Por Rodrigo Garay Ysita
La primera semana de febrero parecía anunciar una certeza para el circuito de festivales en 2021: así van a ser las cosas este año, acostúmbrense. A diferencia del vaivén de optimismo de la segunda mitad de 2020, cuando hubo temporadas en las que parecía que la pandemia se flexibilizaba y algunos festivales se animaban a hacer eventos presenciales, el Festival Internacional de Cine de Róterdam (IFFR) ocurría después de que la temporada navideña disparara los números de contagios de COVID-19 alrededor del mundo. Su estrategia, que después replicaría Berlín, consistía en dividir al festival en dos: una etapa completamente en línea, en febrero, y una serie de eventos controlados en verano, por si las cosas ya se tranquilizan para entonces.
Las competencias tuvieron lugar en la primera parte del festival, en línea. En la selección de Big Screen Competition, estaba Aurora, el nuevo largometraje de Paz Fábrega. Hace once años, Fábrega fue la primera cineasta de Costa Rica en ganar la Tiger Competition de IFFR, con su ópera prima Agua fría de mar. Aurora tiene una vibra familiar, pero la dinámica social entre sus protagonistas, una maestra llamada Luisa y una adolescente embarazada llamada Yuliana, parece adelantarse a su tiempo. ¿Hacia dónde se dirige la sociedad creada por Fábrega? ¿Qué puentes siguen tendidos entre su primera exploración cinematográfica y el nuevo mundo que desarrolla en Aurora?
Nuestra conversación, como los visionados, los cocteles, las ruedas de prensa y las juntas de trabajo de esta edición de Róterdam, ocurrió a la distancia, en nuestros respectivos hogares en Costa Rica y México.
Desistfilm: Mi primera pregunta va por el país, porque te hablo desde México y me intrigaba la cuestión de la coproducción. Vi que fotografía María Secco, quien, bueno, es uruguaya, pero filma acá.
Paz Fábrega: Tengo una amiga venezolana que está viviendo en México desde hace un tiempo y está estableciendo su productora. Cuando estaba empezando con el proyecto, le pregunté si le entraría a coproducirlo y le dije que quería trabajar con María. También la posproducción de imagen la hicimos en México, en parte porque María está allá y ahora no es tan fácil moverse. Esa fue la parte mexicana.
Desistfilm: ¿En qué estudios la hicieron?
Paz Fábrega: Javier Velázquez tiene un estudio que está empezando que se llama Sala. Trabajó un poco con Yulene [Olaizola] en su última película y con La camarista (Lila Avilés, 2018). Él se encargó de la posproducción y de la colorización.
Desistfilm: ¿Cómo platicaste con María Secco lo que querías? Hay una cuestión muy luminosa en la imagen, es muy lustroso todo, con este efecto como de ensueño, pero un poquito menos.
Paz Fábrega: Sí. Es curioso, con María normalmente no intercambiamos muchas referencias. Unas cuantas, sí, pero no vamos hacia algo muy concreto. Siento que es una discusión que estamos teniendo desde hace diez años. O sea, siento que continúa lo que queríamos hacer con Agua fría de mar (2010), que en ese momento fue en 35 mm y con los lentes estos Lomo. Siempre estamos buscando la misma calidad de imagen en realidad: algo que no se sienta completamente intervenido y no se sienta completamente real, no sé si me explico. Es buscar algo que se sienta orgánico y que pueda aprovechar la luz disponible, que no se sienta efectista y que sí nos ponga una pequeña distancia con el material. Entonces creo que llevamos buscando la misma imagen desde ese momento hasta ahora, algo un poquito suave que parezca más como pintura, pero que tampoco se sienta tan fuerte, que no sea un registro completamente irreal.
Desistfilm: Es un equilibrio muy lindo, y creo que eso va a conectar con una pregunta temática sobre el balance de las dos cosas que estás contando, me parece. Porque yo traté de ver la película sin leer la sinopsis, pero leí un poquito. Entonces tenía esta idea: “Okey, película de aborto o de embarazo…”.
Paz Fábrega: …y no es.
Desistfilm: ¡Y no es! Bueno, un poco, pero el contrapeso constante de esa historia de embarazo es el personaje de Luisa y lo que le pasa al final, y las pequeñas escenas donde está sola.
