Por Aldo Padilla
La telerrealidad tiende a una suerte de utopía que se construye en base al público al cual va dirigido, ya sea desde los programas donde se exalta la fiesta constante e interminable o desde aquellos espacios en los cuales hay un constante estado de conquista amorosa, el público que lo ve se imagina en esos estados de constante adrenalina o de un estado alterado desde lo emocional, la telerrealidad como un reflejo de aquello que se busca internamente, aunque al final puede consumir la identidad propia como lo mostró Mateo Garrone en Reality.
La idea de un reality basado en la búsqueda de una sociedad utópica es una idea bastante ambigua como se refleja en Last year in utopia de la dupla de directoras alemanas Jana Keuchel y Katharina Knust, donde los protagonistas del fallido programa regresan un año después al sitio de grabación del fracaso a contemplar las ruinas de la pequeña burbuja de la que fueron parte. En la primera parte el film va recorriendo y describiendo de forma casi arquitectónica los espacios de la instalación, la cual está alejada de cualquier rastro de sociedad y donde los ambientes que aparentemente tienen grandes dimensiones denotan cierta claustrofobia propia de la falta de libertad que van deslizando de a poco los protagonistas. Entre recuerdos tanto divertidos como emotivos, se trata de discutir el difuso rumbo de la supuesta sociedad utópica de la perfección, recreada por austeros actores que son contemplados por los protagonistas que alcanzan a entender la dimensión de la extraña aventura emprendida, aunque hecha desde la distancia temporal e impersonal que da el acto de verse a sí mismos en tercera persona.
La cuestión que es latente y sugerida por los participantes es el intervencionismo en algunos casos que solían hacer los productores durante el programa en búsqueda de la perfección, la cual debía ser transmitida a un público en constante búsqueda de vivir las vidas ajenas que se ven en televisión. Cada uno de los personajes busca una relación con la representación de lo que ve en el actor vestido de blanco que encarna su rol, en una especie de performance artístico, que recuerda al film Teatro de guerra de la artista conceptual Lola Arias, que también fue estrenado hace poco, cuyos protagonistas ex soldados británicos y argentinos ven a actores representando la complejidad de los recuerdos de una guerra en la cual los rostros no siempre pueden ser reconocidos, a diferencia del film alemán donde la base está más que en las figuras en un papel a representar en el reality, de forma de ser diferente y reconocible por ciertas características, la persona única dentro de ese encierro. La experimentación en forma de una muñeca rusa, los protagonistas viendo actores haciendo un rol, dentro de otro rol, dentro de una casa siendo vista por millones de personas imaginándose en esa vida.
Director: Jana Magdalena Keuchel, Katharina Knust
Germany
2018
73 min