MUTA 2017: FOCO PÉTER LICHTER

MUTA 2017: FOCO PÉTER LICHTER

Rimbaud, 2014

Por Mónica Delgado

La reciente Muestra Internacional de Apropiación Audiovisual- MUTA, realizada en Lima, ha permitido ver en panorama el trabajo del cineasta húngaro Péter Lichter (1984), que ha centrado su carrera en el found footage y el experimental abstracto desde el año 2002. En el marco de la 7° edición del festival de Lima Independiente, también pudimos ver su primer largometraje de ficción, Frozen May, que es una apuesta distinta, dentro de los códigos del film de género, el horror, a través de una historia que opta por el punto de vista de una cámara subjetiva y las atmósferas de un bosque en invierno.

El Foco Lichter en MUTA agrupó ocho trabajos realizados entre 2009 y 2017. Light-sleep (2009) destaca, más que en el tratamiento de envejecimiento del Súper 8, por la utilización de tópicos del cine pornográfico vintage, para generar una analogía con el deterioro de la película y su textura orgánica y líquida. Podría leerse a Light-sleep como una suerte de antecesora sensorial de The Exquisite Corpus (2015) de Peter Tscherkassky, en el uso de un erotismo que se exacerba de acuerdo al ritmo de la manipulación del material fílmico, pero también remite a Removed (1999) de Naomi Uman, en su intervención plástica del soporte de narrativa erótica y pornográfica, diferenciándose en el logro del efecto político sobre el uso de las mujeres como objeto sexualizado que tiene el film de la artista estadounidense.

En Light-sleep los cuerpos femeninos, sobre todo, adquieren la materialidad quizás efímera del frame, expuestos en su desnudez y también expuestos a esta fragilidad del soporte, que en cualquier momento se expande o hierve. Cuerpos fusionados a la elasticidad o grumosidad del celuloide, rostros en éxtasis dispuestos a estallar en la misma extensión deformada del fotograma.

En Look inside the ghost machine (2012), Lichter recurre a técnicas similares que en Light-sleep para envejecer el fotograma en Súper 8, pero aquí con una intención de evocar el lado primigenio del film como máquina de imágenes fantasmagóricas, donde cuerpos, rostros, figuras cotidianas, lucen dentro de este inmenso velo provocado por la parte química que se deteriora. Por ello el uso del blanco y negro, que ayuda a remontar la idea de Lichter al pasado, a los experimentos pre siglo XX, donde todo lo capturado luce en su dimensión cinemática primaria, del sentirse visto y dejarse observar por primera vez.

En Rimbaud (2014), que pese al tributo del nombre, se emparienta con Polaroids (2015) en el collage, en el uso de diversas imágenes a un discurso determinado. Si en Polaroids Lichter se apropia de diversas home movies para darle vida a un poema de Simon Márton, en Rimbaud, también a partir de retazos de diversas home movies de familias desconocidas, el cineasta elabora un ensayo sobre algunas vivencias del famoso simbolista francés por sus viajes a África, logrando un simulacro de diario de pasajes impresionistas y que podrían ser fácil la materia que gobernara el ímpetu del poeta en sus días de traficante de armas y poeta apóstata.

En los trabajos más recientes de Lichter se evidencia su viraje hacia el humor desde el montaje sonoro, que en Non-Places: Beyond the Infinite (2016) se soporta en los movimientos circulares de una cámara en un blanco y negro rugoso, mientras se escucha el mítico sonido del monolito de 2001: Odisea en el Espacio de Stanley Kubrick, creando una atmósfera de sci-fi de nostalgia. Mientras que en Some of the Sensations (2017) los minutos iniciales de un film de terror de William Castle son fusionados con imágenes envejecidas de Transformers, de Michael Bay, logrando una arquitectura visual de paralelos y correspondencias, que solo se devela en su hilaridad cuando al final del corto se muestra los créditos de los dos films citados.

En menos de diez años de trabajo, Lichter ha demostrado versatilidad y ansias por la experimentación de las diversas formas de la apropiación, sobre todo desde el Súper 8, logrando la materialización de universos propios que atraviesan premisas de objetos terminados para transformarlos en nuevas vías de lo íntimo o familiar.