ENTREVISTA A NELE WOHLATZ SOBRE EL FUTURO PERFECTO

ENTREVISTA A NELE WOHLATZ SOBRE EL FUTURO PERFECTO

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Por Carlos Rentería

Nele Wohlatz nació en Hannover, Alemania, pero radica en Argentina ya hace algunos años, donde codirigió el corto Novios del campo y el largometraje Ricardo Bär. En esta amable conversación habla sobre varios procesos: los de su última película, los de las propias películas y sus fronteras, o los de las migraciones.

Desistfilm: En El Futuro Perfecto aparecen dinámicas para poder ver el cine de una forma material. Ciertas dinámicas que permiten exponer la construcción de una manera muy abierta. En esa secuencia, cerca del minuto cincuenta creo, cuando Nahuel dice que es un actor, se palpa más abiertamente esa materialidad. Ahora bien, ¿crees que este es un momento en tu película en el que el cine tiende a hacer estos movimientos más explícitos?

Nele Wohlatz: Hay algo acá que me atrajo. Yo estudié en una escuela de arte en Alemania donde había un pequeño departamento de cine dirigido por dos directores de cine documental. Durante el último año entró uno más, Thomas Heise, y ahí empecé mi viraje al cine documental. En esa época la cosa era muy clara: esto es documental y esto es ficción. Mis primeros intentos estaban dentro de ese cine “documental”, en lo que sería un cine de observación, pero llegué muy rápidamente a límites en los que yo no me sentía cómoda. Sentía que en realidad era una suerte de manipulación escondida lo que pasaba detrás de la cámara, y que el producto que se presenta como cine documental no solo tiene un conjunto de puesta en escena y decisiones autorales, sino también que mientras un film más “documental” parece, más manipulación ocurre. Sentí como muy desigual la jerarquía entre la persona frente a la cámara como aquella que dirige. Y entonces empecé a mezclar. Cuando yo llegué a Buenos Aires sentí que esto estaba mucho más naturalizado, que la frontera entre ficción y documental no era tan dura como en Alemania. No sé exactamente por qué ocurre, pero también lo puedes observar en la literatura latinoamericana. La literatura argentina tiene esta fuerte tradición de mezclar, de tener mucho híbrido y experimento, que sale del género y que experimenta de manera interesante.

Desistfilm: Y que hacen muy visible la construcción.

Nele Wohlatz: Sí, y a la vez tiene tantas ganas de jugar como de narrar. No son solo experimentos formales. Acá hay una cultura de narración, hay mucho amor por ella. Entonces como que eso hizo que me haya sentido muy cómoda, que podía partir desde este otro punto porque había esta aceptación. Ahora mismo hay otras películas que juegan en estos ejes, como la película de Teddy Williams, El Auge del Humano, difícil decir exactamente cuál es su lugar. Lo bueno es que cada vez se busca menos una sectorización de las películas.

Con esta película estoy muy contenta porque siento que en realidad no puedes decir que es una mezcla de ficción y realidad. Nunca me sentí contenta en la posición del observador que supuestamente no toca la realidad. Sentía que era una manipuladora. En el largo que codirigí antes, Ricardo Bär, optamos por narrar un poco el backstage y las operaciones que tuvimos que hacer para poder filmar, y claro que nos convertimos como en personajes de ese juego y quedamos un poco como los malos de la película, pero fue una opción para tematizar algo que sucede en el cine etnográfico y documental, eso que digo de la manipulación.

En esta película, me pone contenta sentir que en realidad hicimos algo que está más allá, que no es una película que explota la vida de Xiaobin, protagonista de El Futuro Perfecto, y que después pongo en evidencia los mecanismos para subrayarlo, sino que es como un proyecto conjunto con ella. Muchas veces piensan que es una actriz: y bueno, se hizo actriz para la película. Cierto. Le di clases de actuación para ayudarle a desarrollar herramientas actorales, para defenderse frente a cámara, para que pueda estar ahí cómoda. Luego, todo el guion está escrito a partir de ella.

Mi primera idea era hacer una película con otra extranjera, y hacer una película en Buenos Aires totalmente desde esta perspectiva, y desarrollarla en base a su vida. Pero cuando conocí a Xiaobin empezó un proceso muy orgánico, donde nos infectamos mutuamente con nuestras ideas y anécdotas, y nos hicimos amigas. Entonces yo empecé a escribir el guión en paralelo a base de lo que me fui enterando de ella y de otras compañeras suyas. De pronto fue claro que había que probar con ella en el espacio y con el cuerpo, que no tenía sentido escribir el guión y luego filmarlo, sino que el guión tenía que estar escrito a su medida.

futuro perfecto

Desistfilm: Tu película aborda una traslación, que también ocurre en la película de Teddy Williams o de Matías Piñeiro. Es un momento extraño en que las películas se están filmando en cualquier lugar. Tenemos a Lisandro Alonso planeando filmar en EEUU, o a Miguel Gomes en Brasil… En general, se me hace interesante esto de los viajes y los límites en el cine actual.

Nele Wohlatz: Para mí fue muy liberador. Una vez leí una entrevista de Lucrecia Martel que decía que solo podía filmar en Salta porque el idioma se le hace muy importante y ella solo puede entender el idioma porque ella es de ahí. Cuando lo leí me deprimí. Eso lo dijo una argentina sobre un modo de hablar argentino. ¿Cómo podría una alemana empezar a filmar acá? Me costó mucho hasta que encontré esta fórmula: bueno, filmaré desde un personaje extranjero.