Paz Fábrega: Creo que no es una historia de embarazo adolescente. Eso puede ser lo que pasa, pero no es lo importante en realidad. Quería crear esta situación de una persona en negación: podría decirse que Yuliana está negando enfrentar lo que pasa en su vida y su circunstancia, que está dando largas a tomar una decisión, pero en realidad de lo que estoy hablando es que, si da largas, es porque no hay decisión. Lo que está pasando es que se le viene la realidad encima. Quería crear un paréntesis donde las mujeres puedan coexistir. En la no decisión está la posibilidad de existir. No sé si eso tiene mucho sentido, pero, al no saber nadie de este embarazo, puede empezar a suceder algo que creo que sería casi imposible si esta situación fuera conocida por el entorno de ambas. Es secreto de ellas y se empieza a crear una especie de familia. Por un momento, imaginarnos que simplemente va a nacer ese bebé y que las cosas van a seguir de una manera que va a estar muy bien para ellas. Cuando hablábamos de qué pasa al final, como que jugamos con la idea de que esto siguiera, que suceda lo que por lo menos yo quisiera que suceda. No sería así, porque creo que no podría pasar. Hoy en día, después de que nace un bebé, ella no podría seguir viviendo con esta maestra, conocida, mentora, figura materna, ¿verdad? Eso no se puede dar, pero en el imaginario de ellas la posibilidad parece estar ahí.
Desistfilm: Luisa se me hace interesante porque no cabe en ningún lado, a pesar de que es un personaje súper agradable. Nunca la vemos hacer nada negativo, es muy linda y además es exitosa, amable y positiva. Pero parece que todos los frentes que tiene alrededor ya no tienen lugar para ella. Me impresiona también que no la rechazan de manera violenta nunca. Incluso en la junta académica le dicen: “Bueno, no es contra ti, lo que pasa es que no hay dinero”. O Yuli: no es que se pelee con ella, más bien marca una distancia. ¿Qué pasa con este mundo en donde no hay lugar para aquello que representa Luisa?
Paz Fábrega: No quería que hubiera ninguna puerta que se le cerrara en la cara de forma demasiado violenta. Sin embargo, esta forma de existir que ella quisiera se va quedando sin espacio. Un poco lo dice al principio: esto de sentirse siempre como algo que está sucediendo, que está construyéndose. El mundo la va llevando por un camino que no es tal vez el que ella escoge. ¿Es lo más doloroso, verdad? Las cosas que nos oprimen vienen desde un lugar amoroso, cálido, pero que a la vez es bastante limitante.
Desistfilm: Muchas veces la gente que tenemos más cercana o la que más queremos es la que termina dañándonos más.
Paz Fábrega: Sí. También el peso de las estructuras sociales. Pienso en eso con la mamá de Yuliana. Que Luisa no pueda seguir siendo parte de la vida de ellas es un mandato familiar; la abuela es el adulto responsable que va a dictar por dónde va el camino. Y el camino de una mujer que se embaraza en un momento que no es el adecuado es este. No puede ser otro. De la misma manera, había algo que yo creo que es importante y tal vez no está tan presente en la película, que era demostrar que nadie tiene tantas opciones como parece. Que tal vez Luisa quisiera tener hijos, pero el mundo de ella es tal que no puede hacer esas cosas que quiere.
Desistfilm: Luisa queda excluida, pero también su programa educativo. En la cuestión de la educación y la universidad, parecen decir: “Ya no queremos educar a los niños así”. Y después ella les pregunta: “¿Sus hijos no tienen clases de arte en la primaria?”. “No”. Hay señales de que no solo es Luisa, sino que hay una sociedad que no quiere seguir ese camino ya.
Paz Fábrega: La verdad, eso no lo había pensado, pero sí. Sí tiene sentido. La parte de las clases de arte era algo que pensé que fácilmente podía pasar como otro conflicto; ella se estaba despidiendo de esa parte de su vida. Tal vez hay cosas que uno no entiende completamente por qué. Como que las junta. Y eso que decís tiene sentido, porque también es como una forma de ser del mundo que se le viene encima a Luisa.
Desistfilm: Algo que también relacioné con el entorno al que se enfrentan las dos es cómo filmas los diálogos. Por lo menos, noté dos formas distintas alrededor de Yuli. Cuando habla con Luisa hay campo-contracampo, cuando habla con la psicóloga o con los padres adoptivos, no hay contracampo. Está sola.
