CURTOCIRCUITO 2019: ARROLO DE LUCÍA ESTEVEZ

CURTOCIRCUITO 2019: ARROLO DE LUCÍA ESTEVEZ

Por José Sarmiento Hinojosa

Hay una idea central en Arrolo (2019) de Lucía Estevez que convierte lo que podría ser un cortometraje convencional en una experiencia sensorial y de memoria: La protagonista de Arrolo, obsesivamente graba cintas de audio que luego etiqueta y ordena con una diligencia que se aproxima a la obsesión. Pero estas grabaciones de audio, consisten en el sonido que resulta de una serie de performances corporales, que ejecuta con el cuerpo, con la boca, con el contacto con otras superficies. No debemos entender estas performances como el ejercicio performático artístico como disciplina, la actividad performática consiste directamente en una obsesión de recrear ciertos sonidos, trazas de momentos, símiles de memorias mediante el movimiento del cuerpo, como buscando en el archivo de la memoria personal y recreando ciertos movimientos que pretenden gatillar el almacén de los recuerdos como una bofetada.

Es así, que, lo que por momentos son apenas instancias momentáneas donde parece asomar la memoria, se convierte en la traducción efectiva (y afectiva) de lo sonoro mediante el movimiento y el frenesí del cuerpo. Estos sonidos, remecen la memoria y finalmente las imágenes de infancia de la protagonista alcanzan la órbita del recuerdo. Lo que sucede después es la catarsis emocional y la exégesis de este cuerpo fragmentado de instantáneas que se configuran como un libro, y que aparecen como una revelación que se resistía a mostrar el rostro. El cuerpo desencadena la memoria y libera el alma de una carga emocional que está permanentemente presente en cada movimiento y configuración de los sonidos almacenados.

Arrolo logra así una magnífica síntesis de la performance y la memoria. No es gratuito que su directora, la gallega Lucía Estevez, venga también del campo de la interpretación teatral y la danza, ya que ambas disciplinas juegan un rol central en el cortometraje, estableciendo lo rutinario/performático como un canalizador de la memoria, de la búsqueda de frecuencias perdidas en la infancia. Si el sonido es básicamente vibración, y el movimiento del cuerpo es también la vibración de nuestra materia, ¿qué memorias perdidas habitan en el contacto tangencial de estas frecuencias de onda, en las eternas vibraciones del universo?. Arrolo nos acerca un poco más a esta respuesta.

Dirección: Lucía Estevez
cortometraje | ficción | 13 minutos |
distribuidora: Playtime Audiovisuales
(Planeta GZ, Premio CREA Mejor Dirección Gallega)