DONDE DENNIS HOPPER PERDIÓ EL PONCHO, UN LIBRO DE FIETTA JARQUE

DONDE DENNIS HOPPER PERDIÓ EL PONCHO, UN LIBRO DE FIETTA JARQUE

Foto: FB de la publicación

Por Mónica Delgado

Cuando Fietta Jarque afirma que The last Movie es el Rosebud de Dennis Hopper no se equivoca. No solo porque en su libro Donde Dennis Hopper perdió el poncho pone en evidencia toda una dimensión épica de un rodaje y de una idea caprichosa que se tiene que materializar a la fuerza, sino porque también hay algo del espíritu renovador que alcanzó Orson Welles por aquellos años (con la magnífica The other side of the wind) y que Hopper atrapa. El año pasado, el festival de Venecia presentó en estreno un material recuperado en 16 mm de una larga entrevista entre Orson Welles (registrada por él mismo) y el joven Hopper tras el proceso de filmación de The Last Movie en Chinchero, Perú, en noviembre de 1970. En algún pasaje de Hopper/Welles (2020) el actor y director menciona que le es difícil editar, mientras Welles (fuera de campo) hace preguntas o brinda algunas reflexiones sobre qué es lo que él haría. Tras ver la nueva copia de este film de culto de Hopper, rodado en Perú, y tras leer el completo documento de ese proceso que Jarque comparte, nos cabe la pregunta de si acaso esta entrevista entre estos dos gigantes del cine fue también decisiva para el proceso de montaje, y que según Fietta, fue complicado y en el cual hasta Alejandro Jodorowsky quiso aportar con resultados fallidos.

En este libro, presentado en Lima en febrero de 2021, la escritora y periodista peruana radicada en Madrid, Fietta Jarque, va abordando diferentes ángulos del rodaje de este film emblemático, pero, a la vez olvidado. En 2018 el festival de Mar de Plata hizo una proyección de una nueva copia restaurada y en Lima, el Instituto Cultural Peruano Norteamericano pasó copia similar en 2019. Este acercamiento contemporáneo al film es también lo que ofrece esta crónica, no solo desde la mirada de Jarque que brinda todas las perspectivas posibles sobre uno de las mejores películas hechas en territorio peruano, sino que transmite el halo de su inventiva, de su ludismo y experimentación, muy a la par de los riesgos creativos de cineastas marginales en EE.UU. en la década del sesenta. El libro transmite toda la magnitud de la empresa para lograr un film irreverente, de diversas capas metatextuales y metafílmicas, cuyo espíritu enloquecido y moderno sigue asombrando a estas alturas del cine.

Por otro lado, quisiera mencionar un tema importante que se desglosa de Donde Dennis Hopper perdió el poncho, y que tiene que ver con el contexto peruano y su relación con la idea de Hollywood en tiempos de un gobierno militar. En el libro editado por Miguel Sánchez Flores, Mitologías velasquistas: industrias culturales y revolución peruana 1968-1975 (2020), el periodista y crítico musical Fidel Gutiérrez desmantela la afirmación de que en el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado el rock- y sus variantes- estuvo proscrito, ya que no hubo leyes o decretos que lo prohibieran, sino más bien limitadas experiencias creativas y de difusión, que se debieron a otras situaciones o contextos. Gutiérrez indica que no hubo una política clara desde el gobierno que pusiera freno a la expansión de este fenómeno musical en territorio peruano. Al contrario, sostiene que hubo convocatorias desde el gobierno a festivales musicales como el Inkarri. Sostiene que hubo una fuerte irrupción de otros géneros, como la cumbia, y que si el rock no logró una masificación se debió a que no hubo cohesión ni se forjó una identidad desde los mismos rockeros locales: “no necesitaron culpar a un gobierno de sus eventuales falencias e inconsistencias”*. En este mismo libro, el historiador Alejandro Santistevan desbarata el lugar común de que el gobierno de Velasco expulsó arbitrariamente al músico Santana (y a su banda), debido a una posición antiimperalista y dictatorial, y que más bien la imposibilidad del concierto fue debido al consenso implícito de dos extremos (conservadurismo reaccionario de la derecha y el antiimperialismo cerrado de una facción de la izquierda) en esta Lima de 1971 y que culminó con una decisión del Ministerio del Interior por temas de seguridad y ante promesas de violencia, cuando los músicos ya se encontraban en el país.