Paz Fábrega: Eso fue pasando poco a poco. Cuando estábamos editando, nos dimos cuenta de que la doctora o los padres adoptivos no eran personas, eran representaciones del mundo. Las cosas que decían y la forma en que las decían. El caso que para mí es más claro es con la doctora. Son personajes que simplemente son representaciones de cosas que son de una forma en el mundo; la doctora no está hablando de lo que cree ella, sino de que esa es la ley, esas son las circunstancias, no hay nada que hacer. Solamente es un vocero de alguien más. Y con la abogada pasa un poco lo mismo. Entonces me interesaba ver más a Yuli y a Luisa enfrentadas a estas cosas. No lo sentía tanto como una conversación horizontal.
Además, si te pones a ver, ahí nada se dice de una forma demasiado directa, que tal vez es lo que decís, que nada es violento realmente, nada es muy concreto, ¿no? La doctora le dice: “Tenés que ver cuáles son tus opciones” en el mismo discurso en el que dice que no hay opciones. Lo que están navegando ellas es un poco como leer entre líneas todo eso, como entender algo que no es sencillo, entender en dónde están realmente las opciones, donde está realmente la libertad que uno tiene, porque a veces a uno le puede parecer que es más de la que realmente existe.
Desistfilm: Si lo pensamos así, es un poco hostil. Es un mundo un poco falso, o sea, es amable, pero no te están diciendo las cosas como deberían. Sin embargo, creo que prácticamente todos los personajes se acomodan de manera muy cariñosa a esa hostilidad. Por ejemplo, la mamá está regañando a Yuli porque se enteró de que está embarazada, y le grita, pero inmediatamente la abraza. ¿Se te hacía una especie de mensaje utópico o tú crees que así son las cosas? ¿Si el sistema se te cierra, lo que tenemos que hacer es echarnos la mano?
Paz Fábrega: Sí es súper utópica, es como el mundo de los chicos del colegio. Hablamos mucho sobre cuáles podían ser las circunstancias en las que se da el embarazo de Yuliana, y me gustó la idea de este grupo poliamoroso por varias cosas. Yo no quería un embarazo adolescente, porque es algo súper común y bastante aceptado en general. Tal vez para una chica como Yuliana, dentro de una familia relativamente humilde, pero en un colegio científico —la promesa, ¿verdad?—, sería un poco más grave, pero no lo suficiente como para que ella no le cuente a sus papás. Sin embargo, si fuera una situación de: “No sé quién es el papá, puede ser cualquiera de mis compañeros, no tengo la menor idea”, creo que así la podemos poner en un lugar donde termine no diciéndolo durante meses.
Me gustaba esta cosa un poco utópica de esta comunidad fuera del registro de los demás. De donde viven, de los adultos, de todo. Es un poco como el futuro, no sé. Yuliana nunca les quiere contar que está embarazada, porque es como traer el exterior a ese mundo de ellos, no por el embarazo en sí mismo, sino por todo lo demás. Por qué podrían decir en el colegio, por todo.
La mamá es diferente. La mamá la abraza y la apapacha, pero también representa algo más perverso: se va a hacer cargo de un lugar que yo no sé si es para Yuliana el mejor, anulando cualquier posibilidad de decidir. A partir del momento en que la mamá se entera, ella asume el control, así signifique que Yuliana va a tener muy poca posibilidad de decidir cómo vivir su maternidad.
Desistfilm: Ahora me haces pensar muchas cosas, porque otra escena que me había desconcertado bastante fue en la que se encuentran con los papás del asumido padre y te esperas, no sé, una pelea o un drama. Y es: ¿Saben qué? Así son las cosas, estamos contentos, bienvenida a la familia. Todo en orden. Creo que hasta dicen algo como “Ya quedó” o “Ya está”.
Paz Fábrega: Sí. ¿No te sentís súper aplastado con esa escena? Es como: “Bueno, entonces ahora viene lo que viene, así es”. Es como la junta donde los papás lo ponen a uno en su carril. A vos te toca trabajar, a vos te va a tocar esto, la vida es muy dura. Y ver a Yuliana convertida en otra persona. Sin nada de violencia, claro. De una forma amorosa y todo, pero no los pone a ellos en un lugar de personas autónomas. Los papás son los adultos que están decidiendo.
Desistfilm: ¿Tú crees que Luisa, a pesar de que está más sola, tiene más poder de decisión? ¿Ella no entra en esos juegos?
Paz Fábrega: Es diferente. Yo creo que sí entra. Digo, tiene otra edad, no va a tener a sus papás diciéndole qué hacer, pero está ahí de formas tal vez más invisibles.