Por Mónica Delgado
Con más de una docena de films en su haber, Arnaud Desplechin ha dejado en claro en Cannes 2022 que sus ganas de hacer cine están pasando por un mal momento. Aquello que plasma en Frère et soeur (Brother and sister) muestra un desgaste, pero también quizás la decisión de no desarrollar lo que el film sugiere, adelanta o perfila, dejando las entrelíneas como ejercicio práctico del espectador.
Brother and sister es un film sobre una rivalidad fraternal que nunca queda expuesta. La película comienza con una introducción melodramática donde se describe la tensión entre los dos hermanos, la actriz Alice (Marion Cotillard) y el escritor Louis (Melvil Poupaud), tras la muerte del hijo adolescente de este último. Luego, pasan algunos años, y un accidente de tránsito que tiene como víctimas a sus padres (en una secuencia anodina), los une, reavivando la tensión. Sin embargo, como espectadores siempre quedamos en el aire ya que la razón del distanciamiento nunca queda expuesta. Sin embargo, el tufillo incestuoso aparece, aunque un Desplechin reprimido lo sancione en cada escena.
Debido a este decoro en varias escenas y a la poca astucia para urdir una serie de subtramas, Brother and sister tropieza desde varios flancos, precisamente por lo que debió ser una relación ambivalente entre hermanos, que por un lado, asomaría como un tema de egos entre ‘artistas’, y por otro, debido a un favoritismo de los padres (clásico motivo trágico). Sin embargo, la intención de dotar de malditez al personaje de Poupaud o de asignar un alto grado de histeria y neurosis al personaje de Cotillard, van insuflando al film de climas sin sentido, en escenas pegadas con goma. A tal punto que una serie de flashbacks, donde aparecen los estallidos de verdad de índole incestuosa, van llevando al film hacia el desvarío: la definición de Alice como musa de su hermano, la mención a un embarazo no deseado y la fijación de Louis con el hijo de su hermana porque “se parece” a él. Pero, a pesar de todo ello, de las posibilidades de la oscuridad de esta relación filial, nada está dicho de manera concreta, y más bien todo se desborda a partir del estado de salud de los padres (con amputaciones incluidas), quienes yacen postrados en una cama de urgencias.
Estamos lejos del cineasta de Comment je me suis disputé… (ma vie sexuelle) (1996), o las más recientes Trois souvenirs de ma jeunesse (2015), Les Fantômes d’Ismaël (2017) o Roubaix, une lumière (2019). Situación que es una pena, no solo dentro de la carrera de Desplechin, sino por el tipo de concesiones que hace el festival al elegir films como este para sus competencias.
Competencia oficial
Dirección: Arnaud Desplechin
Guion: Arnaud Desplechin, Julie Peyr
Música: Grégoire Hetzel
Fotografía: Irina Lubtchansky
Reparto: Marion Cotillard, Melvil Poupaud, Golshifteh Farahani, Patrick Timsit, Benjamin Siksou, Max Baissette de Malglaive, Saverio Maligno, Cosmina Stratan
Francia, 2022, 108 min