Por José Sarmiento Hinojosa
Esta noción de sublimidad kantiana, inmanente solo a la naturaleza y donde el hombre se ve confrontado a su insignificancia, este sentimiento de recolocarse frente al mundo ante la imposibilidad de alcanzar lo verdaderamente sublime por medio del arte, se transpone de manera notable en los últimos dos trabajos de Sigfried A. Fruhauf y Stefano Canapa. El hecho de “resituarse” frente al mundo por medio de experiencias que podríamos llamar “extracorporales” “matéricas” que explotan las manifestaciones lumínicas y de intervención del material y generan a su vez experiencias psicotrópicas afines al ritual chamánico o a la experiencia lisérgica, nos acercan a un estado mental y espiritual que nos aproxima a ese sublime kantiano (o quizá burkiano) que nos descoloca para volvernos a colocar en la tierra en un estado de abstracción absoluto, en la presencia de un ánima cinematográfica que exalta los sentidos y sublima una experiencia límite.
Thorax (2019) de Fruhauf parte de una exploración lumínica como una manifestación de lo aurático de la energía humana, para evolucionar en un violento viaje en ácidos que intenta vincular ciertas energías ocultas mediante un tejido tangencial de luces que comienza a palpitar in crescendo. Es esta presencia del pulso la que agita la retina y la emulación de un flicker que convierte este tramado en un corazón metafórico, o máquina lumínica que alimenta un espacio energético. Este espacio transmuta en un agujero blanco que expulsa materia en una vorágine o vórtice convexa, una imagen con un escorzo mutable que acelera y altera su presencia y fluye entre un espacio ocular, o presencia de antenas, o la manifestación del tórax, la presencia del corazón humano que acelera este flujo energético de manera incontrolable, fundiéndose en aliteraciones psicotrópicas que encuentran un verdadero significado ritual en lo liminal de sus pulsos, hasta alcanzar el nirvana, o el estado puro del alma humana como energía pura. Una obra maestra incontestable.
En ese aspecto, Further Radical (2019) de Stefano Canapa es un paso más de la exploración estructural de su trabajo con sonido que había emprendido a partir de su trabajo con Jérôme Noetinger en The Sound Drifts (2019), donde la materialidad de la pista de audio cobraba vida frente a la improvisación sonora del maestro de la improvisación sonora. En Further Radical, esta intención de manejar la tangibilidad del sonido como fuente rítmica para sus composiciones visuales se mantiene, pero esta vez es la exploración matérica la que toma protagonismo frente a esta pista ominosa de matices de techno que resuelve la imagen. El proceso, se realiza cuando Canapa toma una lámina de rábano para exponer cinta fílmica no expuesta, y experimenta con los resultados en flujo. Si bien la experimentación con el proceso fotoquímico y distintos materiales orgánicos e inorgánicos se remonta a los experimentos surrealistas y a los mismos inicios del cine, en el filme de Canapa es el preciso montaje de la imagen y la textura particular del audio (algo con lo que ya había trabajado de forma notable en The Sound Drifts) lo que le otorgan a su obra una personalidad propia. Further Radical como exploración matérica no se agota en esta simple tendencia, la explora hacia sus límites creando abstracciones visuales que compiten entre si y se manifiestan como influjo o trance ante la contemplación atenta. De nuevo, el audio y el crescendo y pausa del mismo es un elemento fundamental de la pieza, las exploraciones del material que alcanzan desde simples abstracciones hasta mapeos de superficies “geográficas” o “lunares”, que destacan la eficiencia de la exploración del proceso fotoquímico. Sonorizado por Loren Martin, Further Radical cimenta a Stefano Canapa como una personalidad del experimental con una de las mejores intuiciones sonoras y de la imagen en ejercicio hoy en día.
Further Radical
Director: Stefano Canapa
Francia, 2020, 7′
Thorax
Director: Sigfried A. Fruhauf
Austria, 2019, 8′