Por Mónica Delgado
El quinto largometraje de Peter Strickland es una sátira sobre el mundo de las residencias artísticas. Siguiendo el estilo de The Duke of Burgundy (2014), su episodio en The Field Guide To Evil (2018) o In Fabric (2018), en Flux Gourmet (2022) expone un entorno de fábula, con personajes delicados, glamurosos, pero que no dejan de ser estrambóticos o grandilocuentes, para contar una historia sobre performances de impacto.
Este nuevo largometraje resulta el film más “estridente” del cineasta, en la medida que se trata de una obra, como en Berberian Sound Studio (2012), donde el montaje y diseño sonoro tienen un papel preponderante. Una mecenas de clase alta (Gwendoline Christie) invita a su mansión, un instituto de investigación culinaria, a un grupo de artistas del sonido, formado por Elle (Fatma Mohamed), Lamina (Ariane Labed) y Billy (Asa Butterfield), mientras en el lugar un periodista también recibe un tratamiento por males estomacales. Por un lado, asoma el tono del humor escatológico, pero también el tinte de una comedia esteticista, formada por seriaciones o repeticiones de algunas situaciones, que remiten a una intención coreográfica. Los personajes devienen en piezas de una performance teatral de más de hora y media, donde las citas a la puesta de escena a lo Peter Greenaway (y aquí creo que no es nada saludable acudir a esta referencia) van ganando terreno.
Si bien Flux Gourmet se percibe como un film menor en comparación a otros trabajos de Peter Strickland, su valor radica sobre todo en el plano sonoro y como utiliza este recurso para fortalecer su sátira a este mundo del arte, de espectadores y de especulaciones o conceptos validados como artísticos. La banda sonora de experimentación ruidista y que contiene composiciones o improvisaciones de The Sonic Catering Band (con temas del mismos Strickland) van aportando a construir esta dimensión surreal y estrafalaria de las performances. Y también en el acabado visual, que permite una atmósfera enrarecida y atemporal, soportada además en el clima romántico de una mansión aislada en el medio del bosque.
Y el título, que podría remitir a los conciertos de Fluxus, también se valora como una referencia de la utilización de lo acústico y lo cotidiano como vía de liberación de lo sensible. La relación de arte y vida (aquí explorada desde el poder de lo culinario, de lo degustativo y desde el placer o repelencia desde el olor) plasmados desde lo grotesco y desde la ironía de un estado del Arte. Por ello, pese a la sensación de estar ante un film mediano, toda la apuesta expresiva sonora hace de Flux Gourmet una rareza, y quizás futura película de culto.
Encounters
Dirección y guion: Peter Strickland
Fotografía: Tim Sidell
Edición: Mátyás Fekete
Diseño sonoro: Tim Harrison
Sonido: Cassandra Rutledge
UK, Hungría, USA, 2022, 111 min