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Este tema, históricamente ignorado o distorsionado en la gran pantalla, ha sido tratado usualmente desde perspectivas masculinas que tienden a romantizar o minimizar la falta de consentimiento. Al abordarlo desde una voz como la de María Herrera, se visibilizan de la mano de la ficción las experiencias de las mujeres, para problematizar, no sublimar, la urgencia de un abordaje visual más consciente. Construir una narrativa en torno al consentimiento desde voces femeninas amplía la comprensión de cómo personajes viven, negocian o resisten sus propios deseos y límites en contextos determinados. El cuento de una noche de verano no busca aleccionar, sino plasmar desde la brevedad del cortometraje la complejidad del cuerpo, la intimidad y las dinámicas de poder, que pueden darse en entornos tan comunes y cercanos.

El film con el cual el cortometraje de María Herrera dialoga es Call if you need me (2024), del cineasta chino Li Zechen. Ambos trabajos se conectan no solo por la relación que se establece entre las protagonistas, sino porque están centradas en la construcción de subjetividades femeninas que se confrontan por sucesos externos que intervienen o acaban con sus deseos. A su manera, ambos films exploran una representación del deseo sexual como expresión de la libertad de las mujeres. La diferencia es que en este cortometraje de Li Zechen, que tiene mucho de teatral y performativo, se explora a un personaje juvenil arrojado a una cotidianidad que luce limitada: se masturba, escucha música, apenas habla con su padre, se aburre, o encuentra en la voz de una mujer en una llamada telefónica una suerte de satisfacción. Sin embargo, esta liberación de tipo sexual apenas es un simulacro o un mal chiste. Por ello, lo que más interesa de este cortometraje es su puesta en escena, basada en una cuidada dirección de arte que confronta las fantasías desde la voz de una mujer fuera de campo, con aquellos que el personaje en el dormitorio no puede cumplir.