TIFF 2017: WAVELENGTHS. TA PEAU SI LISSE DE DENIS CÔTÉ

TIFF 2017: WAVELENGTHS. TA PEAU SI LISSE DE DENIS CÔTÉ

Ta peau si lisse (Denis Côté, 2017)

Por Aldo Padilla

¿Cómo están definidos los estándares de belleza masculina? Seguramente hay varios preconceptos en la mente colectiva sobre este punto, aunque con una cierta tendencia, donde la firmeza es uno de los factores comunes. El fisicoculturismo lleva al extremo esta idea, el arte de esculpir cada músculo que probablemente el hombre común apenas vislumbra, para resaltar esas proporciones mediante el extraño brillo que suele tener ese envoltorio. La piel pálida no brilla, es por eso el bronceado evidente de estos personajes en búsqueda del color adecuado, la capa artificial, hidrofóbica y lisa cual si fuera un auto nuevo.

Denis Côté plantea una observación no turística de un grupo de personajes con un culto por el cuerpo. Variados personajes con aficiones diferentes, que van desde fisicoculturistas en pleno auge, algunos retirados y otros que recién se inician en ese mundo. El trato de Côté a sus personajes no busca el retrato excéntrico y evita en todo momento el clásico freak show que se da en filmes de este tipo, cuyo ejemplo podría ser el cine del austriaco Ulrich Seidl. El retrato es desarrollado con sutilidad y sensibilidad, y aunque esta frase pareciera un lugar común dentro de la crítica. Es un gran valor encontrar un retrato humanizante a entes que tienen un aura de superhombres, aunque a la vez hay una idea salvaje como preconcepto.

La extraña belleza que define a los seis personajes parece acentuada por la parsimonia de algunos en sus rutinas diarias. Apenas se escuchan diálogos, hay una armonía entre la disciplina de entrenamiento y la paz interior que irradian la mayor parte del tiempo, miradas de admiración mutua durante su entrenamiento y una profunda idea de individualismo que a veces irradia soledad. El único personaje que parece estar descolgado de ese mundo de performance pasiva es un luchador libre que también se dedica a experimentar con su fuerza, dejando un poco de lado el cuerpo como vehículo de culto.

El equilibrio es parte del metraje y a pesar de mostrar la fragilidad ya nombrada, esto se contrasta con ciertos instantes de banalidad en forma de vanidad, hay una idea de intensidad en las diferentes demostraciones de fuerza a lo largo de la película. Las facetas contrapuestas y complementarias a la vez denotan un largo trabajo de observación del director, condensado en pocos minutos con cada uno. El film trata de incluir una visión de una Canadá diversa, entre la francofonia y los angloparlantes, y añadiendo la diversidad racial con un migrante asiático.

Hay una especie de complicidad con un excelente film que el año pasado tenía una temática similar: Mister Universo de Tizza Covi y Rainer Frimmel, donde el cuerpo era interpretado más como un testimonio, una suerte de libro escrito y una fotografía que se queda retenida en la mente. En ambos casos hay una obsesión encubierta por las formas. En el caso del film canadiense la obsesión tiende a ser individual y en el caso de Covi y Frimmel la obsesión es ajena, el cuerpo como objeto de deseo, muy lejos de la sexualidad y más cerca de la contemplación.

La idea del perfeccionismo es algo que ronda constantemente el metraje, la pose matemáticamente calculada, el milimétrico esfuerzo para resaltar el musculo diminuto que es la diferencia entre el levantador de pesas común y el perfeccionista integral, la vena que parece confundirse con los múltiples tatuajes dándole un efecto tridimensional, y frente a todo lo descrito la idea de que cualquier desajuste derrumbaría el castillo de cartas de toda esa maquinaria aceitada construida durante años.

Ta peau si lisse mantiene un discurso no narrativo y es fiel con la idea hasta el final. Todo aquello que pueda definir un rumbo esquemático queda fuera de campo, las constante alusiones a una competencia final quedan en simples anuncios, ya que la catarsis buscada es totalmente diferente de lo que se podría imaginar. Alejado de la artificialidad, poses y rutina, el encuentro de todos los protagonistas en un espacio bucólico acentúa la relación armónica de sus cuerpos con la naturaleza. La cámara deja atrás los flashes y las pesas, los camiones que se arrastran por la fuerza sobrehumana, y se detiene a contemplar el tenue brillo de las pieles bajo el sol.

Wavelengths
Director: Denis Côté
Cast: Jean-François Bouchard, Cédric Doyon, Benoit Lapierre, Alexis Légaré, Maxim Lemire, Ronald Yang
Fotografía: François Messier-Rheault
Edición: Nicolas Roy
Canada, Suiza, Francia
2017 – 94 min