Por Mónica Delgado
Describir y detallar un acontecimiento es ubicar un hecho de lo trascendente. Si en la novela de la actual premio Nobel de Literatura, la escritora francesa Annie Ernaux, el aborto es un asunto definitorio del pasado, en la adaptación cinematográfica de Audrey Diwan se vuelve una acción en curso, se torna un presente de terror, que encuentra en la realidad su mimesis pertinente y permanente. El acontecimiento propuesto como ruta impuesta de la ilegalidad, ese trayecto que condena a las mujeres a no tener control sobre sus cuerpos y a la muerte.
Tanto la novela de autoficción como la película buscan transmitir las emociones y frustraciones implicadas en un proceso difícil hacia la interrupción del embarazo que vive una joven estudiante universitaria, en Ruán, en el año 1963. Anne (Anamaria Vartolomei) se entera que está embarazada, y tantea diversas estrategias para su interrupción. Sin embargo, ninguna tiene éxito. Pese a que vive en una residencia estudiantil rodeada de mujeres, Anna aparece solitaria, cuasi sin confidentes, y con apenas algunos amigos y amigas con quien intercambiar algunos pareceres. Incluso, el primero en enterarse de su estado es un amigo, a quien considera un aliado en la búsqueda de algún lugar abortista. Pero, pronto llegará el acontecimiento, aquel suceso que hará posible el deseo de no ser madre y poder así continuar con sus estudios de filología.
La historia del El acontecimiento, novela publicada en 2019, se basa en las memorias de la misma Annie Ernaux y de cómo tuvo que afrontar ese proceso. En la novela, Ernaux construye a su personaje desde un presente, e inicia su relato con escenas de una visita a un consultorio médico para hacerse una prueba de descarte de VIH. El entorno de esta situación la traslada al pasado, retrocediendo más de treinta años, al recuerdo penoso de los días previos al aborto, y a las condiciones y dificultades que tuvo que afrontar en un entorno hostil, donde los espacios de culpa y señalamiento social se materializan, en su mayoría, desde consultorios médicos. En esta narración, Ernaux se describe como una joven activa sexualmente, que pasa veranos con un amante de Burdeos, y que vivía en la provincia, donde viaja constantemente a visitar a sus padres (incluso afirma que es la madre quien aún le lava las prendas íntimas). El embarazo no deseado se vuelve una “cosa”, un estado incómodo y agresivo, que, sobre todo, la confronta con los personajes masculinos de su entorno: compañeros de aula, amigos militantes políticos, profesores y médicos. Así, la autora va describiendo cada contexto regentado por las leyes de los hombres, pero dejando en claro que esto es en Francia un asunto del pasado: “Pero, precisamente porque ya no pesa ninguna prohibición sobre el aborto, puedo afrontar (…) de forma real este acontecimiento inolvidable”. Que el aborto ya no sea en este país una práctica clandestina hace posible el grito, o la reconstrucción del acontecimiento.
Mientras tanto, en el film, la perspectiva que se posa sobre el personaje de Anne es distinta. La cineasta Audrey Diwan elimina el elemento “flashback” y ambienta todo el film en 1963. Más allá de esta ambientación en un pasado histórico determinado (algunos años antes del estallido del mayo 68), la cineasta logra activar una suerte de presente, invitando a que les espectadores puedan percibir todo el proceso en busca de una solución para interrumpir el embarazo en un presente cinematográfico. Es decir, ya no se trata de un personaje literario explorando su pasado desde un presente donde el aborto es legal, sino que este tiempo cinematográfico produce una conexión con lo real, donde los ganchos de ropa, los palitos de tejer, las sondas de agua con sal o jabón, las inyecciones y demás prácticas para la interrupción del embarazo ya no son solo el recuerdo de una narradora, sino un suceso extrapolable a realidades patriarcales donde el aborto sigue siendo clandestino y cuyas condiciones insalubres siguen matando a cientos de mujeres.
Como en Never Rarely Sometimes Always (2020) de Eliza Hittman, Diwan muestra estas búsquedas de solución, a modo de trayectorias, de viajes, paseos, idas y venidas, de visitas a médicos, de recetas, negativas, falta de dinero y también complicidades. Sin embargo, pese a esta intención de mostrar toda la disyuntiva dentro de la clandestinidad desde un plano emocional, la cineasta no evita el detalle sensacionalista, como pasa con algunos pasajes de 4 meses, 3 semanas, 2 días (Rumania, 2007) de Cristian Mungiu o The Tribe (Ucrania, 2016) de Myroslav Slaboshpytskyi, donde es necesario en cumplimiento de un ‘verismo’ dar cabida a escenas crudas de intervención en los cuerpos.
Y también, a diferencia de la novela, la directora Audrey Diwan agrega en la adaptación algunos componentes que pueden percibirse como mojigatos, con el fin de evitar comentarios en contra de la práctica abortiva. En esta ficción, el personaje de Anne no aparece como sexualmente activo antes del embarazo, es más, se va enfatizando que solo tuvo relaciones sexuales una vez, como si hubiera sido parte de un descubrimiento o acto ocasional. Transmitir la idea de que Anne tiene el derecho abortar se potencia con la proyección de su lado libre de deseo sexual. Cuando Anne tiene un encuentro sexual con un amigo en una fiesta en su cuasi tercer mes de embarazo, esto se percibe como una de las opciones que la protagonista aplica para provocar un aborto. Y así, la posibilidad de que el personaje haya tenido sexo por placer sin más ni más se difumina. La idea del aborto por un descuido de primeriza se lee justificable.
El acontecimiento (L’Événement) es el segundo largometraje de Audrey Diwan, joven cineasta nacida en Líbano, y es una obra que viene circulando en plataformas de streaming, tras su paso por festivales como Venecia 2021, donde obtuvo el León de Oro. Más allá de su atractivo por el abordaje de un tópico poco tratado en el cine desde un punto de vista de mujeres, el tratamiento es sumamente convencional, con pocos matices y que incluye hasta contradicciones. La escena en que una matrona agarra un fajo de billetes y con esas mismas manos agarra una sonda que será usada en un aborto (y que no está en la novela), ya implica un juicio de valor poco afortunado en una película que precisamente habla de cómo la única salida para algunas mujeres estaba en manos de estas “parteras”. La película plasma las injusticias de un sistema antiderechos aún vigente, sin embargo el aborto es visto como un trauma extremo, donde solo el hospital y su institucionalidad terminan imponiéndose como salvación.
L’Événement
Dirección: Audrey Diwan
Guion: Audrey Diwan, Marcia Romano. Novela: Annie Ernaux
Música: Evgueni Galperine, Sacha Galperine
Fotografía: Laurent Tangy
Reparto: Anamaria Vartolomei, Sandrine Bonnaire, Luàna Bajrami, Pio Marmai, Anna Mouglalis, Kacey Mottet Klein, Louise Chevillotte, Fabrizio Rongione, Leonor Oberson, Louise Orry-Diquéro
Productora: France 3 Cinéma, Rectangle Productions, Srab Films
Francia, 2021, 100 min