Ahora, haciendo la película entendí qué significaba este proceso: apropiarnos de este lenguaje, que no es nuestro y lo hablamos mal, pero que igual reemplazó nuestras lenguas maternas en 95% de nuestras vidas. Al menos en la vida cotidiana, trabajo y relaciones íntimas. Todo sucede en español. Para mí fue muy difícil, pero cuando finalmente filmamos esta película encontramos eso, que este español mal hablado, que tiene belleza y poesía, al final encuentra su público. A medida que lo filmamos y nos empezaba a gustar, entendí que es una forma de apropiación de nuestro nuevo idioma y de nuestra identidad de extranjeras. Pero el proceso fue muy liberador: se puede filmar en cualquier parte del mundo pero es necesario darle el sentido. Odio a las películas que disfrazan eso. Que filman en cualquier parte del mundo porque hay que gastar el fondo ahí.

Desistfilm: O por el exotismo.

Nele Wohlatz: Claro, eso sería lo peor. Creo que las películas que nombraste son directores que siempre trabajan sobre contar sus mecanismos y que están muy conscientes de lo que significa hacer una película.

Desistfilm: Pero entonces, ¿cuál sería la manera en que uno se relaciona con este nuevo territorio y frente a una política o idiosincrasia nueva, por ejemplo? Creo que una respuesta sería el lenguaje cinematográfico.

Nele Wohlatz: Sí. Creo que hacer una película es muy parecido a escribir un libro de filosofía. En realidad lo que estás tratando de hacer es manifestar una nueva idea. Y las ideas, ¿a qué pertenecen?, ¿a la realidad o a la ficción? Hay algo que se nutre de la realidad pero que trata de flexibilizar la realidad o nuestras formas de pensar.

Desistfilm: Como una metáfora o un sueño.

Nele Wohlatz: Eso. Si abres las posibilidades de lo que podemos pensar, la realidad le va a seguir. Una vez que empiezas a pensar, que tiene mucho que ver con las palabras, eso se vuelve una realidad. Creo que eso es una de las razones por las que rechazo esa categoría de documental y de ficción. El cine opera sobre ideas y abre nuestras formas de pensar, y luego, cuando se hace, se hace con las herramientas del cine. El futuro Perfecto es algo personal, es mi historia y a la vez estoy contenta que no es mi historia. Es la historia de una china en Buenos Aires, que viene de una cultura que no conozco y que es totalmente ajena a la mía. Xiaobin está llena de cosas que no entiendo y que calculo que nunca voy a entender, pero hay cosas que compartimos y desde estas cosas puedo hablar de ella. No puedo hacerlo sobre algo que no entiendo, hablo de ella en relación a algo que comparto, o siento, eso de ser extranjera y hacer ese pasaje hacia otro idioma.

Desistfilm: Recuerdo el caso de No Cow in the Ice, de Eloy Dominguez Serén, respecto al proceso de adoptar un idioma. En tu película también ocurre un proceso, al inicio hay pocos parlamentos en chino…

Nele Wohlatz: Pero después hay más. Para mí en la primera parte es más traumática, es la perdida, y ella se siente más aislada del mundo que la rodea. Cuando yo llegué acá no me busqué amigos alemanes, podría haberlo hecho, pero sentí que eso no resolvía el asunto de que tenía que ir para adelante con la gente que hablaba castellano lo suficiente para poder hacer fluir el idioma. Eso de quedar aislada es lo más triste y siento que es lo que pasa primero en estos procesos, por eso es que en la película evitamos en esta primera parte escenas donde ella, teniendo la posibilidad de resolver las cosas en chino, lo haga. Y después, cuando ella empieza a sentirse más cómoda, cambia. En el mejor de los casos lo que logras es vivir en dos mundos. Logras aprovechar tu vida con los argentinos relacionándote con el español, y tu vida en chino con los chinos. Xiaobin cada vez que vuelve a su casa vuelve a China en un punto. Y eso está bien, pero creo que ahí empieza a completarse tu identidad, en la manera en que puedas vivir entre estos dos mundos, viviendo en estos dos idiomas. Por eso tratamos de darle más diálogos en chino en la segunda parte.

Desistfilm: El tema de la asimilación, o el de homogeneizar a las culturas, se vuelve un problema.

Nele Wohlatz: Muy peligroso. Es como negar las diferencias que hay que respetar para que funcionen.

Desistfilm: Supongo que eso también son responsabilidades que deben asumir los que filman en otros países. El poder darle un espacio, o atender las diferencias. Es el riesgo de esa película que quiere hacer Lisandro Alonso, por ejemplo…

Nele Wohlatz: Claro, ese “¿qué hago acá?” Pero también es una pregunta necesaria antes de poder filmar. Honestamente vi mucho menos del cine etnográfico actual de lo que me hubiese gustado. Como las películas de Ben Rivers. Me interesa bastante el problema, el qué puedes hacer con filmar en otra parte. De todos modos es muy rico. Al volver a París Jean Rouch filma Crónica de un verano que de repente es una mirada extranjera a su propia sociedad y que le viene bien al cine.