BAFICI 2018: WHEN SHE RUNS DE ROBERT MACHOIAN Y RODRIGO OJEDA-BECK

BAFICI 2018: WHEN SHE RUNS DE ROBERT MACHOIAN Y RODRIGO OJEDA-BECK

Por Aldo Padilla

Una de las bases de la sociedad patriarcal es el sacrificio materno hasta sus últimas consecuencias como única forma de sobrevivencia de la familia. Si bien esta idea era mucho más arraigada en el pasado y que en la actualidad la idea de una vida consolidada única y enteramente a los hijos parece ya cosa del pasado, la sociedad todavía mantiene una mirada severa cuando percibe algún desviación de este ideal. En el cine las madres que ponen a sus familias en segundo plano de forma evidente, por lo general son retratadas como mujeres con algún tipo de vicio y que son castigadas de manera mucho más dura respecto a un varón con una actitud similar, el descuido de una madre se vuelve imperdonable y los motivos que suelen plantearse por lo general se trivializan.

Robert Machoian y Rodrigo Ojeda Beck filman desde el lado opuesto a su anterior film God bless the child, en el cual retrataban a niños que iban pasando sus días en ausencia de su madre o cualquier imagen de autoridad -idea que replicaría parcialmente el exitoso film The Florida Project-. En su nueva película se concentran en el retrato de una mujer en su intensiva preparación en atletismo de alto nivel y que recuerda a Sarah préfère la course, donde la protagonista, a raiz de su pasión por este deporte la transforma en una suerte de autómata frente al resto de su vida. En cambio, en el caso de When she runs, Kirstin, la protagonista es bastante más equilibrada en sus distintas actividades y en el manejo de sus emociones, además que su preparación está filmada de forma hiperrealista, de forma que logra transmitir hasta los mínimos detalles de los sacrificios de los atletas profesionales. El punto de conexión con su anterior film recién se desvela superada la mitad del film, donde se muestra su faceta no deportiva en el encuentro con su marido y su hijo, quienes viven momentáneamente de forma independiente a su madre de forma que la protagonista pueda prepararse de forma integral para un clasificatorio de 5000 metros.

El método adoptado por Kirstin para sobrellevar su vida familiar puede ser poco entendible, aunque este se aclara bajo el contexto que trata la primera parte del film, la rigurosa y agresiva preparación física denotan que es un proceso tan arduo y complejo que no permite mayor distracción que el trabajo de la protagonista, quien atiende una heladería, instantes en los cuales parece estar más relajada. Esta actividad se percibe como necesaria para la supervivencia económica. La posición que tienen los directores sobre todas las decisiones de Kirstin parece ambigua, ya que por un lado dentro del guion hay ciertos hechos qe pueden entenderse como castigos hacia la protagonista, además de la aparición de un personaje que trata de adiestrarla sobre la relatividad del éxito. A la vez hay otras decisiones que muestran un apoyo frente a la decisión de priorizar momentáneamente su vida profesional, la cual no solo implica sacrificios físicos, sino también alimenticios, que al final son los que generan los verdaderos problemas y nudos de guion.

De todas formas es remarcable la idea rompedora que se presenta en el film, los sacrificios y la priorización de la vida profesional en cierta etapa de la vida, que por lo general son atribuibles a los varones, y el film se concentra en remarcar la idea de la corta vida activa de los deportistas, quienes tienen una ventana de pocos años en los cuales pueden ejercer dentro de su máximo potencial. Y si bien la pareja de Kirstin parece entender todos estos aspecto, su apoyo se siente un poco forzado.

El amor que muestra la protagonista hacia su hijo es notorio en las pocas escenas en las cuales tienen interacción mutua y que tienen un pequeño guiño a su anterior película, ya que también se llama Jonah al igual que el bebé de God bless the child. Esto se contrapone con los detalles de la rigurosa rutina de Kirstin, que muestran la imposibilidad del deportista de salirse de un guion inflexible como único camino para lograr el éxito. Las relaciones materno filiales en este contexto están presentes de diferentes formas en ambas películas de esta pareja de directores, aunque con un ánimo reivindicativo en When she runs, debido al ánimo de la protagonista y a la idea de que al final de cuentas, run no es el escape, sino el avance.

Competencia internacional
Directores: Robert Machoian & Rodrigo Ojeda-Beck
Reparto: Kirstin Anderson, Ivan Gehring, & Jonah Graham
Guion: Robert Machoian, Rodrigo Ojeda-Beck, & Kirstin Anderson
Fotografía: Robert Machoian & Rodrigo Ojeda-Beck
Edición: Robert Machoian & Rodrigo Ojeda-Beck
Productora: Laura Heberton
EE.UU., 2018, 74 min