenerlas a flote viene de múltiples fuentes, tanto terrenales como extra dimensionales. La cineasta argentina María Alché presenta el retrato de una mujer que está fuertemente ligada al espacio donde vive y sobre cómo ella afronta la pérdida de su hermana. La densidad del aire de los espacios, por los cuales ella circula, genera la sensación de un mundo acuático, lleno de hijos que van yendo y viniendo, dejando la casa o peleando entre ellos, con un esposo ausente, y libros y fotografías que van recordando no solo a una hermana omnipresente, sino también a unos antepasados con los cuales parecen haber temas pendientes.

La fuerza de empuje para divisar la superficie proviene de sus contadas salidas al exterior de ese departamento, casi siempre en compañía de un amigo de su hija, con quien empieza a generar una relación que se define por una permanente tensión amorosa que se mantiene en una constante insinuación. El departamento va transformándose en el reflejo de su propia mente con cortinas que transportan los fantasmas de sus familiares y plantas que buscan atrapar toda la tensión que se siente en el aire. Es inevitable valorar el continuo cambio de registro y eje narrativo del film, el cual puede sentirse mediante la materialización de los miedos y deseos de la mujer transformados en imágenes y melodías que solo ella puede ver y escuchar.

María Alché es uno de los grandes símbolos de esta edición de Valdivia, una directora que hace dos años era una de las invitadas del festival, donde presentó sus primeros cortometrajes. Esta anticipación demuestra la capacidad de Valdivia de reconocer a directores cuyos primeros pasos demuestran una mirada única y que necesita ser apoyada en su debido momento. Ya en Noelia (2012) y Gulliver (2015), Alché mostraba su predilección por una mezcla de humor y surrealismo que logro trasladar a una ópera prima, aunque añadiéndole un toque intimista en medio del caos.

COMPETENCIA INTERNACIONAL
Dirección y guion: María Alché
Música: Luciano Azzigotti
Fotografía: Hélène Louvart
Reparto: Mercedes Morán, Marcelo Subiotto, Esteban Bigliardi, Diego Velázquez, Laila Maltz
Productora: Pasto Cine / INCAA
Argentina, 2018, 91 min