PANORAMA: A BLUE BIRD, DE SEBASTIAN WESMAN

PANORAMA: A BLUE BIRD, DE SEBASTIAN WESMAN

Por Mónica Delgado

 A través de siete capítulos, Sebastian Wesman (nacido en Argentina y residente en Estonia) nos introduce a una experiencia material y sonora: una iglesia, un violinista, el espacio y la música, en planos que capturan precisamente el acto de instrumentalizar, bajo los preceptos de la acústica. Un músico ejecuta una pieza por cada episodio, lo vemos tocar el violín, en planos fijos, sin embargo la cámara busca en los espacios cóncavos de una austera iglesia de Tallín, en Estonia, aquello que propicia el movimiento en las notas, además de asociar la idea de lo sacro al actor de oír y ver.

A Blue Bird (Estonia, 2012) está hecha para la contemplación, no solo de cada ángulo o rincón de esta iglesia, única testigo o acompañante de este músico, quien también va hurgando en las posibilidades de la ubicación, desde dónde el sonido pareciera hermanarse con lo que vemos, paredes, pinturas, vitrales, ventanales. Así, la materialidad del trabajo de Wesman se concentra en la repetición, o su apariencia, y en la figura del músico en plena epifanía, como si estuviera decidido a ser el único intermediario ante lo divino.

Lo más interesante de A Blue Bird es la certeza del autor en esa búsqueda de la experiencia del sonido a través de la imagen, de colocar a su personaje en diversos lugares de esta iglesia, no con la idea de profanarla sino de articularla a ese acto creador. Sin embargo, se percibe una primacía de lo que se oye ante lo que se ve, logrando un aire de monotonía, que se agota a la espera de un clímax.

Direction, editing, music, performer: Sebastian Wesman