Estas menciones que añado sobre parte del clima cultural que primaba a finales de los años sesenta e inicios de los setenta en el Perú me ayudan a justificar la importancia de un libro como Donde Dennis Hopper perdió el poncho,  en la medida que desde el fuera de campo y desde las variadas situaciones que describe la autora sobre el rodaje de este film de culto, nos podríamos hacer una idea, a partir de entrevistas, bibliografía, extractos de notas periodísticas, evocaciones a fragmentos del films, del contexto de un gobierno militar que no estuvo cerrado a posibilidades desde la cultura o el cine (como uso de locaciones para filmar grandes producciones de Hollywood) para que el Perú estuviera expuesto de manera positiva ante los ojos del mundo.

Como indica el subtítulo del libro Crónica del rodaje de The last movie en Chinchero, Cusco, 1970, Jarque nos introduce en un periodo específico de la historia peruana a partir de los incidentes de un proceso de filmación abrupto, conflictivo y pasional, donde la figura de Dennis Hopper como un hippie de poses y modas vacías queda desvirtuada ante la composición de un cineasta vital, furibundo y con ansias de dar a su cine un cambio de paradigma ante el monstruo industrial de Hollywood. Mientras la autora nos va describiendo las motivaciones filosóficas, religiosas y estéticas que se desglosan de este proceso de rodaje y las apreciaciones sobre el film ya culminado y exhibido años después, podemos armar un rompecabezas en torno a los aspectos políticos y sociales que asoman en pequeños detalles, tanto sobre el gobierno, los gobernantes locales y la disposición para lograr el éxito de un rodaje en un pueblo andino a más de 3 780 metros sobre el nivel del mar y a 28 kilómetros de la ciudad de Cusco.

Jarque ahonda en ocho semanas de rodaje a través de una narración episódica y de una prosa clara que no evita juego ingenioso de frases, en la clave de las mejores crónicas periodísticas. Como ella menciona en la introducción, el film “Es una crítica a la aplanadora de la ‘civilización’ que llega, deja su basura y se larga, contaminando el territorio y las personas”, y por ello no solo se trata de la descripción de cómo se desarrolló este rodaje en sí, con sus actores y actrices provenientes de EE.UU. (Kris Kristofferson, Peter Fonda, Dean Stockwell, Julie Adams, Toni Basil, incluso el genial Samuel Fuller), del influjo de las drogas y las escenas orgiásticas que se desbordaban en plena plaza de un pueblito, sino de dar pistas del contexto y de cómo filmar en Perú significó una línea coherente con un proyecto de crítica a Hollywood y su sistema. Esta contaminación del territorio que se hace patente en el “argumento” del film (The last movie trata, entre otras perspectivas, de un rodaje de un western en un terreno indígena que se ve trastocado por la irrupción y penetración de imaginarios foráneos), también se hizo tangible en el rodaje en la medida que el equipo de Hopper llegó en caballo a locacionar, un típico scouting. Ya cuando se asentaron para la filmación, el ejército construyó una carretera para dinamizar la vía “hacia el progreso”. Este apoyo fue visto por parte de técnicos peruanos del rodaje como una afrenta a la comunidad, sin embargo para el estado velasquista no era visto de esa manera. ¿Qué tanto apoyó el gobierno para generar condiciones para un mejor rodaje? Si bien esta interrogante no se responde, porque el libro no trata de eso, la autora brinda algunos elementos para afirmar un tipo de apertura y garantías (el SINAMOS dio permiso incluso) para que el film pudiera realizarse, ya que a pesar de todo era considerada una producción anti-Hollywood.

Donde Dennis Hopper perdió el poncho es una oportunidad para acercarnos al perfil de Hopper más allá de las etiquetas propias de su época. Es también una publicación que puede leerse desde el lugar contemporáneo de un film de culto que quiso ser un hito de la historia del cine: la mirada hacia un territorio de diversidad que parece en conflicto o tensión (como menciona Jarque en torno al aeropuerto que se quiere hacer allí) y una apuesta creativa febril, que encontró en Perú un espacio de libertad.

Editorial: Seix Barral/ Planeta Perú
Temática: Actualidad | General actualidad
Colección: Biblioteca Breve
Número de páginas: 224
                     Lima, abril, 2020/lanzado en verano de 2021

Notas:

*Gutiérrez, F. (2020) “Al diablo con la revolución”: Rock peruano en tiempos de Velasco. En Sánchez Flores, M. (ed.) (2020), Mitologías velasquistas: industrias culturales y revolución peruana 1968-1975. Lima: Fondo editorial de la Pontificia Universidad Católica, p.84.