BAFICI 2022: THE TIMEKEEPERS OF ETERNITY DE ARISTOTELIS MARAGKOS Y HAPPER’S COMET DE TYLER TAORMINA

BAFICI 2022: THE TIMEKEEPERS OF ETERNITY DE ARISTOTELIS MARAGKOS Y HAPPER’S COMET DE TYLER TAORMINA

Por Pablo Gamba

The Timekeepers of Eternity y Happer’s Comet son dos películas del BAFICI en las que se experimenta con la técnica y con la narración, respectivamente. La primera se estrenó en el Fantastic Fest de Austin y es la ópera prima en el largometraje de Aristotelis Maragkos, realizador griego que estuvo en el Festival de Animación de Annecy con el corto A Portrait (2014). Compite en Vanguardia y Género en Buenos Aires. Por su parte, Happer’s Comet se estrenó en el Forum del Festival de Berlín y es el segundo largometraje de Tyler Taormina, que participó en Cineastas del Presente, en Locarno, con Ham on Rye (2019). Forma parte de la competencia internacional del BAFICI.

La animación de The Timekeepers of Eternity fue hecha con hojas de papel sobre las que se imprimieron en blanco y negro imágenes de la miniserie de televisión de Stephen King The Langoliers (1995), de la que se reproduce también la banda sonora original. El papel es arrugado y rasgado, y con los recortes se forman collages. Hay una parte en la que la captura fotográfica de las láminas revela la técnica de realización dejando ver las manos que llevan a cabo la tarea de animarlas. Hay un paralelismo entre esto y el tema de la película. The Timekeepers of Eternity, como el título lo indica –“los cronometradores de la eternidad”–, trata del tiempo, al igual que la serie en la que está basada. La animación artesanal que aquí se practica es un cine del fotograma, en el que los planos son el resultado de decisiones de realizar y manipular una tras otra las imágenes reproducidas en papel para crear la impresión de movimiento, no de la operación electrónica o mecánica de una cámara que captura el movimiento de lo que está dispuesto frente a ella. Se trata, por tanto, de un arte de transformar el tiempo de la imagen fija en un tiempo del movimiento.

Los personajes de la miniserie de ciencia ficción viajan en un avión en el que la mayoría de los pasajeros y la tripulación desaparecen al atravesar una “grieta” temporal. En las criaturas del título se hace real un cuento infantil con el que se asusta a los niños considerados vagos. No es que vengan a comérselos a ellos; los langoliers son criaturas que devoran el pasado e impulsan de esta manera el correr del tiempo. Esto le da una justificación a diversos aspectos de la técnica de animación de The Timekeepers of Eternity, como el rasgado y el arrugado del papel, por ejemplo, y hasta la presencia en campo de las manos que mueven el tiempo. No es un spoiler decir esto porque no se trata de sorprenderse con la trama de un programa de televisión de hace casi treinta años sino con lo que Maragkos crea a partir de este. Lo que también sorprende, pero de otra manera, es el giro estético en la cuestión del tiempo en el capitalismo financiero, que la miniserie de King psicologiza con el trillado recurso del trauma infantil que persigue al banquero Craig Toomey. Es una invitación a pensar en lo que podría tener de sintomático este cambio en la actualidad, cuando las tecnologías de comunicación que aceleraron el ritmo de las finanzas y reimpulsaron su expansión global se han integrado plenamente a la cotidianidad.

 

Happer’s Comet se destaca en su forma de narrar por la creación de un protagonista colectivo y la relación de la acción con el tiempo. Si en su película anterior Taormina trabajó con los tópicos del coming-of-age, aquí hay una crítica del costumbrismo, esa estrategia de representar lo local de una forma que trata de hacerse comprensible con personajes que encarnan “tipos”, lo que tiene como premisa que la sociedad es una suma de individuos a los que hacen referencia estos modelos. El título viene irónicamente del film Local Hero (1983), en el que Burt Lancaster interpreta a un millonario obsesionado por trascender y que busca un cometa para darle su nombre. La historia también se desarrolla en una pequeña ciudad, ubicada allí en Escocia. Los personajes individuales de Happer’s Comet apenas están esbozados y el montaje con el que se pasa de uno a otro, la composición y el dominio de lo sensorial los funden en un todo que trasciende incluso a la comunidad. No son ellos los que actúan en el pequeño mundo representado en esta película, en la que no se relata ninguna historia, sino que están integrados a un movimiento de la naturaleza.

Lo más notable de Happer’s Comet es que capta la atención con un juego en el que las sensaciones dominantes parecen indicios, o incluso presagios, de sucesos que están por ocurrir y que las interrupciones del montaje dejan en suspenso, lo que mantiene todo en tensión. Algo similar ocurre con la extraña presencia de diversos personajes que andan en patines por las calles en la noche. Hay pequeños movimientos que van cobrando significación también como indicios del movimiento general, como el agua de una regadera que rocía el parabrisas de un vehículo, vista desde el interior, o diversos momentos de paso de la luz en la oscuridad. Esto exige un intenso trabajo del espectador para establecer conexiones entre detalles sin que sea una tarea análoga a la habitual de seguir los hilos de una trama narrativa coral.

Happer’s Comet es una producción en la que participaron la familia del director y miembros de la comunidad de la ciudad en que nació en Long Island, Estados Unidos, y también otra de las pocas películas realizadas con referencia al contexto de la pandemia del COVID-19 –hecha explícita al final– que pueden aspirar a la trascendencia. Esto le da un sentido y un valor específico a motivos como el choclo agusanado del comienzo, la dirección que tiene el movimiento de la naturaleza y el reencuentro de los cuerpos jóvenes deseantes. Pero se trata sobre todo de un poema, local y cósmico a la vez, acerca de la vida confrontada con la oscuridad de la muerte.

Vanguardia y Género
The Timekeepers of Eternity
Dirección, guion, producción y edición: Aristotelis Maragkos
Sonido: Lowtronik
Música: Amulets
Grecia, 2021, 62 min.

Competencia internacional
Happer’s Comet
Dirección, guion, dirección de arte y sonido: Tyler Taormina
Producción: familia Taormina, Calogero Carucci, Jordan Rebolini
Interpretación: Grace Berlino, Michael Gugliamo, Jax Terry, Brendan Burt, Brandon
Cassanova
Estados Unidos, 2022, 62 min.