INTERSECCIÓN 2025: EL CUENTO DE UNA NOCHE DE VERANO DE MARÍA HERRERA Y CALL ME IF YOU NEED ME DE LI ZECHEN

INTERSECCIÓN 2025: EL CUENTO DE UNA NOCHE DE VERANO DE MARÍA HERRERA Y CALL ME IF YOU NEED ME DE LI ZECHEN

Por Mónica Delgado
Hace unos días concluyó el Festival Internacional de Cine de A Coruña, INTERSECCIÓN, espacio que se viene consolidando como una ventana alternativa para la exhibición de cortometrajes de cineastas y artistas independientes desde esta parte de España, y para la concreción de diversos focos de realizadores de un cine lejos de narrativas convencionales, en un contexto de necesidades de visibilización del trabajo local y regional ante la arremetida transnacional del streaming y otras plataformas de OTT (over the top). Junto al S8 Mostra de Cinema Periférico, INTERSECCIÓN se proyecta como un espacio de referencia desde el norte de su territorio para ampliar las oportunidades de exhibición, aliado también a curadurías y muestras de videoarte y otras expresiones artísticas o de fronteras con el cine.
El festival incluyó en esta edición varios programas con sentido curatorial, aunque se trataran de secciones competitivas, donde priman otros criterios más allá de un simple agrupamiento de programador. Este afán creativo por articular obras en competición adquiere otro significado cuando arman pares extraños dentro de cada programa. Por ejemplo, en el programa 1 de la competencia de cortometrajes internacional, se colocó cuatro cortometrajes muy diferentes entre sí, pero donde se establece un “diálogo” de pares. Esta sesión estuvo formada por Fear Fokol de la cineasta Tuva Björk, Sixtyseven Milliseconds del duo de artistas Fleuryfontaine, Call if you need me del cineasta chino Li Zechen y El cuento de una noche de verano de la directora española María Herrera. Para graficar esta decisión, describiremos los vínculos entre estos dos últimos films. Los cortos de Tuva Björk y leuryfontaine, que también dialogan, las comentaremos en un futuro texto.
El cuento de una noche de verano (2024) es una obra propia de su tiempo: uno de feminismos, me too y lucha contra silenciamientos e injusticias. La historia que imagina la cineasta y productora española María Herrera es muy sencilla: una pareja ocasional, que apenas se conoce, pasa la noche juntos. Se deja entrever una situación de descubrimiento, tanto afectivo como sexual. La situación está concentrada en las percepciones de Inés, quien comparte algunos deseos que no llegan a cumplirse, como pedir que ambos vean el amanecer. Esta propuesta romántica queda frustrada, marcando así un tipo de cliché sobre lo que se perfila como femenino, y aquello que se perfila como masculino: expectativas para las mujeres tras una noche de relaciones casuales, y dejadez para los hombres que ven todo muy práctico y sin mayor compromiso. Sin embargo, el cortometraje de Herrera no se centra en este tipo de acciones y respuestas, sino más bien en un hecho que se vuelve el detonante para que Inés salga huyendo del lugar. Así, el film vira hacia un tema poco abordados en el cine: el del consentimiento sexual.

Este tema, históricamente ignorado o distorsionado en la gran pantalla, ha sido tratado usualmente desde perspectivas masculinas que tienden a romantizar o minimizar la falta de consentimiento. Al abordarlo desde una voz como la de María Herrera, se visibilizan de la mano de la ficción las experiencias de las mujeres, para problematizar, no sublimar, la urgencia de un abordaje visual más consciente. Construir una narrativa en torno al consentimiento desde voces femeninas amplía la comprensión de cómo personajes viven, negocian o resisten sus propios deseos y límites en contextos determinados. El cuento de una noche de verano no busca aleccionar, sino plasmar desde la brevedad del cortometraje la complejidad del cuerpo, la intimidad y las dinámicas de poder, que pueden darse en entornos tan comunes y cercanos.

El film con el cual el cortometraje de María Herrera dialoga es Call if you need me (2024), del cineasta chino Li Zechen. Ambos trabajos se conectan no solo por la relación que se establece entre las protagonistas, sino porque están centradas en la construcción de subjetividades femeninas que se confrontan por sucesos externos que intervienen o acaban con sus deseos. A su manera, ambos films exploran una representación del deseo sexual como expresión de la libertad de las mujeres. La diferencia es que en este cortometraje de Li Zechen, que tiene mucho de teatral y performativo, se explora a un personaje juvenil arrojado a una cotidianidad que luce limitada: se masturba, escucha música, apenas habla con su padre, se aburre, o encuentra en la voz de una mujer en una llamada telefónica una suerte de satisfacción. Sin embargo, esta liberación de tipo sexual apenas es un simulacro o un mal chiste. Por ello, lo que más interesa de este cortometraje es su puesta en escena, basada en una cuidada dirección de arte que confronta las fantasías desde la voz de una mujer fuera de campo, con aquellos que el personaje en el dormitorio no puede cumplir.