RETURN TO THE SCENE OF THE CRIME DE KEN JACOBS

RETURN TO THE SCENE OF THE CRIME DE KEN JACOBS

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Por Mónica Delgado

Return to the scene of the crime (2007-2008) tiene su origen en Tom, Tom, the Piper’s son (1969), otra cinta experimental de Jacobs, donde propone miradas fragmentadas de un corto mudo sin autor conocido de 1909, hecho por la compañía Biograph, que el director restauró refotografiándolo, y que consta de una escena muy teatral en una feria circense, que no dura más de ocho minutos. Así, como su anterior trabajo, Return… se convierte nuevamente, pero dentro de otros códigos de representación, en un juego de deconstrucción del mismo corto, pero ya con nuevos aportes que propician las nuevas tecnologías.

En la hora y media de Return… vemos cómo Jacobs aborda desde diversas perspectivas que le puede dar el uso del color, la fragmentación, la metonimia dentro de un mismo plano, la anulación de las formas conocidas, hasta abstraerlas teniendo como insumo sólo los pocos minutos que dura el cortometraje mudo. El movimiento es igual a una imagen detenida y repetida, a otras velocidades y ritmos, propiciado por el uso de enceguecedoras luces intermitentes.

Return..., en la medida de su catarsis, muestra una absoluta búsqueda sensorial, en la inherente relación con la sala oscura del cine, con su luz intermitente pensada para ir más allá del plano que se presenta, de lo surreal y extraterreno que puede resultar hurgar en 18 cuadros por segundo. Incluso el mismo nombre de esta película nos remite a una metáfora extrema de lo que podría ser este proceso de exhumación de la imagen, en “deconstruirla” desde diferentes recursos ópticos, en sus texturas y rupturas, y al que asistimos con ojo de forenses, a hurgar en estas imágenes-cadáveres, víctimas de la ilusión.